Sin dirección

El camino de vuelta no sería el mismo. Me acecharían, la dirección cambiaría o, ¡peor aún!, ¿y si no llegara a encontrar la salida? Correr sería en vano, pero tenía que buscar una solución.

—Mamá, ¿puedes apagar la luz, por favor?

El interruptor estaba al otro lado de la habitación.
Escrito por Saioa Etxegia Eizagirre

8 comentarios :

  1. A quién no le ha pasado eso de pequeño, quién no es testigo de ello con hijos, sobrinos o nietos. Lo mío era peor aún, puro masoquismo, me gustaba escuchar en la radio, muy bajito y de noche, un programa de misterio, luego no era capaz de apagar ni el receptor.
    Creo que nos conocemos de Twitter.
    Un saludo

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  2. Los miedos de la infancia nos acompañan siempre, quizás sutilmente disfrazados pero son los mismos. Para ello no hay más echar una mirada a la literatura y las películas de horror. A más de un valentón he visto saltar de la butaca de un cine.
    Original el hecho de que a tu protagonista los temores le asalten con la luz encendida y no en la oscuridad como es el lugar común.
    Muy bueno.
    Saludos.

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  3. Es lo que tienen los miedos, que se mueven sin dirección y así es complicado elegir el camino correcto para no encontrarse con ellos.
    Un saludo, Saioa

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  4. Al habla la que no movía ni un dedo por miedo a vaya usted a saber qué ... Vamos, que me podía pasar toda la noche con la luz encendida y conste que tenía el interruptor al ladito.
    Muy bueno Saioa, un beso.
    Malu.

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  5. He ahí una de las primeras enseñanzas de la vida: El miedo es libre.

    Saludos cordiales, Saioa

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  6. Reconozco aquí y ahora que a mí -llamadme raro- me daba más miedo la luz que la oscuridad. Me explico: con la luz veía unas sombras que no eran plato de mi gusto. Lo demás, como puede sucederle a otros con la oscuridad, era fruto de mi imaginación. Pero como dice Notincgas, "el miedo es libre". Y el origen del mismo, creo, también.
    Va mi me gusta Saioa y con este, un saludo muy cordial. ¡Y ya te apago yo la luz si no hay nadie cerca!

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  7. Iba a decir que quizá la mejor opción para el protagonista era quedarse con la luz encendida, pero después de leer el comentario de José Antonio, ya no digo nada. Vamos, que cada uno tiene los miedos que tiene, y poco a poco ha de buscar como superarlos.
    Un saludo,
    Carme.

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  8. Cuando aparece el miedo, no pensamos en como combatirlo sino en la persona que puede cobijarnos. Bonito micro, Saioa.
    Saludos.
    Pablo

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