Rompiendo barreras

¡Voy a dar una vuelta! Cerró la puerta y se fue. Una hora después su padre lo encontró en la recepción del hotel, jugando al billar con un desconocido al que no entendía. El idioma no fue obstáculo para pasar un buen rato. Consiguió romper así la barrera del miedo.
Escrito por Alicia - Web

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