El gato

Al fin llegó a las puertas del Castillo y con un fuerte maullido gritó que la amaba, con todo el corazón, desde la primera vez que le iluminó con esa sonrisa. Cerró los ojos e imaginó vivir entre sus brazos y decirle, con maullidos, que se quedaría siempre con ella.
Escrito por Maurice - Twitter

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