Cambio de aires

Siempre deseó tener su casita cerca del mar. La montaña era inmensa, demasiado espacio para un ser insignificante como él.

La decisión fue rápida, ya no le quedaba mucho tiempo. Se puso en marcha y tras agotadores días de viaje, ¡llegó!

¡Nunca pensé que un caracol pudiera ser tan feliz!
Escrito por Mª Jesús Rodríguez

10 comentarios :

  1. ¡Magnífico, María Jesús! Hay que ver cómo pasito a pasito (o mejor dicho, desliz a desliz), consiguió su sueño. Me ha gustado mucho. ¡Enhorabuena!

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  2. ¡Muchas gracias, José Antonio! Esa era la idea, conseguir que se cumplan nuestros anhelos, aunque ello nos lleve toda una vida o lo que nos quede de ella. Un saludo.

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  3. ¡¡¡Me encanta!!! ¡Pero si hasta me he imaginado la carita de felicidad y satisfacción (¡y agotamiento!) de tu caracol. Excelente manera de incitar a luchar por los sueños; mucho mejor que el cansino "Yes, you can", ¡dónde va a parar! Deberías patentarlo, María Jesús. Saludos.
    Fina

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  4. ¡¡Gracias, Fina!! Un guiño a aquellos que consiguen, a base de tenacidad y sacrificio, llegar a la meta propuesta. Un abrazo.

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  5. Muy bueno María Jesús; te superas día a día.

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    1. Gracias, amigo, tengo buenos compañeros de camino de los que aprender. Un abrazo.
      Mª Jesús.

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  6. Conseguir o no la meta muchas veces depende de otras circunstancias ajenas que se nos escapan, lo importante es el esfuerzo mismo, la tarea épica, nunca nos perdonaríamos no haberlo intentado, de hecho, la victoria a veces causa vacío.
    Un saludo

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    1. Así es, Ángel, lo importante es intentarlo, esforzarse, luchar... El resultado casi es lo de menos. Lo imperdonable es no arriesgarse por miedo a perder. La victoria rara vez se consigue. Gracias y un saludo.

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