Todo un profesional

Dos veces al día fingía morirse. Solía hacerlo con acentuado dramatismo, consiguiendo con gestos aparatosos y muecas de dolor que me comiera, sin rechistar, almuerzos y cenas.

Mientras desayuno, papá, inhabitualmente inmóvil, tiene sus ojos completamente vueltos. Recuerdo haberle visto antes ese mismo rictus extraño en alguno de sus trabajos.
Escrito por José Antonio Barrionuevo

5 comentarios :

  1. A mi se me aparecía mi abuela con una sábana por encima y entonces yo me comía todo muerta de miedo, pero creo que lo del relato es peor.

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  2. Pues no sabría yo qué decirte... Que una sábana, acompañada de un buen ulular, impone irremediablemente. ¡Hasta rebañar el plato y dejarlo como una patena!

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  3. Yo no recuerdo que debieran asustarme para comer... Me ha gustado tu relato, José Antonio, algo fúnebre pero simpático. A lo fúnebre nos estamos aficionando: este mes, en tan solo 10 días, ya llevamos 2 muertos por causas naturales, una asesinada, un muerto por accidente y un seboso al que le queda poco...

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    Respuestas
    1. ¿Tendrá lo fúnebre algo que ver con el mes de agosto? Podría ser tema de análisis. Me alegra Víctor que te haya gustado.

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    2. Al parecer, durante el mes de agosto es cuando se producen más divorcios. De ahí a lo fúnebre habría que forzar bastante, pero vete a saber...

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