Cuando seas padre comerás huevos

Hojeaba los titulares, como cada sábado.

—¡Pues no haber comprado preferentes! 15 años de cárcel, ni puta idea. Vacuna contra el SIDA, y las farmacéuticas a forrarse. ¿Invadir Siria? No conviene ahora. ¡Hay que bajar el IBI!

—Papá, ¿qué es una hipoteca?

—¿Y tú para qué coño quieres saber eso?
Escrito por Álex Garaizar

5 comentarios :

  1. La actualidad le puede volver a cualquiera agresivo. Una cosa es estar informado y otra saber explicarse. Actual y directo

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  2. Sí.De una manera o de otra todos estamos afectados por la marcha de los acontecimientos. Y nuestra crispación la paga el que tenemos más cerca. Injusto, pero inevitable la mayoría de las veces. Me ha gustado,Álex.

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  3. En realidad, mi intención era sobre todo recalcar cómo el padre es, en realidad, un ignorante, y cómo vuelca su frustración contra su hijo que, a su vez, tendrá todas las papeletas de salir igual de gañán que su padre (al que probablemente le educó de forma similar su respectivo padre).

    El clásico "de tal palo, tal astilla", en definitiva. ¡Gracias por comentar!

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  4. Quizá no he entendido bien el mensaje, Álex, pero, para mi gusto, es algo confuso, casi contradictorio: si bien se le ve el plumero al individuo cuando no se solidariza con los preferentistas, piensa como la mayoría de nosotros cuando ve que las farmacéuticas se lucran con la enfermedad. Por otro lado, cree que no conviene invadir Siria ahora y, por lo tanto, no descarta que más tarde sí sea conveniente, aceptando, implícitamente, que los fabricantes de armas se lucren con la muerte. Finalmente, también está de acuerdo con la mayoría de nosotros en que hay que bajar el IBI. Lo de los 15 años de cárcel, no se sabe bien si le parecen muchos o pocos (supongo que dependerá del caso).
    En cuanto a la contestación a su hijo, deja muy claro que es un ser abyecto (espero que el niño no salga a él...).

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    Respuestas
    1. No le des tantas vueltas. Sencillamente cree que sabe más que nadie y se permite comentar todas los titulares (no se molesta en leer los textos) sin tener mucha idea, contestando lo que le parece más inteligente o propio de alguien que sabe más que la media.

      Una persona frustrada que vuelca su frustración en su hijo, y algo que (aunque exagerado aquí, como tantas cosas en los microrrelatos) es una realidad tristemente extendida.

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