El muy cabrón no nos dejó nada en herencia

30 de junio, en su calendario ya era julio.

El alcohol propició su muerte. Se vistió de etiqueta y pujó millones por un reloj de oro. "Mis horas serán más valiosas", decía.

Un minuto antes de morir se le paró el reloj. 60 inexistentes segundos.

Se llevó el tiempo consigo.
Escrito por Saioa Etxegia Eizagirre

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