El despertar

Cada noche cuando se levanta de su puesto de trabajo para estirar las piernas, se acerca curiosa a la ventana para observar cómo se despierta Madrid. Hoy, además del impresionante amanecer que le ha alegrado el día, le han saludado los miles de coches que, sin respiro, escupe la M-40.
Escrito por Gloria Arcos Lado

2 comentarios :

  1. Madrid tiene el privilegio del cielo que le ha tocado, con sus amaneceres y puestas de sol que enamoraron a Velázquez; pero también esa procesión constante de contaminación y ruido. Dos contrastes en un relato con una ciudad protagonista, un homenaje.
    Un saludo

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  2. Gracias por comentar. Te aseguro que los amaneceres de Madrid qué veo desde la décima planta de mi trabajo son impresionantes, al igual que la procesión inacabable de los coches.

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