Oportunidades perdidas
Me pidió un cigarro y la mandé a paseo. Al rato volvió para gritarme, a la chica le gustaba y a mí me parecía preciosa. Pero no podía ser, hablábamos idiomas diferentes y nuestros orgullos habían pasado por encima de nuestro deseo. Podía haber sido la mujer de mi vida.
Orgullo, miedos, inseguridades,... todos hablan el mismo idioma incomprensible. ¡Pero qué tontos somos a veces! O qué difícil lo hacemos, no sé.
ResponderEliminarSaludos, Borja
Pues tu protagonista ha perdido un tren que a lo mejor no pasa dos veces.
ResponderEliminarMuy bueno, Borja. Me gustó.
Un abrazo.
Pablo
Pues eso... "podía". Desde luego, tu protagonista tiene orgullo y tontería a partes iguales. Perdió la oportunidad, así que no se lamente. Tú, Borja, no pierdas la tuya y sigue ofreciéndonos nuevas historias.
ResponderEliminarVa mi "Me gusta" junto a mi saludo de bienvenida y espero leerte de nuevo.