Visita dominical

Era domingo, día de su cumpleaños, y tenía la esperanza de que sus hijos, por fin, vinieran a visitarlo. Se peinó, arregló su estrecho recinto lo mejor que pudo y se acostó a esperarlos. Pero justo aquel día hubo huelga y los empecinados empleados no quisieron abrir el viejo cementerio.
Escrito por Miguel Pineda

16 comentarios :

  1. Miguel muy bueno, un final inesperado, antes de leerlo pensaba que estaba en una residencia, y con tu final hasta me has sacado una sonrisa de decir que bueno.
    Me ha gustado mucho Miguel.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Ainsssssss, hasta después de muerto espera una visita. Un relato conmovedor Miguel. Enhorabuena.

    ResponderEliminar
  3. Miguel, has escondido con maestría hasta el final que tu protagonista está muerto. Te ha bastado una palabra para descubrirlo.
    Genial!
    Enhorabuena.
    Besos

    ResponderEliminar
  4. Ese guiño último, por inesperado, me ha gustado mucho.
    Saludos

    ResponderEliminar
  5. Mancantao, y me da pena de haberme gustado porque da penita. Pero mancantao. Gracias, Miguel, por compartirlo.

    ResponderEliminar
  6. Miguel: gran relato, muy bien contado y con ese giro final que te deja con la boca abierta. Muy bueno.
    Un abrazo.
    Pablo.

    ResponderEliminar
  7. Relato con sorpresa final... muy bueno. No esperaba para nada que estuvieras hablando de un cementario. Te felicito, Miguel. Me ha gustado mucho.

    ResponderEliminar
  8. «No es serio este cementerio», Miguel. Ja, ja.
    Si algo positivo hemos de sacar de esta curiosa situación que tan magistralmente nos describes es que el difunto tiene toda la eternidad para esperar visitas.
    Un micro con gran encanto y sensibilidad. Enhorabuena.
    Saludos.
    Vicente

    ResponderEliminar
  9. La verdad es que me he quedado muerta con la última frase. Se ve que había sido (y seguía siendo) muy apañadito el hombre. Espero que en el próximo cumpleaños reciba la tan ansiada visita. Muy imaginativo. Saludos.

    ResponderEliminar
  10. Buen micro e inesperado final,lo mejor sin duda. Saludos.

    ResponderEliminar
  11. Un relato cuyo mayor mérito, aparte de la sorpresa final, es que en lugar de incitar a la compasión, parece conducir más al lector hacia el humor negro.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  12. No sé si reír o llorar. De lo que no tengo duda es de darle al me gusta.
    Bien hecho, Miguel.

    ResponderEliminar
  13. Un enfoque totalmente original, Miguel. No sé en qué caerá el cumpleaños de tu protagonista, pero va a tener que seguir esperando acostado, por lo menos, hasta todos los santos. Me ha gustado mucho. Un saludo.

    ResponderEliminar
  14. Relato muy bien contado y con giro inesperado en su remate. También es mala suerte que vaya a recibir esa esperada y ansiada visita (¡por fin!) y la misma tenga que verse aplazada por reivindicaciones laborales. Tampoco debería immportarle mucho: ¡Tiene toda la vida para recibir otra y la huelga no va a ser indefinida!
    Van mi me gusta, Miguel, y mi enhorabuena por tu historia, con dosis de tristeza y de humor negro a partes iguales.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  15. Bueno mientras solo sea la huelga, no pasa nada pues tiene toda la eternidad para seguir esperando. Lo malo es si, víctimas de un ERE -es la moda- se despide a los empleados del cementerio y entonces se entenderán mejor las palabras de G.A. Bécquer ¡Qué solos se quedan los muertos!
    Buen relato. Un abrazo Miguel.

    ResponderEliminar
  16. Caramba... vaya sorpresa final!
    Pues no creo que puede celebrarlo mucho el cumpleaños... quizá otro año, quien sabe.
    Saludos!

    ResponderEliminar

Si no tienes cuenta, elige "Nombre/URL" en lugar de "Anónimo". ¡Gracias!