Conciencia perdida

Campaba a sus anchas por la casa. Repentinamente aparecía en el salón, detrás del televisor. A veces en el baño, junto al lavabo o el bidé. En la cocina, era infrecuente verla. Sí en el dormitorio, de noche, dándose importancia. Descubríamos entonces que, sin ella, éramos solo dos incógnitas extraviadas.
Escrito por José Antonio Barrionuevo

2 comentarios :

  1. Interesante relato, José Antonio. Un personaje femenino, quizá un espectro, que campa a sus anchas, aparece y desaparece en un hogar, en el que acaba por hacerse imprescindible, pese a ser inquietante.

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    1. Gracias por tu amable comentario, Ángel. Sí, a veces necesitamos incluso de "extraños" (en este caso, extraña) para que no nos sintamos perdidos durante nuestras relaciones personales. Un saludo.

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