Un día (casi) como otro cualquiera

Se levantó según sonó el despertador, como hacía cada mañana: desayuno y ducha; secador y maquillaje; tacones y vestido. Al salir de casa le dio un beso a su pareja quien, en un susurro, le deseó suerte. Era el primer día en el que él salía de casa como Anna.
Escrito por Nerenka

4 comentarios :

  1. Muy interesante. Gusta que lo lleven con tanta naturalidad

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  2. Nerenka, desde que leí la palabra tacones, adiviné el final.
    Es reconfortante adivinar que por fin elegir tu personalidad es algo normal.
    Buen relato y gran mensaje.
    Me gustó mucho.
    Un saludo.
    Pablo.

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  3. Con tu permiso, Nerenka, voy a disentir con tu título, porque el día que uno toma una decisión como la de tu protagonista, hay que marcarlo en rojo en el calendario y gritarlo a los cuatro vientos.
    ¡Ojalá cunda el ejemplo!
    Un saludo

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  4. ¡Muchas gracias a todos por vuestros comentarios!

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