El hallazgo

Estábamos muertos y vivos al mismo tiempo. Muertos. Vivos. Nos habíamos acomodado a nuestra propia muerte, pero necesitábamos almas para subsistir.

Hacía siglos que las calles de Yukatanejo dormían sepultadas bajo las arenas de los tiempos. Cuando el arqueólogo dio con aquel hallazgo, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo.
Escrito por Raquel Tevas Cisneros

19 comentarios :

  1. Ese escalofrío también se siente al acabar de leer tu relato, esa contraposición entre vivos y muertos, ese misterio de no saber que son, que buscan, que almas quieren.
    Raquel creo que tienes que hacer otro 50 palabras y acabar esta historia, que pasó después, que le ocurrió al arqueólogo.
    Raquel buen relato.
    Un abrazo.

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  2. ¡Cómo se le quedaría la cara al Indiana Jones de turno!
    Muy bien escrito, jugando con las ideas de la vida y la muerte, para culminar con un excelente final.
    Un beso.

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  3. El misterio de las momias vivientes cala profundo en nuestra psique con esa forma de escribir tuya que da vida a los textos y nos deja muertos a la vez, suspensos en el escalofrío de cuerpos vivientes a la espera de un alma.
    Poderoso atractivo el de tu relato, Tevas. Un final abierto que deslumbra.
    Abrazos

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  4. No quisiera hallarme en la piel del arqueólogo. Estos muertos vivientes despiertan toda clase de temores y un escalofrío me recorre la espalda al leer tu relato.
    Muy bueno, Raquel. Besos.

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  5. No quisiera verme en el lugar del pobre arqueólogo. Tras leer tu relato, hasta yo, aquí sentado, estoy cagaíto. Muy bueno, Raquel. Suerte y saludos

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  6. Un hallazgo que va a quedar silenciado, y la leyenda terrorifíca engrandecida, en tanto su descubridor va a servir de alimento espiritual a estas momias centenarias, aunque peor aún sería que las trasladasen a un museo y estos zombies de la antigúedad la emprendieran con los visitantes.
    Un abrazo, Raquel

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  7. ¡Es-pe-luz-nan-te, Raquel!
    Según parece, Yukatanejo es una puerta a otra dimensión, donde la muerte y la vida son indistinguibles.
    Me gusta cómo nos exprimes el cerebro en cada relato.
    Un abrazo.
    Vicente

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  8. Gran micro, Raquel. Me enganchó con la belleza del primer párrafo y lo cierras con un buen final abierto.
    Un cordial saludo.

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  9. Qué bueno... Todo el misterio condensado bajo esas arenas. Increíble micro, que tira del lector hasta hacerle sentir ese escalofrío que describes. Enhorabuena.

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  10. Creo que vago perdido entre las sombras de esa gran ciudad, y no sé si el gato sigue vivo o muerto, tengo que hallar al profesor Schrödinger para preguntárselo. Un saludo Raquel.

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  11. Raquel, escalofriante relato, entre la vida y la muerte en Yukatanejo, puerta a otra dimensión. Muy misterioso, como la peli de la Momia... pobre arqueólogo!
    Muy buen micro Raquel, enhorabuena!
    Besos

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  12. No me gustaría estar bajo la piel de ese arqueólogo y menos sin saber si voy a morir en vida o a seguir viviendo la muerte.
    Un buen relato, Raquel.
    Un abrazo.

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  13. Qué miedo!! Uf, se siente el escalofrío... Genial!
    Un saludo

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  14. Raquel, este micro es fantástico, podría ser un comienzo inmejorable para un gran libro. Me ha gustado mucho, mucho. Besos.

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  15. Ay, me da que el arqueólogo prolongará su estancia en la excavación un poco más de lo que tenía previsto.
    Saludos, Raquel.

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  16. ¿Muertos vivientes? Gran hallazgo.
    Interesante e inquietante micro.
    Un beso, Raquel.
    Malu.

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  17. Buen y sugerente relato, Raquel. Me gusta mucho la atmósfera que consigues con tan solo unas cuantas palabras. Ese " nos habíamos acostumbrado a nuestra propia muerte" me parece estupendo.
    Enhorabuena y un abrazo

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  18. Muchas gracias por los comentarios tan buenos. Me alegro que os haya gustado.

    Un abrazo chic@s

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