Veinte minutos
Inhalo, exhalo, lentamente, respiro, me concentro, yoga. No estoy aquí.
Este túnel me ahoga. Abro los ojos, mejor cerrados.
Martillazos, tenues, lentos, fuertes, muy fuertes, rápidos, más rápidos, más rápidos.
Pitidos, agudos, hirientes, agresivos.
Taladros, atraviesan mis oídos, invaden salvajemente mi reducido espacio.
Se acabó. La resonancia magnética ha terminado.
Se acabó. La resonancia magnética ha terminado.
Toda una experiencia, Dori; para tomársela con esa tranquilidad y esa paciencia que no siempre tenemos. Estupendamente descrito ese intervalo de tiempo. Espero que saliera todo bien, ;-).
ResponderEliminarUn abrazo para los dos.
Muchas gracias, al menos me sirvió para hacer un micro. Y hablando de paciencia, el resultado debe ser bueno, porque todavía no he ido y no me han llamado.
EliminarUn abrazo de los dos,
Es complicado que no me guste un relato tuyo. Es sencillo, pero tu forma de narrar te atrapa, y siempre lo redondeas, y por eso al final de leerlo tienes siempre una sonrisa, junto a la expresión: -ah claroo..
ResponderEliminarUn saludo,
Muchas gracias, de verdad que me siento en deuda con todos vosotros, no sé como me las arreglo pero siempre estoy más que liada, menos mal que a través de J.Mari, sabéis que os leo.
EliminarUn abrazo
Lenta inquietud.
ResponderEliminarBuen relato y espero un buen diagnostico.
Saludos.
Pues muchas gracias y me alegro que te guste.
EliminarSaludos,
Al leerte los que hemos pasado por esa experiencia la revivimos y aquellas personas que nunca se hayan hecho una resonancia al leerte se pueden hacer una idea muy concreta de la experiencia.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo.
Lo malo es que les afecte negativamente, antes de vivirla, en algunos casos la ignorancia te evita malos tragos, aunque yo prefiero saber. Gracias,
EliminarUn abrazo de los dos
Pinceladas descriptivas que dibujan unas vivencias encerradas en veinte minutos y delimitadas por cincuenta palabras. Se traslada al lector una sensación que podría ser la de un viajero de tren, o el tránsito entre la vida y la muerte, sólo al final queda aclarado y sorprende. En ese tiempo se puede permanecer inmóvil, pero a la mente no hay quien la ate, ni con yoga.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte para ti y recuerdos a ese señor tan afable
Muchas gracias y perdón otra vez por no expresar más veces y por escrito todo lo que me producen vuestros magníficos relatos.
EliminarUn abrazo de los dos.
Me encanta esa sucesión de frases sensoriales para describir sensaciones dentro de ese "túnel", y no precisamente del tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo y suerte.
Me alegro que te guste. Un abrazo y espero verte pronto.
EliminarUN abrazo
Muy bien emulada la atmósfera claustrofóbica del escenario de este relato. Las expresiones cortas pero descriptivas lo consiguen a la perfección.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Gracias por vuestros comentarios y me alegro que os haya gustado.
EliminarSaludos,
No me has dejado fuerzas más que para mandarte un abrazo inmenso. Hay situaciones que no merecen recordarse.
ResponderEliminarBesos para los dos.
Bueno, depende, cuando el resultado no es malo, si que hay que recordar, para darse cuenta de la fortuna de la salud, por ejemplo. Gracias y un abrazo de los dos,
EliminarUna genialidad. Cincuenta palabras que describen tan bien una experiencia a veces asfixiante. Ojalá que todo haya ido a la perfección.
ResponderEliminarsaludos.
Pablo.
Muchas gracias, yo diría que parecía una venganza, que horror.Pero bien. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo de los dos
Buen relato, Dori. Reflejas muy bien la sensación de angustia que genera hacer ese tipo de prueba. Cuando yo me tuve que hacer una, pensé en las lecciones de mi maestro de Tai-chi para concentrarme en la respiración exclusivamente y me fue mucho más llevadero.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo me concentré en yoga y en el relato que se me ocurrió con la vivencia. Gracias. Un abrazo,
EliminarNunca he tenido que experimentar en mis propias carnes esa máquina, pero sí he acompañado durante años a personas que tenían que hacerse la prueba y lo pasaban fatal, sobre todo en las antiguas. Tu micro refleja muy bien lo incómodo y desagradable que es. Un beso grande, Dori.
ResponderEliminarUna máquina de tortura, que ha dado para tantos comentarios. Gracias. Un abrazo,
EliminarTu relato se lee con los dientes apretados, con el tiempo detenido y el espacio ensordecido. Una atronadora y claustrofóbica experiencia que has narrado de maravilla.
ResponderEliminarUn saludo.
Me alegro te haya gustado. Gracias. Saludos,
EliminarHas narrado de forma gráfica lo que se siente al realizarse una resonancia magnética.
ResponderEliminarBien contado.
Besos
Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo
EliminarEste es uno de los mejores relatos que te he leído, Dori. Un extrañamiento digno de Cortázar.
ResponderEliminarBesos.
Me alegro que te guste, aunque la comparación sea exagerada. Muchas gracias. Un abrazo,
EliminarUn relato impresionista, lleno de imágenes sensoriales. Muy bien descrita la sensación.
ResponderEliminarGenial. Un abrazo muy grande.
Muchas gracias por todos vuestros comentarios. Un abrazo
ResponderEliminar¡Ay Dori, qué angustia! Nunca he tenido esa experiencia y espero no tener que pesar nunca por ella, pero si así fuera seguiré los pasos que dices de respiración.
ResponderEliminarEncantada de leerte, es bueno este Veinte minutos.
Te mando un beso grande a ti y otro para Jose Mari.
Malu.
Pues, mejor que no pases, pero si ocurre, respira y concéntrate en el lenguaje del mar una noche de silencio, seguro se te pasan pronto. Gracias. Un abrazo fuerte,
EliminarVeinte minutos muy bien aprovechados. Me ha gustado. Suerte.
ResponderEliminarQue remedio, defensa personal, diría yo. Muchas gracias por el comentario.
EliminarUn saludo,
Has logrado introducirnos en esa angustia que es hacerse la prueba con la dichosa máquina. Un beso.
ResponderEliminarMe doy por satisfecha. Muchas gracias
EliminarImposible leerlo despacio. ¡Y cuánto ruido!
ResponderEliminarResultado conseguido, y parece que en todos los sentidos. Me alegro mucho.
Besos.
Y que lo digas, a ver si inventan algo más silencioso. Gracias. Besos
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