Noche en blanco o reescribiendo la leyenda

Ni por asomo imaginaba Guillermo cómo, tras desayunar una solitaria manzana, iba, pasadas unas horas, a tener que demostrar su aplaudida maestría con la ballesta. Precisamente aquella mañana en la que su pulso no era el más templado tras una noche casi en vela por culpa de una indigesta cena.
Escrito por José Antonio Barrionuevo
(Anónimo hasta febrero)

10 comentarios :

  1. Pobre víctima. Esperemos que no cambie la leyenda o la tenga que mostrar poniendo la manzana encima de un ser inanimado.
    Gran vuelta de tuerca. Ingenioso.
    Saludos.
    Pablo.

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  2. No quisiera yo estar en la piel del que sujete sobre su cabeza la manzana...
    Una buena y nueva versión de la historia.yBesos.

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  3. La vida puede ponernos a prueba en el momento que menos esperemos. No nos consulta sobre cuándo nos viene bien que se nos muera el perro o que nos rompamos una pierna –por poner algunos ejemplos-, sino que aparece con sus imprevistos, a veces, como una manada en estampida, y si no encontramos algún sitio donde protegernos, nos lleva por delante tanto en sentido literal como metafórico.
    Así que Guillermo se pasó la noche de farra con unos amiguetes, o se puso hasta los ojos antes de irse a la cama, sin saber que el gobernador Gessler le iba a obligar a disparar con su ballesta a una manzana colocada sobre la cabeza de su hijo. No sé qué ocurrirá cuando dispare el buen Guillermo, algo mermado en sus facultades, lo que sí es cierto es que si falla y hiere o mata a su hijo, el gobernador lo pagará con su vida.
    Ocurrente versión de la famosa leyenda, merece que la acompañe la obertura que Rossini compuso para su ópera Guillermo Tell.

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  4. Ironía perfecta en el título para un relato que juega con trampas con el pobrecillo Guillermo.. ¡Y con todos los cincuentistas!
    ¿Quién eres, anónimo? Porque si no eres Álex... ¿en qué relato se ha manifestado su espíritu? Ay qué sin vivir y sin dormir. Efectivamente, noche en blanco o rescribiendo la leyenda... Ya hablaremos, ya.
    Besos seas quien seas.

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  5. Es este uno de esos cuentos donde uno se queda en ascuas, esperando que la narración continúe. Sin embargo, como bien hemos aprendido en este sitio, a veces mejor dejar encendida la llama de la imaginación y que el lector se encargue del resto. Ojalá que a don Guillermo se le vayan los temblores y no acabe con su descendencia.
    Muy buena reescritura la tuya, anónim@. Enhorabuena.

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  6. Buena historia, espero que antes de lanzar la flecha se tome algo para le estómago.
    Buen relato, me ha gustado.
    Saludos.

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  7. A mí me gusta la historia original de Guillermo Tell, pero esta no pinta nada mal. Solo pido que no haya perdido su puntería si es que la manzana en esta versión está también sobre la cabeza de su hijo.
    Ingenio e intriga para cerrar este mes de anónimos. Álex, ¿tú también te has ocultado?
    Besos.
    Malu.

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  8. Digo yo, que si se reescribe la leyenda tal y como sugieres que pasó la noche, Guillermo pasaría al olvido… o no. Ingenioso micro. Un saludo.

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  9. Es como una espiral. Si se reescribe la leyenda a saber que pasaría... por que Guillermo Tell se ha comido la manzana sobre la que iba a disparar su ballesta. Es eso No??
    Besos

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  10. Un relato que demuestra que las manzanas son sanas tras una noche de indigestión, pues tras desayunar una se enderezó el pulso de un Guillermo convaleciente. También que su puntería no se vio afectada, lo que le hace aún más legendario.
    Saludos, Álex, si es que eres tú, y si no lo fueras te saludo también

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