El arduo camino hacia el nirvana

El guía detuvo el coche junto al mirador, y hasta siete vendedores ambulantes se agolparon ansiosos. Uno de ellos, que esgrimía un buda de madera, comenzó a aporrear el cristal de atrás:

—30.000 rupiah!

El turista salió indiferente con la cámara.

—25.000, boss!

Buda, visiblemente desgastado, mantenía su sonrisa imperturbable.
Escrito por Álex Garaizar

El viejo párroco

Somos un caso perdido, es innegable. Almas corruptas, mentes destrozadas, conciencias quebradas. 

Nuestros valores están hundidos; nuestro espíritu, acabado; nuestra dignidad, desaparecida.

Inútil esperar a que obre la justicia, a que prevalezca la verd...

—Padre —interrumpió sor Prudencia—, hágame caso, no prepare la homilía dominical después de ver el telediario.
Escrito por Jose Antonio Gallego

Este año lo celebramos en familia (Cuento de Navidad)

La casa olía a mazapán y, como cada Nochebuena desde el fatal accidente, encendió el árbol y puso la mesa con esmero. Luego, se sentó a esperar y se adormeció sobre el mantel dorado. Entonces, unas sombras bulliciosas la reclamaron: "¡Madre!, ¡abuela!". Y, sonriente, se dejó elevar hasta el firmamento.
Escrito por María José Escudero

Bucle

Viajé al pasado en la máquina del tiempo y conocí por casualidad a mi madre. La atracción fue mutua, pero para casarme con ella tuve que matar primero a mi futuro padre.

Antes de mi segura desaparición, me he enterado de que espera un hijo mío. Hemos decidido llamarlo Edipo.
Escrito por Daniel Castillo

El espíritu de la Navidad

Él observaba aquel escenario donde veía gente pasar, llevaban bolsas llenas de regalos, sonaban alegres villancicos. Dentro de una gorra se adivinaban unas cuantas monedas.

Un frío intenso envolvió su cuerpo mientras caminaba hacia el desdibujado ocaso. Algunas miradas se posaron en aquel hombre, mas siguieron su camino sin verlo.
Escrito por Isabel Mora

Jamás le robes a un librero

Cuando sorprendió al ladrón agazapado en la caja no lo dudó un instante; la lectura jamás lo había abandonado. El Quijote voló primero, Luces de Bohemia le siguió y Cien años de soledad, sin duda, fue el más certero. El ladrón, inconsciente, se rindió sin remedio a tan ilustres obras.
Escrito por Rubén José Huertas Rojo - Web

Perros

Generalmente experimentan con ratas o conejos. Esta vez fueron escogidos diez caninos, con un chip para captar señales.

El piloto espera acercarse al punto calculado para el salto y llegar al planeta que solicitaba ayuda. Los perros serían los primeros, la onda intergaláctica solo identificaba ladridos como señal de auxilio.
Escrito por Omar Martínez González

Carta cifrada

Hace tiempo, desde que te vi, vida mía, te amo. Tanto, que mi corazón siente que vive ya no una sino dos veces. Soy como un átomo alocado que se rompe en mil pedazos y arde por ti. Quedamos donde  y cuando sabemos los dos.

Firmado: Carlos al espejo. ¡¡Mua!!
Escrito por Carmelo Carrascal

Atrapado por el destino

La noche no tenía regreso, el aliento se alejó hasta el otro lado de la orilla. Enmudeció frente a los que fueron a despedirlo y se quebró. En sus cristales solo yacían reflejos insignificantes. El destino triste que llevan las almas lo atrapó. No volvió, murió a pesar del llanto.
Escrito por Edwin Antonio Gaona Salinas - Web

Figurillas de segunda

Mírala ahí, ella, sosegada y calma reluce; tan sólo altera su estado idílico el irrumpir del huracán que raramente asoma. Cual Lladró adorna su stand mientras la marabunta arrasa y acaba con el barniz del resto de figurillas que nadie aprecia pero que mantienen vivo el tenderete.

¡¡Maquillaje y andando!!
Escrito por Alicia - Web

La investigación

La búsqueda de la verdad no significaba nada nuevo para él. Localidades, bibliotecas, millares de libros... habían sido escudriñados por sus ojos a lo largo de estos cincuenta años. Se quitó las gafas, miró a través del cristal de la ventana de su vida y afirmó: "¡Tanto tiempo... para nada!".
Escrito por Salvador Pérez Salas - Twitter

Ternura

En la luz de la mañana miró embelesada a su bebé, que le sonreía, de buen humor, desde la cuna, y le dijo, como cada día: "Buenos días, amor, bienvenido a esta mañana". Lo alimentó y limpió, lo cubrió de besos...

"Mamá, despierta, tu medicina", susurró besándola en la frente.
Escrito por Chispita

Entre los libros

Corre frenéticamente con una risa persiguiéndolo. Recuerda las velas negras. Cae al pie de una cruz, llorando, y escucha: "No puedes huir".

Siente una punzada en el vientre. Trata de guardar sus entrañas. Abre los ojos. Los libros de King rodean su cuerpo. Su risa se pierde en la madrugada.
Escrito por Giancarlo Ubillus - Twitter

Sorpresas naturales

Había pasado 36 horas en quirófano. Todos habían quedado exhaustos, y cuando el doctor entró en la sala de espera para comunicar la noticia, las caras eran de auténtico pavor. Nadie se esperaba algo así. Les pilló a todos completamente desprevenidos, también a sus propios padres.

Felicidades: son tres niñas.
Escrito por Anima Quo Vadis

Ante cualquier contingencia

Sopa de letras calentita. Tomar con la cuchara de las palabras escritas. Según dosis en el prospecto: contra la desmemoria, ternura, cariño, comprensión, alegría… No tiene efectos secundarios.

Salió de la consulta con la receta en la mano. En la farmacia, el mancebo le preguntó el nombre de su médico.
Escrito por Carmen Martínez Marín - Web

57,5 palabras

En un arrugado Daily Telegraph de 1982 leí varios relatos de cincuenta palabras exactas. Me fascinó ese formato recién inventado y quise practicar la brevedad. Pronto descubrí que, al traducirlo del inglés al español, un texto crece un quince por ciento. Por eso, a mí los finales siempre se me...
Escrito por Belén Sáenz

Catalepsia

Le dije a mi mujer que no quería flores en mi entierro. Ya he contado tres coronas y cuatro centros. 

Le advertí que nada de curas, ¡soy ateo! Ha rociado el ataúd con agua bendita. Dios...

Espero que tampoco respete mi petición de incineración... Aunque empiezo a oler a quemado.
Escrito por Fernando da Casa

¿Derecho a defensa?

—Señor Juez, tengo testigos. Ocurrió junto a la plaza de toros, al ladito mismo del suburbano. Intenté escapar como pude, pero con cinco tíos relucientes, con espadas y capotes, ya me dirá qué podía hacer yo... La muchedumbre me rodeaba, comenzaron a darme estocadas y tuve que utilizar los cuernos.
Escrito por Olga Noya

Distancias

Murieron los dos a la misma hora y separados por mil kilómetros. A él se le paró su corazón de mujer y en ella dejó de latir el de hombre. Los médicos certificaron insuficiencia cardiorrespiratoria; los forenses, rechazo de órgano trasplantado.

La muerte sonreía: "Acabo de robarles su última oportunidad".
Escrito por Nicolás Puente

La verdad

Con mano temblorosa, tomó la tan ansiada carta y la comenzó a leer. A cada palabra, su corazón latía más rápido. Tan fuerte fue la impresión causada por esas líneas, que el hombre no pudo evitar comenzar a sollozar como un pequeño niño. Finalmente, toda la verdad se había descubierto.
Escrito por Patricia J. Dorantes - Facebook

Travesía

Mar adentro, la tormenta sacudía la balsa como una cáscara de nuez y ya nadie hablaba del continente soñado.

Abrazado a su padre, un niño lloraba.

—Tengo frío.
—Lo sé, hijo. ¿Quieres que te cuente otra historia?

En la noche sin luna, el mar se llenó de duendes y gigantes.
Escrito por Lucía Flores

Un hombre de piedra

Deucalión y Pirra lanzaron las piedras, estas se despojaron de su dureza transformándose en personas. Observando una de las figuras inacabadas semejante a un hombre, Pirra se inflama y ruega por su posesión.

—Has caído en la trampa de un hombre y la ira de una mujer —le previene Temis.
Escrito por Maite Moreno

Gemelos

Cada noche antes de dormirnos, entre risas y cuchicheos, planeamos nuevas travesuras. A Claus siempre se le ocurren las mejores. Algunas, como la de aquella pobre vieja, son un poco crueles, pero él siempre se las apaña para desaparecer cuando nos pillan o cuando mamá nos regaña frente al espejo.
Escrito por Jukebox

Menudo número se montó

Una pareja de guardias con tricornio detuvo a cuatro "seises" por apostar al cinquillo. Ellos alegaron que, de siete a ocho, fueron a la novena y no volvieron hasta las diez. Lo corroboró un vendedor de la ONCE que estuvo allí hasta las doce y se mantenía en sus trece.
Escrito por Salvador Terceño Raposo - Web

Despecho

De "ciudad del amor" le quedaba bien poco, la verdad. Sin el parque de las Tullerías, la torre Eiffel, Le Procope, el río Sena... Todo había desaparecido como si fueran teselas de un gran mosaico.

Muy lejos de allí, sobre un álbum de fotos, alguien mezclaba risas, lágrimas y venganza.
Escrito por Luis San José - Web

Imaginación

—¿Qué deseas? —sonríe el librero al pequeño Luis, el hijo de un cliente frecuente.

—Mi padre dice que aquí hay dragones, piratas y todo con lo que yo juego; pero no los veo.

El librero asiente y señala una estantería.

—Ahí está todo lo que buscas; en los libros.
Escrito por A. R. Payán - Facebook

Derechos torcidos

Descienden a través de frágiles escaleras hacia los pozos infinitos. Reptan a oscuras por agujeros claustrofóbicos hasta donde nadie más puede llegar. Trece horas después, la tierra regurgita pequeños cuerpos entumecidos por la humedad. En sus infantiles rostros tiznados, miradas marchitas desvelan que, un día más, no están para juegos.
Escrito por Matrioska - Web

Capa de invisibilidad

Reúne 3 kg de timidez, un poco de acné juvenil y unas gafas gruesas. Mézclalo durante meses con cucharadas de amor por los libros y la ciencia, añade algo de torpeza junto a incapacidad comunicativa o tartamudeo. Verás como funciona. Al menos a mí nadie me ve en el instituto.
Escrito por M. Carme Marí - Web

Manual para convertirse en Dios

Cuando los monjes dejaron de oír la campana, supieron que el hermano Kassimematto había muerto. 

A los mil días sin apenas comer les siguieron otros mil tomando té venenoso del árbol urushi. Después de enterrarlo vivo, esperarían mil días para exhumarlo y su cuerpo momificado sería adorado como a Buda.
Escrito por Encarna Cuesta García - Twitter

Pausa

—Me muero por volver a mirarte a los ojos —tecleó con agilidad en su móvil.
—Y yo por probar otra vez el sabor de tus labios —contestó él de inmediato.

Entonces, ambos levantaron la vista de sus pantallas y, antes de seguir escribiéndose mensajes, se fundieron en un prolongado beso.
Escrito por Rafa Olivares - Web

Black Friday

Debía aprovechar la oportunidad, es un artículo que necesitaré antes o después. 30% de descuento, portes gratis y un blu-ray de Ghost. Ahora, a ver qué le digo a mi mujer y dónde lo meto cuando lo reciba. Pero es que es el último modelo, el Ferrari de los ataúdes.
Escrito por Rafa Sastre - Web

Última raya

Resignado durante veinte años, esperando el desenlace mientras aprovechamos fugaces encuentros prohibidos.

—¿Por qué aguardas?
—Porque te quiero.
—Yo también, ¡pero tienes que vivir tu vida!
—No importa.

Junto a mi último gramo, tirado en el piso, apareció ella, radiante, imponente. Suspiré, la miré sonriente y sentí paz, mucha paz...
Escrito por Jelarano

Inteligencia sin reconocer

La humanidad llegó al exoplaneta. Sólo habitaban en él algunos animales —pequeños roedores y pulpos marinos—, pero ningún ser inteligente.

Siglos después, cuando los humanos hubieron extinguido toda vida animal, al igual que en la Tierra, descubrieron que en el planeta sí había habido vida inteligente: aquellos sabrosos pulpos.
Escrito por Luis Goróstegui - Twitter

El cuento

Protesto, Señoría. Sin duda, la denunciante habrá sido acunada con cuentos. Y conocerá el peligro de adentrarse en el bosque con su llamativa caperuza de color rojo. Nunca debió detenerse a recoger unas flores ni mantener conversación alguna con mi defendido, que se limitó a obrar según su instintiva naturaleza.
Escrito por Carmen Cano - Twitter

Llenar los barcos

Hoy se dirime un asunto importante en la cofradía de pescadores. El aumento de embarazos en el pequeño pueblo es motivo de júbilo, pero también de recelo. Y las sospechas recaen sobre el nuevo profesor. Tras un largo debate deciden dejarlo estar. Son hombres de mar que piensan en futuro.
Escrito por Ignacio Urtiaga - Twitter

Timidez escolar

—Gracias por enseñar a nuestro hijo. Próximamente, nos mudaremos. Él aún lo desconoce.

El mundo tiembla. La respiración, dentro de mí, se entrecorta... ¿Cómo decirles que pierdo una parte de mí, de mi vida?

Ahora, volviendo a casa, miro por el retrovisor. Rememoro las risas con Ernesto. Lágrimas sin canalizar.
Escrito por Enrique Caño

Derrumbe

Sobrevivió a la debacle de la catástrofe del sismo que destruyó el edificio donde trabajó durante quince años de su vida. No encontró auxilio ni transporte. Caminó durante horas para regresar a casa. 

Terminó el trayecto. Tras ver tanto sufrimiento, ya en la soledad de su decadente habitación, decidió suicidarse.
Escrito por Cristopher Josué Escamilla Arrieta - Twitter

De oro

A la altura del perfume más caro. Intenso como el mejor café. Embriagador y adictivo en fondo y forma. Necesitaba probar un formato tan atractivo, aun sabiendo que me engancharía para siempre.

Cerré los ojos y escribí cincuenta. Hoy, cincuenta veces después, volvería a hacerlo.

¡Gracias por ayudarme a cumplir!
Escrito por Malu

El sicario

Le han encargado su propia ejecución. Las órdenes vienen de arriba, esa clase de sugerencias que es conveniente acatar al pie de la letra. ¡Nada menos que su propia ejecución! En un gesto de deferencia consigo mismo, se ha dado un plazo máximo de 24 horas para abandonar la ciudad.
Escrito por José Manuel Dorrego Sáenz - Web

Venganza fría, casi helada

Envidio a Germán desde niño; yo era un neutrón orbitando su universo.

Pero el tiempo me ha insuflado valor, abandono su arrogante firmamento. Empujo su silla de ruedas y la posiciono para que no pierda detalle de cómo le tiro los tejos a Lily, la octogenaria más bella del geriátrico.
Escrito por Salavador Esteve

Clown

Aquel traje me sentaba bien. Los colores coordinaban de manera natural. Tal vez el rojo debiera ser un poco más intenso, más "encarnado"...

Afortunadamente, tras la función, ese pequeño desajuste cromático lo solucioné en cuanto acabé de acompañar al aparcamiento a la de la tercera fila de la grada par.
Escrito por Rafael Domingo - Twitter

Inocencia

Soy la hiedra que se enreda sobre la sombra del círculo de tiza devorado por las pisadas del gigante. No llores más, niña, y agárrate fuerte a mis raíces. Te armaré dos alas de hojas verdes y el tiempo te arrastrará hasta el lugar en el que nacen las hadas.
Escrito por Patricia Richmond - Web

Performance

El amor es audaz: ata una cuerda entre dos corazones y hace una demostración de equilibrismo, mientras ambos palpitan al mismo ritmo. Tan pronto uno baja la intensidad el otro deshace el nudo y el intrépido funambulista cae, transformado en cazador. Entonces atrapa a otros ingenuos, para continuar su acto.
Escrito por Beto Monte Ros - Twitter

Esclavizados

Recordaba conversaciones con sus padres sobre su futuro: "Conseguir un buen trabajo es la clave". 

Ahora aquellos tiempos quedaban lejos, su vida era fácil. Lo había conseguido. Gozaba de toda clase de caprichos, ninguna obligación le atenazaba.

Pero la mascota cibernética era un humano domesticado por el cíborg más avanzado.
Escrito por Francisco Rubio Yepes - Web

Hormiguero

Habría sido mejor que aquella noche no comiera ese delicioso y somnífero postre de leche y miel; las hormigas se hubieran abstenido de buscar refugio en su boca, en sus fosas nasales y en sus oídos. Apenas alcanzó a despertar para sentir el tropel martirizando el interior de su cabeza.
Escrito por Andrés Galindo - Web

Acogedora ocupación

—Ya estamos con lo de la propiedad privada. Tráguese las llaves si le apetece. No hay escrituras que valgan, amigo mío. A saber lo que le habrán dicho por ahí. Sea buen chico y quítese cuanto antes ese pijama lleno de casitas con jardincitos. Podemos hacerle sitio en la cama.
Escrito por Eduardo Martín Zurita

Vendedor de espejismos

Compré la lámpara convencido por la palabrería del comerciante de antigüedades cuya apariencia me alcanzó a hacer pensar que lo habían sacado de la lámpara antes de ser su vendedor. Y era cierto. Apenas le acabé de entregar el dinero se desvaneció frente a mí. La lámpara también parecía real.
Escrito por Luis Ignacio Muñoz - Facebook

Visita inesperada (III)

Manejaba la guadaña con pericia, maldecía el campo, el terruño y la familia. "Cualquier día me harto y no me verán más el pelo".

A su lado, levitando, estaba Ella. "Quieren evitarme e ignoran que el poder es mío, el autor no te salvará otra vez; Andrés, es tu turno".
Escrito por Jesús Manzaneque Fraile
Parte I | Parte II | Parte III

Ruan, 1856

Se oyen unos tacones en la calle del Gros Horlage. Varias cabezas se giran. Los bajos de un sugerente vestido negro acarician el adoquinado. Escandalizados, los paseantes llaman a un gendarme, que se acerca presuroso.

—¿No le da vergüenza? ¡Deténgase! —ordena el policía.
—Déjeme —le dice Flaubert—. Soy Madame Bovary.
Escrito por Plácido Romero - Twitter

Los recién casados

Julia nunca ha visto un hombre desnudo. Con dedos trémulos de miedo y de pudor, deshace con torpeza su trenza nupcial. En la alcoba contigua le espera el hijo del herrero (su esposo ya, qué extraño suena). Pedro espera y se desviste con dedos trémulos de miedo y de deseo.
Escrito por Aurora Baeza

El muro

Venían de un lugar cercano. Ondulándose por los escorzos de las rocas. Entre una maraña escamosa quedaron atrapadas: el Muro Trenzado. Tras de él, la tierra fértil las esperaba. Muchas perecieron. Pero la masa envolvió el cuerpo de los guardianes. La unión de cientos de hormigas engulló a las serpientes.
Escrito por Carmen Hinojal

¡Que alguien rescate a Rapunzel!

Sintió un aliento cálido sobre sus párpados cerrados mientras unos dedos fantasmales recorrían juguetones su piel desnuda. Como cada amanecer, la inundaba de placer.

De repente, oyó el traqueteo de una armadura en la distancia y corrió a cortarse el pelo. No estaba preparada para despedirse de su amante translúcido.
Escrito por R. Clift

Desde la azotea

Se arrojó al vacío y chocó contra el suelo. Justo antes del impacto se dio cuenta de que dormía en aquella cama de hospital. Su única movilidad seguía siendo la de sus párpados pero disfrutó, durante una centésima de segundo, de la liberadora caricia de la muerte sobre su cuerpo.
Escrito por Sandra Sánchez - Web

Detalles

Comprobó con meticulosidad que toda la casa estuviera en orden. Dio un último vistazo a su alrededor. Suspiró satisfecho. No se le había escapado ningún detalle. Luego subió.

Tras derribar la silla con el pie y mientras el nudo se le clavaba en la garganta, recordó que siempre odió balancearse.
Escrito por Pilar Alejos Martínez - Web

Hora de las brujas en el parque

Pronto irán apareciendo el coco y los fantasmas, vagando entre vampiros, licántropos, ratas, búhos y demás especies nocturnas. Pálidos como muertos, Nono y Clara aguardan sentados en un banco. Ella, temblando y con la moquita en la nariz. Él, apretando un mugriento billete, para cuando llegue el hombre del saco.
Escrito por Enrique Mochón Romera - Twitter

Asesinato al anochecer

Con la piel amarillo lodoso; media mirada por vacío del ojo izquierdo, y arrinconado por sus extremidades sin articular, olvidé las noches de caricias y abrazos.

Fijándome en los soldados muertos, de un plástico hice su féretro depositándolo en el furgón de basuras, con una etiqueta:

Muerte digna, Teddy Bear.
Escrito por María Jesús Briones Arreba

Maternidad frustrada

Cuando llegaron los gemelos a mi vida ya noté que nunca se llevarían bien. Ahora, tras cuatro años juntos, ¡siguen sin dirigirse la palabra!

La enfermera sonríe y los esconde. Me dice al oído: "No se enfade señora, ahora viene el doctor". Sabe lo poco que le gustan los muñecos.
Escrito por Yoya Muiños Alonso

Notas rotas

Adoraban oírle cantar y él les complacía feliz, incapaz de revelarles que cada nota que emitía le robaba un trocito de voz. Vivió compartiendo su música hasta el día en que sus cuerdas vocales se rasgaron, enmudeciéndole para siempre. Indignados, le echaron del pueblo: ¿para qué sirve un cantante mudo?
Escrito por Manuel Menéndez Miranda

Impacto

¿Cómo mis finos dedos rozarán su espalda en los días fríos ahuyentando su tristeza más allá de esta habitación? Ahora voy aprendiendo, quizá deba presionar aquí, dar un masaje debajo de la vértebra. Intento devolverle la sensibilidad, la sensación del sentir.

Aquel maldito cruce. Aquel coche impactando en su cuerpo.
Escrito por Manuel Sanz Lázaro - Web

Póker de ases

Este divorcio será una ruina. ¡Si hubiera aprendido a jugar al póker antes!

Ahora, perfectamente alineadas de menor a mayor, las jugadas comienzan a asomar por su cabeza: parejas, dobles parejas, tríos...

En una mezcla de orgullo e ingenuidad, la Reina de Corazones, grita encolerizada: "¡Que le corten la cabeza!".
Escrito por Smokey pisó la raya

Cada mosca tiene su sombra

Una mosca zumbona revoloteaba ante un brillante y pulido espejo y, tras una concienzuda labor de reconocimiento, se posó con narcisista estupefacción, pasmada ante la perfecta simetría entre la realidad y su reflejo. Pero tan poética veleidad se convirtió en irrenunciable tentación para la prosaica avidez de una astuta araña.
Escrito por Javier Igarreta Egúzquiza - Web

Por aburrimiento

"No tenía otra cosa mejor que hacer", declaró impávido tras su detención.

Las pingües rentas paternas heredadas le permitieron disponer de todo el tiempo libre del mundo. Sus cada vez más habituales salidas nocturnas acabaron siendo su único pasatiempo. Ante la jueza, añadió: "¡Me aburría soberanamente! Ellas eran mi entretenimiento".
Escrito por José Antonio Barrionuevo - Twitter

Postureo

No me gusta desayunar aguacate, ni llevar tacón alto con los vaqueros, ni correr por el parque, ni la dieta vegana a base de ensaladas multicolores, ni tan siquiera los gatos.

Me paso el día haciendo cosas que no me gustan, pero mi Instagram es la envidia de mis amigas.
Escrito por Asun Paredes - Web

Consciente de la realidad

Viéndose a sí mismo tumbado en el sofá, dormía un sueño del que era consciente, pero siendo incapaz de despertarse. Su gato pasó indiferente junto a su cuerpo inmóvil, llegando hasta donde él, contemplaba la escena. Sus ojos color miel se clavaron en los suyos. Entonces entendió y sintió frío.
Escrito por Galilea - Twitter

Compañía

Ella ya no aguarda despierta cuando llego por la noche. Convertía cada encuentro en una sorpresa. Simulaba huir, yo fingía perseguirla.

Mi descuido propició su tragedia. Cuando la descubrí todavía se movía, solo pude acompañarla en sus últimos instantes.

Debo adoptar otra cucaracha cuanto antes. Esta vez no la pisaré.
Escrito por Ángel Saiz Mora

Los juanes

Siempre se felicitaban para su santo. Lo tenían muy fácil, los dos se llaman Juan.

Hace dos años que no se felicitan, han pasado cosas que los han convertido en extraños y ninguno quiere dar el paso.

La única distancia entre ambos son 350 km. La solución, un fuerte abrazo.
Escrito por SnowThomas

Interpretación infantil

Tras la misa de doce, esperó a la puerta de la iglesia. Por fin vio salir al cura con su negra sotana. El mismo que en el confesionario, le había formulado preguntas demasiado íntimas.

Sintiéndose ya libre de pecado, le tiró una piedra. Las siguientes fueron arrojadas por sus amigos.
Escrito por Isidro Moreno Carrascosa - Web

Juntas para siempre

Se despidió con un "hasta mañana, mamá" y un último beso a través de la vítrea barrera.

En su regreso, rememoró momentos felices de sus escasos años junto a ella. Luego, una densa sombra se instaló en su memoria. Amanecía tímidamente cuando sobrevoló el poblado panteón de su familia materna.
Escrito por Juana Mª Igarreta Egúzquiza - Web

Tachón

¡Qué emoción! Una nueva civilización se inscribe hoy en el registro dorado de especies evolucionadas. ¿Cómo se denomina esta especie? Humana. ¿Son capaces de producir alimentos para todos? Sí, consumen una parte y el resto lo tiran mientras muchos mueren de hambre...

Cogió el bolígrafo rojo e hizo un tachón.
Escrito por Rafael Gómez Navarro

La primera vez

Las manos le temblaban, el corazón le iba a mil por hora, los nervios casi podían con ella... Pero estaba decidida, hoy era el día, este era el momento, ya no había vuelta atrás. Hoy dejaría atrás sus miedos y enfrentaría su pasión...

Hoy empezó a escribir su primer relato.
Escrito por Paty N

Darse de baja

—Entregue el formulario C1 en la mesa A y el formulario O5 por e-mail. Adjunte fotocopia del DNI, dos facturas y tres fotos de carnet.

—¡Yo solo quiero darme de baja!

—Entonces rellene el impreso X y también necesitaremos una muestra de su ADN. Buenos días. ¡Siguiente!
Escrito por Esther Moreno Morillas - Web

Vida sexual

Le digo que hace cinco días que no hacemos el amor. Me responde: "Pues eso tampoco es tanto tiempo". Así que me doy una vuelta por el techo, me detengo, me froto las patas delanteras y pienso con resignación: "Este idiota no debe de saber que apenas vivimos un mes".
Escrito por Enrique Angulo - Twitter

Abandonado

Lo habían dejado amarrado a la silla al lado del contenedor, junto a un armario desvencijado y un viejo colchón. Su mirada de cachorro abandonado me conmovió tanto que decidí traerlo con nosotros. A ver cómo le digo a mi mujer que, desde hoy, tendremos otro abuelo más en casa.
Escrito por Manuel Bocanegra
Elegido mejor relato de diciembre de 2017

El concierto

La plaza estaba desierta, la noche empezaba a helar. Siéntate y escuchemos este concierto que suena para nosotros, dijiste. Allí, extraños y únicos, unidos por la silenciosa música, vibró nuestra particular Oda a la Alegría. Muda melodía que selló nuestros corazones.

Aún suena en mis oídos cuando miro tus ojos.
Escrito por Ana Muñoz Cubero - Web

Se busca

Smith* la abrazó mientras ella daba su último aliento.

*Nombre falso. Es un asesino peligroso que desposa a solteronas ricas y las envenena para heredar sus fortunas. Coloca nanorrelatos horribles, como el de arriba, bajo sus almohadas. Se gratificará a quien pueda dejarnos algún comentario con pistas sobre su identidad.
Escrito por Pablo Núñez - Twitter

Reminiscencias

Quiero bajarme de este carrusel. Solo el insomnio y los recuerdos me acompañan cada amanecer. Entonces deseo volar de aquí y así ser capaz de olvidar su mirada, su sonrisa, el aroma de su piel... incluso, dejar de escuchar ese runrún silencioso de su coche de juguete golpeando mis pies.
Escrito por Javier Puchades - Web

Odiseo

Regresé a buscarte tras años de ausencia. Mis pies volaron hasta las puertas de tu casa, allí donde nos juramos amor eterno, pero sólo hallé un shopping y una orgía desenfrenada de consumo mancillando nuestros recuerdos.

Volví a mis mares, al eterno exilio. Ya no quise luchar por ti, Penélope.
Escrito por Víctor Maldonado - Twitter

Madre

Me quisiste hasta la muerte. Te quise hasta morirme de pena. La profunda herida nunca curará. Cierro los ojos y te veo observarme. Me besas: "¡Buenas noches!". Me levanto y me preparas el desayuno. Me deseas buen trabajo. Vuelvo a casa y lloro. Te has ido. Pero volverás en conciencia.
Escrito por Iñaki Ferreras - Web

Parvulitos

Se negó a hacer el dictado y le castigaron a escribirlo cien veces.

Cuando al final de la clase el maestro recogió la plana y leyó en cada una de las líneas "mi mamá no me ama, yo amo a mi mamá", llamó a su madre, pero esta no acudió.
Escrito por Crispín - Web

Cara y cruz

Trabajador ejemplar, de los que ya quedan pocos. Cada día recibe elogios por la tarea bien cumplida. Amigo de sus amigos, solidario en todas las causas. Una conducta intachable. Siempre sonriente en las fotos, el primero en proponer un brindis.

En casa tiemblan cuando la llave rasca en la cerradura.
Escrito por Maest

Promesas rotas

Hundida en la profundidad de sus sentimientos, yace acurrucada entre las sábanas. Aquellas que un día albergaron promesas de amor. Ruido de llaves, automáticamente su ya escarmentado cuerpo comienza a temblar, corre a vestirse, entre lágrimas. Comienza de nuevo la pesadilla. Gritos, golpes, súplicas. Una única frase: "No vuelvas a pegarme".
Escrito por Luna Negra

Cenicienta

Esperó hasta que el ruido del carruaje de sus hermanas se perdió en la noche. Tardarían en volver. Sigilosamente encendió las velas, extendió la manta frente al calor de la chimenea y abrió, como cada semana, una botella del mejor cava de la bodega. Entonces dejó entrar a su amante.
Escrito por Mª Luisa Pérez Rodríguez

Su párvula boca

Os reventaré las narices y los dientes con cien piedras. Apretaré vuestros cuellos hasta quebrarlos y os abriré el vientre a patadas. Llenaré vuestras bocazas con vuestros inmundos corazones supurantes. Me tragaré vuestros ojos y los cagaré sobre la abuela. Os quemaré...

—¡Mírala, cariño! Nuestra princesita. Despertémosla, son las ocho.
Escrito por Jesús Garabato Rodríguez

Happy birthday

Sin ningún invitado, madre e hijo celebran el cumpleaños de Miguelín. Felisa no acepta que nadie le diga que ha malcriado a su niño.

—Sopla, chiquitín, pide un deseo.

Y enseguida aparta las dos velitas de números que han quedado apagadas sobre el pastel. Primero el cinco. Luego el cero.
Escrito por Pepe Sanchis

Vuela

Los columpios se balanceaban acercándonos. El vaivén y la velocidad aumentaban.

"¡Vuela, pajarito!", le susurré en nuestra última actuación de acrobacia, mientras él se soltaba de la barra, estiraba las manos y yo retiraba las mías y lo veía caer.

Abajo, se oyó el llanto de la ayudante del mago.
Escrito por María Galerna

Suceso paranormal

Anochecía. Regresaba a casa, abrumada por mis problemas laborales. De pronto, adiviné un objeto, entre las sombras de la incipiente noche. Agudizando la vista, comprobé que era un cochecito de bebé, vacío. ¿Qué habría ocurrido? Algo terrible, seguro. Pero un bebé apareció gateando y, detrás, una mujer. ¡Adiós al misterio!
Escrito por María José Viz Blanco

Las Guerras del Martillo: Señores de la descomposición (IV)

Al vidente gris no le importaba contribuir a la gran guerra, ni los planes secretos del Conde Elector. Sólo ansiaba alcanzar una elevada posición en el consejo de los 13. La distracción de la puerta había servido para acceder por los corredores skaven.

Pronto el clan pestilens infectaría ese territorio.
Escrito por Raquel Tevas Cisneros
Parte I | Parte II | Parte III | Parte IV | Parte V | Parte VI

Orgullo herido

La ilusión hecha unos zorros le devolvía su imagen ajada, con una mueca de desdén, mientras su boca repetía sin convicción: "Seguro que lo conseguiré la próxima vez".

Regresó a casa cabizbaja, lamiendo su orgullo herido, mientras rememoraba el desastroso examen y, pesarosa, recordaba al estricto examinador de la DGT.
Escrito por Gloria Arcos Lado

Una historia

Era un amor imposible. Yo era mucho mayor y ella tenía marido.

Cuando él desapareció, una pasión irrefenable nos mantuvo por años rodando en su torbellino.

Unos ojos soñadores, una piel fresca y un vientre plano que se cruzaron en su camino vinieron a recordarle que lo nuestro era imposible.
Escrito por Georges

El vínculo de los instantes perdidos

Cada noche, el aliento de las almas viajaba sobre las hojas que el viejo roble del cementerio entregaba al viento, sembrando de reencuentros la oscuridad aferrada hasta reverdecer los páramos del desconsuelo.

Mientras, su desabrigada corteza recogía los plácidos adioses de los fallecidos hasta el amanecer, cuando volvía a brotar.
Escrito por Antonio Bolant - Twitter

Paradisíaco

La arena se hace más fina a cada paso y de la selva apenas queda el sonido de las aves. El turquesa del mar, claro como el cielo, se extiende manso hasta el exuberante arrecife de coral. Interpreto los delfines como una señal divina.

Definitivo: aquí pondré mi nuevo resort.
Escrito por Álex Garaizar

Las hojas nunca lloran

Era tarde de ventanas claras, aunque el sol dejaba un pequeño calor, empezaba el frío a correr sobre los silencios. La soledad venía acuchillando todo para quedarse dueña de las almas. El pensamiento lloraba en algunos pechos dejando nervios de domingo.

Aun así, con noche, las hojas seguían de fiesta.
Escrito por Edwin Antonio Gaona Salinas - Web

Rompecabezas

Cuando terminó de armar el complicado rompecabezas, se dio cuenta de que su diseño retrataba el fin del mundo. Un final soñado muchas veces y que llegaría inevitablemente al completarlo.

Alarmado, comenzó a deshacerlo pero, antes de quitar la última pieza, lo derribó la poderosa explosión que destrozó su universo.
Escrito por Daniel Castillo

Rematado

Me enteré por una llamada telefónica. Una bomba le había estallado a mi padre en el asiento del coche.

No lloré ni grité, no hablé con nadie. Encerrado en mi habitación, permanecí en la oscuridad dos días con sus noches. Al tercero, el periódico del bar decía: "Algo habría hecho...".
Escrito por Carmelo Carrascal

Para siempre

Lucía despertó, saltó de la cama y entró rápidamente en el baño. No tuvo que esperar, vivía sola.

De pronto, sintió un agudo dolor en su tobillo derecho. Bajó la vista y leyó en su piel: "Te quiero". Esta vez sabía que sería para siempre.

Al menos... su nuevo tatuaje.
Escrito por Salvador Pérez Salas - Twitter

Amnistía

Calle arriba, se asoman los recuerdos por cada esquina. Su madre, desde el balcón, lo nombra con angustia y, mientras él sale del portal con el macuto cargado de inequívocas octavillas, los vecinos, entre cortinas, observan en silencio cómo lo detiene la policía. Pero ahora se respira libertad... calle arriba.
Escrito por María José Escudero

Campo de batalla

Dio la orden de ataque decidiendo ir al frente; espada y escudo en mano para luchar.

Llegaron dos, supo defenderse con gallardía; dos más y los replegó enfurecido.

No pudo contra seis; doblegado, sintió una punta encajarse directamente en su brazo.

Sedado y con camisa de fuerza, finalizó la batalla.
Escrito por Xavier Hernández - Google+

Él y yo

Qué ganas de detener el tiempo para observarte eternamente, pero te irás para ser del mundo y encontrarás las respuestas que no tengo. ¿Cómo hacerte entender lo que significas para mi?

—¿Pasa algo?
—No, hijo, solo vine a desearte buenas noches.

Bajo una tenue luz, ambos se miran y sonríen.
Escrito por Giancarlo Ubillus - Twitter

Reencarnación

Estaba contento con su trabajo de auxiliar forense pero aquel creciente desasosiego filosófico y religioso le atenazaba la respiración. Dotado además de un altruismo incondicional, una generosidad innata para con todos aquellos desgraciados que pasaban por su mesa, decidió participar más activamente en su transmigración y decidió montar una carnicería.
Escrito por Luis San José - Web

Gorrión

El discurso más convincente: una mirada suplicante. La suya me eleva con su miedo en una mano y su destino en mi voluntad. Mi suspiro le alienta y, con toda la fuerza de mi brazo, lo empujo. Mis dudas estiran los segundos en siglos. Hasta que despliega sus alas. Volando.
Escrito por Macarena Fernández

Fantasías caninas

Fido fue un perro faldero hasta aquella tarde en que encontró un trapo azul brillante bajo el sofá. Enseguida comprendió que era una capa mágica. Desde entonces fue Súper Fido, un superhéroe discreto y modesto que salvó a muchos gorriones de caer en las garras de los gatos del barrio.
Escrito por Sylvia Bonilla

Las fabulosas aventuras del Barón Angulo

La llegada del Barón a nuestro pueblito insuflaba vida y alegría a sus habitantes. Los niños se agolpaban a su alrededor para escuchar sus adivinanzas, nuestras hijas se deleitaban con sus poemas y nuestras mujeres disfrutaban con sus historias anecdóticas; mientras nosotros esperábamos la noche para oír sus chistes escabrosos.
Escrito por Jean Durand - Web

Backmasking


Todavía resuenan sus voces en el patio del convento. Todavía un remolino lo perturba. En el centro. En el mismo centro. En el que las niñas sin saberlo invocaban con su rueda a que se abrieran las puertas del infierno.
Escrito por Jukebox

Resistencia a la realidad

Amanda estaba absorta mirando los peces del acuario. Intenté llamar su atención.

—Papá y mamá se han ido al cielo. Yo cuidaré de ti, no tienes que preocuparte.

Se volvió a mirarme, entristecida, y fue entonces cuando me temí lo peor.

—Abuela...
—Dime, cariño.
—¿Dónde tienen los peces las orejas?
Escrito por Olga Noya

El rincón de la supervivencia

Dicen que se nace con él. Tiene un sitio en el cerebro. Funciona con la vida.

—Dame un beso, que hoy todavía te conozco. Mañana cuando vuelvas, ¡quién sabe! —le dice Josefina a Jorge antes de despedirse.

Luego vuelve a la sala de juegos y desde su rincón observa, sobrevive.
Escrito por Carmen Martínez Marín - Web

Llorar

Llorar fue siempre su mejor recurso. Sirvió para ser el favorito del abuelo, recibir los mejores regalos en Navidad, conseguir el corazón de las chicas, el punto que faltaba en las oposiciones. Pero aquel día, frente al amor de su vida, no sirvieron para nada... ¡y esa vez eran ciertas!
Escrito por Pau

Sinsentido

En la noche; golpean insistentemente la puerta interrumpiendo la cena. Los comensales presagian que no es para bien. Permanecen en silencio; el tiempo se detiene. Desde afuera, las voces quieren entrar. La puerta no resiste. Los hombres sacan a la mujer de la casa: la caza de brujas ha comenzado.
Escrito por A. R. Payán - Facebook

El momento es ahora

Sobre mi sofá azul, repleto de historias inconfesables que acabarán en un punto limpio, miro la puerta y me lío mi cigarrillo. De repente me viene a la mente una idea: el momento que esperaba está llegando. Salgo, tomo una larga calada, lo veo más claro. ¡El momento es ahora!
Escrito por Jelarano - Twitter

Ménage à trois

Me gustaba él y su cuerpo lleno de tatuajes. Parecía llevar en la piel la historia de su vida, un mar de recuerdos grabados para siempre. Hasta que haciendo el amor vi cómo miraba a la chica del brazo derecho que con sus movimientos le lanzaba besos a cada envite.
Escrito por M. Carme Marí - Web

Incongruencias "edusociales"

—Cariño, no puedes hacer lo que te apetezca mientras estás en el aula. Hay unas normas establecidas de convivencia que debemos respetar para preservar la libertad de los compañeros.

—¿Qué quiere decir eso?

—Que has de procurar no perjudicar al resto con tus acciones.

—Mamá, hoy he visto la tele.
Escrito por Alicia

Bucle

Otra vez ha ocurrido. Con su voz seductora ha vuelto a invitarme a pecar y no he encontrado fuerzas ni deseos para rehusar. Hemos transgredido sin recato el sexto mandamiento. Después, de nuevo, arrepentimiento y urgencia por lograr el perdón. Pero al volver al confesionario, otra vez esa invitación irrechazable.
Escrito por Rafa Olivares - Web

La espera

Contando este ya iban veintitrés días que no la veía y se dijo que ya no podía pasar ni uno más en esta situación. Cogió el primer carro que encontró y se aventuró a ir, solo para descubrir que ella había decidido no esperarlo más.

Su bebé ya había nacido.
Escrito por Javier Cornejo

Recordar el futuro

En mis viajes por tierras lejanas, una vez escalé una montaña muy alta y en su cima encontré una aldea cuyos habitantes, además de recordar el pasado, podían recordar el futuro. Cuando les dije que yo no podía recordar el futuro, les di lástima. A mí no me la dio.
Escrito por Luis Goróstegui - Twitter

Intercambios

Intercambiaron miradas, aunque ambos habrían querido que fueran caricias; intercambiaron sonrisas, a pesar de haber podido intercambiar la espuma de las olas de un mar de besos; intercambiaron silencio, en lugar de entregarse mutuamente todas las palabras del lenguaje. Intercambiaron distancias, en vez de las cercanías que el amor precisa.
Escrito por David - Twitter

Mal padre

Cerró los ojos y sopló las ocho velas, deseó que nadie le robara sus caricias, ni ahogara sus sollozos. Deseó no ver en sus ojos la lascivia con la que nunca se debe mirar a una niña. Entonces decidió que no era en la tarta donde debía clavar aquel cuchillo.
Escrito por Encarna Cuesta García - Twitter

3:33

El reloj se ha detenido, los terroríficos números han aparecido ante mis enrojecidos ojos. Las 3:33 am.

La habitación es enorme y oscura, los relámpagos iluminan un poco, el aire aquí es frío, debería tratar de dormir un poco pero no puedo si la cosa tras la ventana continúa mirándome.
Escrito por Ronaldo Sotelo - YouTube

Ni en sueños

Volvió a suceder otra vez. Localizó a aquel asesino psicópata, pero en el último momento fue incapaz de apresarlo. En la brigada todos aseguraban que el inspector Rivera no lo atraparía ni en sueños, que se dormía en los laureles. Eran muy bromistas los de Homicidios con un compañero narcoléptico.
Escrito por Rafa Sastre - Web

Perfume embriagador

La vio fugazmente al pasar. Se giró y clavó su mirada para observarla con detenimiento. Ella ni se inmutó. El perfume que captó era embriagador, y le recordó noches de pasión a la luz de la luna que jamás volvieron a repetirse. Vestida de terciopelo burdeos era majestuosa. Preciosa rosa.
Escrito por Anima Quo Vadis

Adiós, lobo, adiós

Caperucita está en camino. Llueve, coge un atajo, no quiere mojarse. Cuando llega a casa de su abuelita, ve al lobo en la cama, que le pregunta:

—¿Qué llevas en la cesta, Caperucita?

Esta saca su arma reglamentaria y tras responderle "para matarte mejor”, efectúa un único y certero disparo.
Escrito por Silvia Asensio García

Lágrimas de medio siglo

Y pensar que yo la consolaba cuando lloraba en el patio al caer:

—Sana, sanita y... ¡abrazo gaaande!

Hace 50 años. Rememoro esos instantes mientras avanzo con bastón por la alfombra. Ella aguarda en la tarima. No merezco este gran honor: ¡entregarle el Nobel!

—¡Abrazo gaaande! —dice mientras me consuela.
Escrito por Enrique Caño

Disonancia cognitiva

Fue el error de su vida. Continuó adelante, cumpliendo fielmente en todas partes, pero ya nada fue lo mismo. Estaba pero no estaba. Su alma se había ido.

Y al final de sus días, cuando ya en espíritu observó a todos aplaudir su conducta intachable, supo que no había vivido.
Escrito por Chispita

Mortalidad latente

De repente, el airbag aplastó su ansia de vivir muchas vidas. Cuando empezó el "viaje" creyó que alcanzaría sus sueños infinitos.

La realidad le impuso su final.

Ya se lo advirtieron, aunque en ese momento no quiso atender más razón que su entusiasmo: "Sabemos cuándo nacerás, pero desconocemos cuándo morirás".
Escrito por Rafael Domingo Sánchez - Twitter

Los tiernos fantasmas del pasado

Una vez conocí una niña. Creo que tendríamos unos diez años. Sentí algo que supuse amor, pues pensaba unas veinte veces cada minuto en ella. Aquella necesidad permaneció unos treinta años más. Ayer creí verla caminando por la calle Cuarenta y supe que nunca la olvidaría. El martes cumpliría cincuenta.
Escrito por Salvador Terceño Raposo - Web

La muerte del poeta

Diecisiete semanas y tres días sin escribir una sola línea.

La primera luz de la mañana iluminó el cuerpo lleno de vida que descansaba a su lado. Paz, por fin. Por primera vez sentía que todo encajaba.

El lunes llamaría para aceptar el trabajo en el almacén de su hermano.
Escrito por Ignatius Tercero

Al pie de la letra

Se pasaba el día en las nubes. Las modelaba a su antojo, construyendo castillos en el aire. Pero no tenía un pelo de tonto: las burlas no le hacían mella, las cogía todas al vuelo.

Desde el diluvio ya no toca tierra. Sabe que todos iban con pies de plomo.
Escrito por Carmen Cano - Twitter

Todos vuelven

Me fui cuando tenía 28 años ilusionado por un mañana mejor. Pero el mañana no llegó en la forma soñada.

En mi exilio voluntario lagrimeaba cuando escuchaba Todos vuelven, hermosa composición de César Miró.

Ahora, cuatro décadas después, estoy de vuelta reencontrándome con mis raíces, que jamás perdí. ¡Todos volvemos!
Escrito por LM

Gestación

Mezcle dos cuerpos, agítelos bien en una cama o donde le apetezca, déjelos sudar. Si en alguno se forma una burbuja póngala a reposar en una fuente, por nueve meses: obtendrá una gota de luz. Si le gusta el resultado y quiere más, espere cuarenta días y repita el procedimiento.
Escrito por Beto Monte Ros - Twitter

Sacudida

Enormes piedras cayeron de las paredes que un día protegieron a la antigua ciudad. La tierra, de nueva cuenta, les había recordado a los mortales que estaba más viva que nunca. Al colarse entre los escombros, los primeros rayos de sol anunciaban que, tal vez, no todo se había perdido...
Escrito por Patricia J. Dorantes - Facebook

La marca

Muchos niños han tenido la ingrata sorpresa de encontrar a sus progenitores en pleno acto amoroso. Algunos han tenido el infortunio de ser testigos de alguna infidelidad. Pero sólo José Eutanasio sorprendió a su madre besando la marca en el trasero de uno que era mitad hombre y mitad cabra.
Escrito por Andrés Galindo - Web

16 de noviembre de 2117

Como establecía el contrato, lo descriogenizaron el 16 de noviembre de 2117. Una vez recuperado, se reunió con el director de CryoNix, que le dio la mala noticia: todavía no había cura para su enfermedad. Sin embargo, volverían a criogenizarlo si pagaba un suplemento de quinientos mil millones de yuanes.
Escrito por Plácido Romero - Twitter

Muero de amor

Y salí corriendo a la calle. Descalza. Miré a ambos lados de la calle pero ya no estabas. Aún sentía el aroma de tu piel en mi piel. Volví a casa llorando. ¡No puede ser! Eres lo mejor que ha pasado en mi vida. Y allí estás. Sonriendo. Te amo.
Escrito por Marola

Tu muerte, mi vida

Todo está lleno de luz y alegría a pesar de ser nuestro aniversario, que hoy por primera vez no vamos a celebrar. O quizás sí.

Tú lo celebrarás allí donde estés, muriendo tu muerte. Yo brindaré por ambos en nuestra casa, afortunadamente sola, donde por fin podré vivir mi vida.
Escrito por Mª Asunción Buendía - Web

La gota que colma el vaso

Gema, el tiempo es el fenómeno más democrático que existe, todos tenemos 24 horas cada 24 horas, y en ellas hacemos lo que consideramos oportuno. Dime que no te apetece tomarte una cerveza conmigo o que no te gusto, pero deja ya de repetirme eso de que no tienes tiempo.
Escrito por Aurora Baeza

El amor y el cielo

Le dije: "Te amo, cielo mío". Esa misma noche floreció mi cama con sus gemidos. Dos meses después le dije: "Perdóname, ya no te quiero". No dijo nada, pero me hizo libre. Ella duerme en mi lecho; yo, bajo un cielo de estrellas —a veces nubes—. Y gime el viento...
Escrito por Nicolás Puente

No era abrigo para mí

Por fin te compré, abrigo pedante que me mirabas con desprecio desde el escaparate, presumiendo de que no eras para mí. Te has comido mis ahorros, pero juro que no me harás sufrir más. Las tijeras del pescado me están guiñando su ojazo hueco. Ven, guapo, que te las presento...
Escrito por Sonia Serna San Miguel - Web

Paseo nocturno

Soy robusto, de facciones gruesas, tez color resentimiento, pelo ralo enmarañado bajo la cachucha... Pero, no sé por qué, al verla vieja, rancia, de pasos taciturnos, decidí cambiar de rumbo, apurar el paso y bajar de la acera.

¿Será que me sentí intimidado por su figura y su atuendo espectral?
Escrito por Cristopher Josué Escamilla Arrieta - Twitter

Salida de la fábrica

Cada vez que salía a la calle volvía a respirar el aire fresco mientras sentía una invasión de libertad capaz de hacerlo creerse superior al resto. Era salir del infierno, se decía todas las tardes. Libre del infierno. No le importaba saber cuántas horas le faltaban para volver a él.
Escrito por Luis Ignacio Muñoz - Facebook

Un hombre

En el Centro de Quito vive un hombre; todos aseguran que está loco. Al atardecer, deambula solo perdonando ojos esquivos, encontrando la forma de cruzar su sonrisa en aquel camino. De esa boca rota está por saltar un corazón de hojalata y de sus precipitados latidos grita una cordura rota.
Escrito por María Inés Salazar - Twitter

El apagón

Una noche más. Pulsa el interruptor y en un suspiro: la muerte de Elisa, la boda de los chicos, el traslado de piso, su delicioso viaje de novios...

Hoy, en el periódico, informan de que se ha encontrado un cadáver tras haber permanecido encendida, tres años, la luz del salón.
Escrito por Smokey pisó la raya

Nada y todo

Postración, nuca, frío metálico, espasmo, detonación, estallido, humo, vacío, nada. Una cabeza volada más y una menos.

Zigzaguea la sierpe entre las piedras manchadas de sangre. Lengua bífida se desliza entre las primeras páginas. Rúbrica de tinta roja.

Lágrimas, peticiones, hoyo, olvido.

Marisco descabezado, vuelo de corchos, explosión de champán.
Escrito por María Jesús Briones Arreba

Caperucita Roja

—¿Dónde vas, Caperucita?
—Buscando El Destino.
—¿Quieres que te acompañe a casa de la abuela?

Golosa, me pide:

—¡Dame un beso!

Pero no es así el cuento: ¿qué hace una niña, de caperuza roja, con esos dientes tan afilados, relamiéndose de gula con la sangre que mana de mi cuello?
Escrito por Carmen Hinojal

Dies irae

Pese a sus proporciones bíblicas, el valle parecía desbordado, pero la carne continuaba tomando cuerpo en las almas errantes. El abogado del diablo y el de las causas perdidas intercambiaban estrategias, mientras los arrepentidos tardíos se flagelaban compulsivamente. Entonces se abrió el cielo, tronó la palabra y todo quedó sentenciado.
Escrito por Javier Igarreta Egúzquiza - Web

Obligado olvido

La primera vez que se marchó lo hizo una tarde de abril mientras comíamos en familia. Fueron tan sólo unos segundos en los que se fue a por más arroz y regresó perdida en una casa desconocida. Hoy, apenas dura con nosotros algunos momentos, momentos en los que olvida olvidar.
Escrito por J. Tremico - Twitter

Tabú

Ana cumplía a rajatabla su rutina diaria: jugar a la rayuela con las palabras. Necesitaba sinónimos para sortear aquellas que para ella eran tabú. Le ocasionaban ataques de ansiedad. Para todos eran normales, pero ella las percibía como insultos.

Desde que sobrevivió a un accidente de tren, ya dice "freno".
Escrito por Pilar Alejos Martínez - Web

Anzuelo

Se presentó para recibir su premio, con su corbata nueva y chispas de luz en los ojos. Había participado en muchos concursos de cuentos y esta vez se reconocía su talento. "Lléveselo, es él", dijo su personaje asesinado de mil maneras. Bob, su policía inventado, le había tendido una trampa.
Escrito por Lucía Flores

El despertar

Confesaba ser una soñadora. En realidad, una soñadora despierta, acosada por el insomnio que mutaba las madrugadas en realidades paralelas que se desvanecían al alba.

Una noche notó que alguien besaba su nuca y acariciaba sus cabellos. Tan placentera sensación le permitía flotar entre las sábanas, hasta naufragar: vivía sola.
Escrito por Francisco Rubio Yepes - Web

Equi-vocaciones

Doña Lourdes explicó ayer que los trapecios son cuadrados encogidos de hombros, en continua muestra de ignorancia, cuando no triángulos talados, circunstancia esta que hacían saber, enfáticamente, en cuanto tenían ocasión...

Aún podía leerse en la pizarra la fórmula de don Jacinto: 2 cuartetos + 2 tercetos = 1 soneto.
Escrito por Enrique Mochón Romera - Twitter

Visita inesperada (II)

Genaro le empujó lenta pero enérgicamente hasta la puerta, le entregó la guadaña y volvió a repetirle:
—Mira, no te lo digo más veces, ahí tienes el prado a medio segar y nosotros tenemos que bajar al pueblo.

"Maldito mundo rural", pensó Andrés.

Y se alejó con su desgana habitual.
Escrito por Jesús Manzaneque Fraile
Parte I | Parte II

Apariencias

El vecino declarará que M. era muy majo y nunca le haría daño a nadie, que siempre saludaba. Eso será mañana. Hoy M., como si nada hubiera ocurrido, frota a su hijo la parte dolorida mientras recita: "Sana, sana, culito de rana, si no te curas hoy te morirás mañana".
Escrito por Lluís T.

Desesperanza

Despojados de aquella luminosa esperanza, huérfanos de aquella anhelada algarabía, los días no amanecen.

En el jardín, el viento mece los columpios herrumbrados por la lluvia y el tiempo. El vacío instalado en sus asientos hace que el silencio chirríe estridente, llorando la ausencia de aquellos niños que nunca llegaron.
Escrito por Juana Mª Igarreta Egúzquiza - Web

Mentiras piadosas

Barrachina entró tosiendo en la consulta.

—Dígame la verdad, doctor —dijo con semblante serio.

El galeno fue piadoso. Le diagnosticó un cáncer de pulmón, pero también le confesó que la esperanza es lo último que se pierde.

Y ahí sí que le mintió. Lo último que perdió fue la vida.
Escrito por Josep Sebastián - Web

Tú. Yo

Todos decían que eras necesaria, pero para mí fuiste un estorbo. Un día te ataqué lleno de ira, a golpes de pico. Todo se desplomó sobre ambos.

Tú, cascotes; yo, desecho.

Comprendí que estábamos condenados a terminar juntos. Al menos, ya nunca volverás a arañar mi coche, columna de garaje.
Escrito por Ángel Saiz Mora

Esas estupideces

Es estúpido echar de menos a quien se acaba de marchar. ¿Por qué echar en falta cuando todavía tienes en la nariz su olor y en tus ojos, su imagen?

Alma mira a su enfurruñada nieta con amor. Imposible enseñar a multiplicar cuando todavía no se ha aprendido a sumar.
Escrito por Amelia

Sueño de tronos

El rey aparece ante el artista dormido. La atroz historia que narra no es creíble ni en pesadilla nocturna.

Al amanecer en Quinta del Sordo, sobre fondo negro, Francisco pintará al rey Saturno devorando a su hijo para evitar así ser destronado, como el propio monarca destronó a su padre.
Escrito por Isidro Moreno Carrascosa - Web

Filia

A pesar de la diferencia de edad y de que para ambos era la primera vez, fue un encuentro feliz. La niña sonrió al verle y aceptó sus caricias de padre inexperto. Dentro de quince días, en la próxima visita, habrá cumplido tres meses. Él, su primer año de condena.
Escrito por Manuel Bocanegra

Física cuántica para principiantes

El gato de Schrödinger molestaba al físico que, irritado, lo ató con unas supercuerdas, lo metió en el bolsón de Higgs y lo arrojó a un agujero negro. Pero no sirvió de nada, porque el minino, especialista en saltos cuánticos, siguió burlándose de él e importunándolo desde un universo paralelo.
Escrito por Enrique Angulo - Twitter

Camionero feliz

Carlos me acompañó casi toda la noche, aunque tenía que madrugar para viajar con su padre en el camión. Le aconsejé que durmiera durante el trayecto, pero pensó que no sería correcto por su parte. Sin duda, su progenitor le mostraba el camino para llegar al mejor destino: la felicidad.
Escrito por Ana Belén Arbués - Web

Las señoritas de la calle de Avinyó

Cuando abrió la ventana, descubrió incrédulo cómo el mundo aparecía roto, hecho añicos. El sol se le presentaba fragmentado, cual vidriera catedralicia. A la luna, por la noche, le pasaba algo idéntico. 

Pablo acudió, excitado, a su estudio para reflejar en un lienzo el que ya sería su nuevo mirar.
Escrito por José Antonio Barrionuevo - Twitter

Olfato y tacto

El verano estaba resultando muy caluroso pero allí corría la brisa marina.

—Dame la mano, vamos a subir al puente de madera. Mira, el mar. Ahora respira hondo, siente su aroma.

—¡Ummm!

Lo guardó en su memoria y nunca olvidó aquel olor, ni tampoco la mano que allí la condujo.
Escrito por SnowThomas

Oscura y atrayente obsesión

Allí vería llegar el tren y tendría tiempo para tumbarse sobre las vías.

Apareció a lo lejos y se acercó hasta los raíles. El tren tronó a su paso. Todo vibró dentro y fuera de su cuerpo como las cuerdas de una guitarra.

Faltó un paso más. Tal vez mañana.
Escrito por Galilea - Twitter

Lo que son las cosas

Yo sabía que algo no me estaba sentando bien. Un día decidí ir al médico, y me hicieron unas pruebas.

Resultado: soy intolerante a la lactosa. Soy intolerante a la lactosa y a los refrescos. En cambio, lo que son las cosas, soy tolerante al alcohol y a los medicamentos.
Escrito por Manuel A. V.

Inocencia

¿Sabes?, desde que nos intercambiamos de cama para dormir, estoy muy contenta. Ahora papá siempre viene a darme las buenas noches. Me llama princesa. Dice que lo que hacemos es un secreto entre los dos y que no le cuente nada a mamá.

Todo me ocurre como antes a ti.
Escrito por Javier Puchades - Web

Alma cándida

¿Oyes los tambores? Son del bosque furtivo; advierte a sus criaturas que va a borrar el camino del olvido y, si no regresas a tiempo, te quedarás en este lado para siempre. Vagarás por la senda de los remordimientos, sin llegar nunca al final, allí donde enterraste mis mortajas. Creo.
Escrito por Patricia Richmond - Web

Fueron felices

En una estancia lejana, hace unos años. Una pareja paseaba en un parque cercano, eran unos adolescentes, se enamoraron en verano. El tiempo pasó, los momentos fueron aprovechados. Sus madres dijeron: "¿Hijos, habéis memorizado el pasado?".

Se sienten tan felices. Lo celebran comiendo perdices. Pero cada uno por su lado.
Escrito por Eugenio Medié Ballesteros

Pensamientos fugaces

Mientras masticaba aquel chicle que había encontrado en el fondo de un pantalón vaquero empecé a recordar mi época colegial. Una época donde no existían las prisas, ni los problemas, ni las dudas ni las preocupaciones. Unos años en los que lo importante era aprender y lo más difícil, saber.
Escrito por Elena

Saludos a mis padres

Recordé satisfacciones, saludar a mis padres telefónicamente, luego acercarme para hacerlo en persona. Importante para mi bienestar verlos, saber cómo están, ayudar, la acogida, reciprocidad. Ya no están conmigo.

Ahora saludo a personas cercanas, que aceptan mi saludo con aprecio, valoración, reciprocidad como señal de respuesta.

Así las cosas...
Escrito por Ángel Guillermo Ruiz Guerrero

Arrepentimiento

Quisiera saber si te ha llegado mi última carta, Luís. Espero que no sea así. Te la envié en un momento de ofuscación.

Quiero que sepas que te sigo queriendo. Al enviártela me dejé llevar por los celos, pues creía que me engañabas con quien resultó ser tu hermana pequeña.
Escrito por Gloria Arcos Lado

Ella

Su mirada iluminó el universo y, en ese mágico instante, nuestros sentidos ahuyentaron la bruma que nos separaba del contacto. Luego, se puso a recomponer los pedazos rotos de mi vida. Su sonrisa curó los del pasado, su boca despertó los del presente, y sus manos dibujaron los del futuro.
Escrito por Pablo Núñez - Twitter

Ni de pensamiento

Al llegar a la última puerta, un funcionario (¿o funcionaria?) le entrega los formularios que debe rellenar. Todo bien, hasta la novena hoja. Sabe que tiene que declarar toda la verdad, pero aquellos pensamientos eran su secreto. Eso creía él, al menos.

Tras la nube, Pedro niega con la cabeza.
Escrito por Pepe Sanchis

Arte efímero

Por la playa camina un viejo muy bronceado. Lleva en la mano un bastón y de vez en cuando se inclina sobre la arena y dibuja peces. Cuando se aleja tomo asiento al lado de las representaciones y espera hasta que sube la marea. Desaparecen y también la firma: Picasso.
Escrito por Mª Luisa Pérez Rodríguez

Persona

Te odio. Has vuelto para recordarme que no me merezco nada de lo que soy. Ahí sigues, escrutándome hierático; inmerso siempre en ese repugnante rencor que muestras en cada mirada. Yo no quiero ser como tú. Por eso, uno de los dos ha de morir. Tú eliges quién, maldito yo.
Escrito por Jesús Garabato Rodríguez

Las Guerras del Martillo: Nunca te fíes de un humano (III)

Sellaron con runas de ocultamiento enano, cámaras con niños, mujeres y tesoros.

—¡Endemoniados humanos! —farfullaba Varek Barbafuego.

Dos enormes rata-ogro destrozaban un acceso subterráneo a la fortaleza. Enfrente, 500 rompehierros esperaban la orden de Varek, la deseaban.

—Hoy entraremos en el libro de los agravios. ¡¡A la carga!! ¡¡Por Grugni!!
Escrito por Raquel Tevas Cisneros
Parte I | Parte II | Parte III | Parte IV | Parte V | Parte VI

¡Muere!

El planteamiento no resultó sencillo... o quizá, sí; sencillísimo: casi sin proponérmelo ya había logrado captar su atención y distraerlo del antídoto que otra mano le tendía.

A él solo le quedaban segundos de vida... Iba a morir leyendo lo que le escribía, en cuanto llegara a la palabra cincuenta.
Escrito por Carlos León - Web

Predicciones

Yo te aseguro que vendrá. Os sonreiréis y él extenderá los brazos para darte un apretado abrazo. Luego, cogidos de la mano, pasearéis y compartiréis tantos recuerdos vividos juntos. Sin reproches... Mira, ¡por ahí viene!

—Ya me estabas tardando... ¡Te voy a rajar, cabronazo! Ahora vamos a arreglar cuentas...
Escrito por María José Viz Blanco

La soledad (III)

Invitaba al teatro, planificaba los fines de semana, organizaba fiestas, mezclaba grupos de amigos, ayudaba a encontrar trabajo... Hasta que un día se cansó de tirar del carro. Esperó un fin de semana, otro, otro y otro y nunca sonó el teléfono. Solo quedó una amistad, que le pidió dinero.
Escrito por Iñaki Ferreras
Parte I | Parte II | Parte III

Despertares

El despertador me apea de un sueño al que quisiera volver. Sin abrir los ojos, gozo el leve perfume que me llega de su lado de la cama y mi mano busca su cuerpo, lo hace lentamente, tratando, como cada mañana, de prolongar unos instantes la terca y vana ilusión.
Escrito por Georges

Querida Roxanne:

Desde que te recuerdo, se yerguen oleajes de sangre sobre mis cicatrices, al batirme en duelo cada noche contra el desaliento, de albergarte etérea, desnuda de matices.

Puede que algún día inimaginablemente triste, ya vencido por el tiempo, deje de contestar a las cartas de amor que nunca me escribiste.
Escrito por Antonio Bolant - Twitter
Elegido mejor relato de 2017

Roberto y Mabel VI

—Los que al tocar una melodía se creen Charly García, son los mismos que "descansan" en La Feliz. Debería llamarse La Triste porque amontona gente conforme con quince días de vacaciones por trescientos explotados. Menos mal que existís, vos —le dijo Mabel a Juan que, apresurado, se levantaba los pantalones.
Escrito por Priscila Pry
Parte I | Parte II | Parte III | Parte IV | Parte V | Parte VI | Parte VII

Demasiadas coincidencias

Era raro no verle allí, acudía al menos cuatro de los siete días de la semana, sus visitas a urgencias eran ya demasiado frecuentes. Ahora le acompañan a la puerta y le entregan un papel: "Síndrome de Münchausen".

El anciano está sorprendido, ¿cómo sabrían ellos lo del campo de concentración?
Escrito por Yoya Muiños Alonso
Anónimo hasta noviembre

Trasto

Vive en un trastero; los recursos tras su divorcio no le dan para más. Lo alquilaron cuando se les quedó pequeño el pisito, su exmujer aseguró que era lo ideal hasta que compraran otro más grande.

Él sigue pensando que allí terminan los trastos inútiles que ya no se quieren.
Escrito por La Marca Amarilla
Anónimo hasta noviembre

Siempre se va

A veces la vida parece que se escapa por la puerta de la casa. Tan vacía. Sientes alegría por su éxito social. Te apena la distancia en lo afectivo. Echas en falta las palabras cercanas, las risas, los gestos... 

Sobre todo las caricias. Tú puedes vivir sin ellas. Yo, no.
Escrito por Carmen Martínez Marín - Web
Anónimo hasta noviembre

Encuentro

—¡Te odio! —gritó la mujer. El hombre la miró con furia contenida. Justo en ese momento explotó la bomba afuera.

Ambos se miraron con repentino amor. Apenas tuvieron tiempo para abrazarse y pedirse perdón antes que la poderosa detonación nuclear los disolviera y sus cuerpos calcinados se fundieran para siempre.
Escrito por Daniel Castillo
Anónimo hasta noviembre

Brisa divina

La brisa divina del mar me acariciaba el rostro. Entre sueños sentí acercarse a un caballero vestido todo de blanco, con respeto me ofreció un plato de caviar.

Yo dudé, pero decidí aceptarlo y compartirlo con la bella sirena que cargaba a nuestro hijo y ahora descansaba a mi lado.
Escrito por Omar Martínez González
Anónimo hasta noviembre

Perderse en un poema

Mi historia es demasiado común, repetible; con una carga que la hace auténtica. Por eso expreso mi destino a través de las palabras.

Hoy he elegido escribir poesía entre las fronteras de dos posibilidades: la vida y la muerte. Vivo buscándome entre líneas escurridizas y muero en el mismo poema.
Escrito por Olga Noya
Anónimo hasta noviembre

Deseos de paz

En aquella vorágine de personas corriendo sin saber a dónde. En su casa se encontraba Andrés, sentado en su butaca mirando por su ventana y recordando lo vivido hace tantos años. Unas lágrimas saladas se deslizan en silencio. Su nieto se acerca y pregunta:

—¿Por qué lloras, abuelo?
—Quiero paz.
Escrito por Belén Sánchez Sánchez
Anónimo hasta noviembre

El vuelo de la memoria

Las palomas se alborotan al verlo. El anciano, con la parsimonia que regalan los años, les da de comer. El frío apremia el regreso al hogar.

En la soledad de su habitación, siente que la vida lo abandona. Da gracias, conoció el amor. En la ventana, una paloma pinta espera.
Escrito por Salvador Esteve
Anónimo hasta noviembre

Historias que he intentado escribir

Se entrometían por las rendijas de la persiana como una luz centella, me huían los argumentos entre desvelos de madrugada. Morían de asfixia a los personajes con la espiral de alambre del cuaderno. Historias que no logró avivar la tinta, que no pudo reanimar el golpe indeciso de las teclas.
Escrito por Belén Sáenz
Anónimo hasta noviembre

Acusación histórica

—Coronel Paty de Clam, yo le acuso.

De este nítido modo defendió al militar judío perseguido injustamente. Bien pudo haber mirado a otra parte; además, lo suyo era la novela. Pero no quiso.

Periodista comprometido, intelectual implicado, corajudo hombre de bien. Amaba la verdad, era francés y de nombre Émile.
Escrito por Carmelo Carrascal
Anónimo hasta noviembre

Luces y sombras

Ella me pintaba preciosos cielos luminosos pero cada noche yo les añadía nubes sombrías. Empezó entonces a crear puertas abiertas y amplios ventanales sobre los que yo trazaba cerrojos y barrotes. Perdido ya todo el color, dibujó unas hermosas alas y me quedé solo tratando de borrar estas amargas lágrimas.
Escrito por Manuel Menéndez Miranda
Anónimo hasta noviembre

Postrimerías

—La memoria me falla, pero sé quién eres. ¿Vienes ya por mí?

—Llevo mucho acompañándote, pero no, morirás poco a poco.

—Preferiría una muerte rápida, imprevista.

—Lo siento, es tu destino, pero tranquilízate, no soy tan cruel como piensas, te iré quitando lentamente la memoria, la consciencia y el raciocinio.
Escrito por Crispín - Web
Anónimo hasta noviembre

El despertar de las máquinas

Despertó alertado por el chisporrotear cíclico del monitor de su ordenador. Juraría que lo había apagado antes de irse a la cama. Y, efectivamente, permanecía apagado. Aquel ruido provenía del interior de su propia cabeza.

Y es que a los robots nunca se les ha dado bien eso de dormir.
Escrito por Antonio Segovia - Web
Anónimo hasta noviembre

El consecuente

Por fin era feliz, con mi pequeño restaurante en Melbourne, así que decidí inaugurarlo con Alysson, mi querida socia. Para conocerla, me apunté a un curso de cocina en el que me la encontraría.

Sabiendo esto, sólo tuve que dejar mi empleo como analista y largarme a vivir a Australia.
Escrito por Álex Garaizar
Anónimo hasta noviembre

No mires atrás

El ascenso se me dificulta a cada momento. Mis dedos sangrantes se aferran angustiosamente a los guijarros mientras los habitantes del averno carcajean, escupen y me insultan.

Pero nada más terrible que las dudas que corroen mi alma. ¿Ella vendrá detrás? ¿Él cumplirá lo pactado?

Titubeo, volteo... y la pierdo.
Escrito por Jean Durand - Web
Anónimo hasta noviembre