La espera

Aun sabiendo que ella no volvería, le vimos sentarse junto al camino y ponerse a esperar. Desde entonces han pasado algunas primaveras, pero ha sido en esta última cuando hemos descubierto que su dolor había echado raíces y lo había convertido en un rosal, tan hermoso como cargado de espinas.
Escrito por Luisa Hurtado González - Web

6 comentarios :

  1. Precioso, Luisa. Sensibilidad en estado puro.

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  2. Luisa, las esperas eternas nunca traen nada bueno, por eso ante ello, mejor vivir en movimiento.

    ¡Buen micro!

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  3. Gracias por los comentarios. Y me temo, Nicolás, que tanto dolor en movimiento tampoco hubiera traído algo bueno.

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  4. Algunos vemos belleza en las rosas, otros en las espinas. Buen micro, dejo un "me gusta".
    Saludos.

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  5. Un dolor que se transforma en rosal, a pesar de las espinas, significa que lo que hubo, mereció la pena, seguro.
    Un abrazo.

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  6. Dura espera sin remedio la de quien sabe que la causa de su atención no volverá, pero la espera habrá servido de algo si ha dado lugar a la belleza de las rosas, pero esta vez protegidas con espinas para no volver a sufrir.
    Un saludo.

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