Siglo XIX

Ian Smith solo creía lo que veía. Y cuando le dijeron que un negro podía blanquearse lavándolo, quiso verlo. Eligió una negra para sumar el placer al experimento. La lavó hasta el cansancio y gozó un mundo, pero solo para ver que cuanto más la frotaba más negra se ponía.
Escrito por Marciano

6 comentarios :

  1. Quizá Mr. Smith debería haberse lavado él por dentro. Aunque su alma negra no la iba a limpiar por muchos lavados que le dieran.
    Saludos.
    Pablo

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  2. No entiendo la necesidad del tal Ian Smith ese...
    Saludos.

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  3. ¡Ver para creer!, y nunca mejor dicho.
    Lo has contado muy bien para conseguir tanta repulsa con tu historia.
    Un saludo.

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  4. Muy triste aquel que como Santo Tomás tiene que ver para creer. Y más triste aún ese ser tan repugnante que realiza tales experimentos.
    Muy bien contada esta historia, que sea en la época que sea en la que se produzca, es denunciable y debería ser penado.
    Un beso.
    Malu.

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