Toda una vida

Entre miraditas y sonrisas deshojaron la primavera. Para mediados del verano recogieron su cosecha de caricias. El otoño les sorprendió en plena embriaguez de besos, pero solo con los primeros fríos del invierno descubrieron el fuego. Desde entonces, continúan atizando las brasas y, a veces, hasta se equivocan de estación.
Escrito por Javier Igarreta Egúzquiza - Web

13 comentarios :

  1. Este amor estacional es pura armonía en toda regla, y también no, porque sabe saltárselo a la torera. Arranca con gracia y culmina con dicha. No se puede pedir más. Felicidades, Javier. Saludos.

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  2. Una relación que se adapta a cualquier circunstancia externa, lo que no quita que a veces haga caso omiso y siga sus propios ciclos, como debe ser. Tampoco hay que engañarse, es preciso advertir que nunca todo es tan idílico, que resulta inevitable que sobrevengan las tormentas, pero ellas también forman parte de esa vida compartida y envidiable. Un relato que debería ser citado en la información meteorológica, porque no sólo de climatología vive el hombre (y la mujer, claro).
    Un abrazo, Javier

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  3. Cualquier época del año es buena para amarse y quererse, pero de vez en cuando viene bien la sorpresa, lo inesperado.
    Buen relato Javier.
    Un abrazo.

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  4. Lo importante es sacarle jugo a cada estación.
    Un abrazo, Javier.

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  5. Qué bien has sabido conjugar la evolución de ese amor con el paso de las estaciones.
    Hermoso relato, Javier. Un abrazo.

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  6. Javier, muy bello tu micro, nos cuentas una historia de amor a través de las estaciones.
    Enhorabuena!
    Besos

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  7. Un micro escrito con mucha delicadeza que guarda una gran belleza. Felicidades, Javier. Un saludo.

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  8. Un bello resumen escrito en las hojas del calendario.
    Saludos, Javier

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  9. “Toda una vida estaría contigo / no me importa en qué forma / ni cómo, ni dónde, pero junto a ti...”
    Esa canción es la que he tatareado nada más leer el título del microcuento, luego, he dejado que Vivaldi acunara un poco mi mente con sus maravillosas cuatro estaciones, así que, tras eso, estaba totalmente preparado para sumergirme en la bella historia de amor que nos cuentas con gran sensibilidad y lirismo, marca de la casa ‘igarretana’.
    La vida entera puede condensarse en las cuatro estaciones y, como les ocurre a los protagonistas de tu microcuento, a veces, es bueno equivocarse de estación. No ha de resignarse uno a que todo se invierno, por ejemplo, pues hay días de invierno que parecen primaverales y, ahora, con lo del cambio climático, hasta veraniegos.
    Y algo que nunca hay que olvidarse de hacer es atizar las brasas, pues el fuego de la vida suele ser tan voraz que siempre anda exigiendo nuevos combustibles, así que no está de más andar por la vida con un buen fuelle.
    Mis felicitaciones y un afectuoso saludo, Javier.

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  10. ¡Oh, qué bonito! Me encanta lo de atizar las brasas en cualquier estación.
    Un beso, Javier.
    Malu.

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  11. Gran calidad la de tus letras, Javier. Una historia cotidiana que cobra singularidad por tu excepcional modo de contarla.
    Un abrazo.

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  12. Y que por muchos años puedan pasar las hojas del calendario.
    Un relato muy bonito, Javier.

    Saludos cordiales.

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