Blue Christmas

Cada Navidad colocamos bajo el árbol la zapatilla que llevaba cuando marchó enfadado y que encontraron en el vertedero. Luego envuelvo la PlayStation que no le regalamos aquel año y esperamos. Ella a que vuelva para abrazarlo, yo a que alguien me diga que ya puedo llorar por mi niño.
Escrito por Manuel Menéndez Miranda

52 comentarios :

  1. Hola Manuel, bienvenido a 50palabras, y un estreno excelente.
    Tu relato esta lleno de sentimiento y pena, dolor por ese niño que se marchó de la vida de sus padres. Perder un hijo es lo pero que les puede pasar.
    Es la espera por un regreso que la cabeza te dice que no volverá, pero el corazón de esos padres niega.
    Son geniales la imagen de la zapatilla y de la Play, tus letras nos hacen sentir y ver.
    Manuel me ha gustado mucho, enhorabuena y que sea el primero de muchos más.
    Un abrazo enorme y ya sabes donde nos encontramos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias Javier por tus cariñosas palabras. No es desde luego un relato alegre, me alegra que te haya gustado. Un abrazo fuerte!

      Eliminar
  2. ¡Vaya estreno, hermano!
    Relato que te deja encogido el corazón. Escrito a la mil maravillas, que bien te sienta las cincuenta. Una historia llena de imágenes potentes, que me ha pasado por la cabeza como un cortometraje. Fotograma a fotograma se va paladeando hasta llegar a ese final, que me ha agarrado el corazón. Decir que me ha gustado mucho es quedarme corto.
    Un apunte: para rematar tu obra de arte, o para coronarla, un guiño al gran Elvis. De diez.
    Un abrazo.
    Pablo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Manuel Menéndez18/2/17, 19:19

      Un millón de gracias amigo. Si no te conociera pensaría que eres andaluz por lo exagerado, jajajaja. Me gusta mucho eso de que lo veas como una película, sobre todo sabiendo el gusto por el cine clásico que compartimos. ¡¡Un fuerte abrazo hermano!!

      Eliminar
  3. Enhorabuena por tu estreno, Manuel. Un relato duro (siempre es dura la pérdida de un hijo, y mucho más, imagino, si ni siquiera puedes cerrar el duelo), con su historia omitida, pero bien presente, como es de rigor en los buenos microrrelatos.
    Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias Carles. En efecto, difícil concebir algo mas duro. No saber siempre es peor que tener una certeza aunque sea trágica. Un abrazo.

      Eliminar
  4. Impactante, duro y tierno a la vez. Qué difícil es conseguir eso y qué bien lo has resuelto. Parece que llevas toda la vida escribiendo cincuentas, guaje.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡¡Gracias mozu, préstame mucho el tu comentario, jajaja!!. ¡¡Muchísimas gracias amigo!!

      Eliminar
  5. Creo que has sabido con poca información, construir un relato que refleja muy bien lo importante de la historia. Además la imagen de la zapatilla versus la play station. El padre versus la madre. La vida o la muerte. La esperanza frente al duelo...

    Muy bueno Manuel.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Raquel, lástima que esas imagenes den poco lugar a la esperanza, pero es que a veces la vida es así de cruel y dura. Un fuerte abrazo y encantado.

      Eliminar
  6. Una Navidad al revés, dolorosísima. Me parece un texto excelente, o al menos a mí me gustó, me gustó mucho, quiero decir.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, me alegro de que te haya llegado el texto. La Navidad desde luego no podría doler mas. Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  7. Lo has escrito tan bien, que no se necesitan más palabras para explicar esa dura historia basada en los remordimientos del dolor de la culpa. No concibo nada más terrible que perder un hijo y sentirte culpable. No hay Navidad que lo soporte.
    Enhorabuena, Manuel.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, creo que yo tampoco concibo nada mas doloroso, con el añadido de la incertidumbre. Un fuerte abrazo y un placer saludarte.

      Eliminar
  8. ¡Vaya estreno, compañero!
    Bienvenido, aunque ya formabas parte de esta familia, Manuel.
    Enhorabuena por esta historia, es triste y dolorosa, pero contada de una forma tan bella, que lo único que se puede hacer después de leerla, es suspirar y felicitarte.
    Un beso.
    Malu.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias amiga, con vosotros todo es fácil. Me alegra muchísimo que te guste, a pesar de su crudeza. Un besote!.

      Eliminar
  9. Este triste blues sigue sonando después del punto final. Sigue sonando su triste melodía porque esa espera, es espera sin fin que no se agotará hasta un imposible regreso; también porque la buena factura del relato compone con acierto esa melodía de pérdida y culpa compartida.
    Un sólido relato que confirma un estreno. Felicidades, Manuel.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias tocayo, imposible dedicarme un halago mejor que comparar un relato mio con un blues, con una canción. Vivo convencido de que la vida es música, a veces blues y a veces rock and roll. Muchísimas gracias y un abrazo

      Eliminar
  10. Hermoso estreno, Manuel. El dolor y la esperanza combatiendo cada Navidad en este triste "blue". Nada peor que la pérdida de un hijo, nada peor que no poder cerrar el duelo.
    Me gustan las imágenes que has utilizado.
    Felicidades y un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Carmen, en efecto nada peor que ese dolor que jamás cesará y donde ni siquiera puedes llorar a gusto. Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  11. No es de extrañar, porque ya te veíamos venir, lo que no quita para reiterar algo que salta a la vista, que has compuesto un relatazo, un comienzo de lujo. Un drama impactante, casi total, en el que la única puerta a la esperanza, estrecha y menguante a cada día que pasa, es que pueda volver un ausente que parece volatilizado, aunque tal vez la certeza de su marcha dejase descansar a sus progenitores, si es que pueden vivir con el remordimiento de pensar que la causa de que no esté fueron ellos. El padre lo lleva de una manera y la madre de otra, pero el dolor es el mismo y las navidades igual de amargas.
    Un abrazo grande, Manuel

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Ay Angel, tu que me miras con buenos ojos!. Para mí, como "padre" que escribe el relato no hay mucho resquicio a la esperanza, solo a continuar manteniendo el tipo ante tu pareja para que ella pueda mantener aún esa puerta mísimamente abierta. Un fuerte abrazo, amigo!

      Eliminar
  12. Ojalá consigan, tus protagonistas, librarse de parte de esos recuerdos que parecen formar parte de sus vidas, pero que no les dejan respirar, no sabemos si solo en esas fechas navideñas o de forma permanente. Una cosas es recordar y otra ser consumido por algunos recuerdos. Duro, pero sensible, tu relato. Enhorabuena, Manuel. Saludos y suerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Jesús. Seguro que no es solo en Navidades, pero es que esas fechas son especialmente duras cuando alguien falta, mucho más en este caso. Un fuerte abrazo!

      Eliminar
  13. Más triste no pueden ser las Navidades de esa pareja, donde falta el hijo que se marchó disgustado con ellos seguramente por una discusión banal. Pero después de tanto tiempo sigue sin aparecer, ni vivo ni muerto, por lo que las padres no pueden ni volverlo a abrazar ni resolver su duelo. Debe ser horrible, no puedo imaginar cuánto. Y de fondo musical, Elvis.
    Una obra maestra, Manuel. Y esto es solo tu estreno.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchisimas gracias por este comentario tan cariñoso. Yo tampoco puedo llegar a imaginar ese dolor, aunque lo intente (afortunadamente). Ah, y Elvis Forever!! :-) Un beso y encantado.

      Eliminar
  14. Magnífico debut, Manuel. Una triste historia con ese contraste entre el deseo y la razón, en el que hasta la noticia de un fatal desenlace se puede percibir con alivio.
    Genial. Mucha suerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias Maestro. A veces hay milagros, pero yo no lo esperaría en este caso, solo puede desearse que haya un desenlace por triste que sea.

      Eliminar
  15. Permíteme, Manuel, que me centre en la última frase de tu magnífico micro: "...que alguien me diga que ya puedo llorar por mi niño". Este final me hace pensar en aquellas personas desaparecidas y que se acaban dando por muertas, aún sin aparecer el cadáver. Bueno, a mí me ha traído ese pensamiento, dicha frase. Enhorabuena, Manuel.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias María José, una vez vi un documental de familiares de niños desaparecidos, me pareció tremendo. Años y años esperando algo que ya no crees, pero negándote a cerrar ese último resquicio de esperanza. Terrible pero real, desgraciadamente. Un beso.

      Eliminar
  16. Manuel, bienvenido. Que bien describes esos sentimientos de unos padres por la desaparición de su hijo, entre la esperanza y las ganas de poder cerrar la herida llorando su pérdida.
    Muy buen relato, estremece el corazón. Excelente debut.
    Besos apretados.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por esa bienvenida y ese cariñoso comentario Pilar. Me alegro de que te haya llegado, aunque sea duro, Un beso!

      Eliminar
  17. Estremecedora historia, magnífico estreno. Bienvenido, Manuel.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  18. ¡¡Bienvenido, Manuel, a este rincón literario que ya también es tuyo!!

    Sobrecogedora tu primera propuesta cincuentista. Una historia que provoca en quien la lee, nada más empezar, un interrogante: ¿qué le pasó a ese niño de quien solamente se encontró una de sus zapatillas? Sí nos dejas claro que entre los padres cada uno tiene una perspectiva diferente: la madre mantiene esperanzas de regreso; el padre, el deseo de saber definitivamente lo que ya intuye.

    ¡Enhorabuena por este espléndido estreno! No seguimos leyendo.

    Un saludo muy cordial.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchisimas gracias amigo!. Creo que ese interrogante, como ocurre en la vida real, es posible que nunca tenga respuesta, hay demasiado malnacido por el mundo, desgracoadamente...

      Un fuerte abrazo y por supuesto que nos leemos

      Eliminar
  19. Muy buen estreno Manuel. Sin sentimentalismos, nada fácil interponiendo la navidad, retratas la desesperación racional y la locura del autoengaño. Excelentemente demoledor.
    Enhorabuena.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchisimas gracias, de verdad. Me gusta mucho como expresas tu análisis. Quizás la locura del autoengaño sea necesaria para seguir sobreviviendo en este caso. Un saludo y gracias de nuevo.

      Eliminar
  20. ¡Qué dura historia Manuel! Y la cuentas tan bien, sólo usando las palabras justas, que impacta mucho más. Me gusta el comentario de Raquel.
    Por mi parte, cuando ya lo has leído todo, encuentro mucha carga en el principio: "Cada Navidad". Uf!
    Un abrazo.
    Carme.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, es importante ese "cada Navidad", no ha sido una ni dos. Un ritual de autoengaño o de dolor compartido, una tristísima Navidad, sin duda. Muchísimas gracias por tu comentario. ¡Besos!

      Eliminar
  21. Desgarradora historia bajo el ambiente navideño que la hace aún más dura. Creo que es peor la incertidumbre que una dura realidad. Lo has reflejado perfectamente.
    Buen estreno amigo «Laszlo».
    Welcome. Un abrazo y buena suerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sin duda amigo, esa incertidumbre tiene que ser desgarradora. Muchísimas gracias y un fuerte abrazo!

      Eliminar
  22. Tremendo. Creas unas imágenes emocionales muy duras. Felicidades y bienvenido, Manuel. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, esta historia lo requería creo, pocas cosas pueden ser más duras. Un saludo y encantado, ¡gracias por el comentario!

      Eliminar
  23. En el microcuento se entrecruzan varios niveles de sentimientos y cada uno con sus distintos grados de intensidad. Por un lado está la Navidad, que suele exacerbar todo tipo de emociones, y no todas ellas buenas; por otro, todo cuanto se adivina de la vida anterior de esa familia antes del fatal suceso y, además, el sentido de culpa de esos padres que han perdido a su hijo, el cual se habrá ido acrecentando según pasaba el tiempo y no aparecía.
    Es de suponer que se harán reproches, tanto por la educación que le dieron como por su forma de actuar el día del suceso, por no haber impedido de alguna forma que se marchase de casa, o por no haber salido detrás suya.
    Lo que sí es cierto es que la desaparición de una persona –y la de un hijo suele ser la peor- es una tragedia mayúscula, pues mientras nada se sabe a ciencia cierta, tanto la desesperación como la esperanza se van turnando en el ánimo de los desdichados familiares.
    En este caso, la madre parece la más esperanzada, mientras que le padre parece que ya sólo espera que le confirmen que su hijo está muerto y así poder entregarse al inmenso dolor de la pérdida.
    En definitiva, un gran microcuento y un gran debut. Mi enhorabuena y mis más cordiales saludos, Manuel.

    ResponderEliminar
  24. Muchísimas gracias. Supongo q algo de esperanza quedará en el y algo de fatalidad habrá en ella, porque nada es blanco ni negro, pero en 50 palabras es difícil matizar aún más los grises. Muchísimas gracias y un abrazo!

    ResponderEliminar
  25. Enorme relato, Manuel. Cuatro frases perfectamente calculadas en las que la información y la sensibilidad conviven de manera asombrosa, y con las que demuestras que se puede conmover, más de hecho, sin decir ciertas cosas.
    Enhorabuena y un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Enrique. Ante un suceso así es poco lo que se puede decir, nuestra empatía es la que nos hace intentar ponernos en el lugar de esos padres y darnos cuenta que las palabras sobran. Un abrazo.

      Eliminar
  26. Muy duro, llega hasta el alma.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario Maite y por tu sensibilidad. Un cariñoso saludo.

      Eliminar
  27. M. Belén Mateos21/2/17, 19:30

    Triste y duro 50.
    Una pérdida que se recuerda en cada gesto, en cada vacío de abrazo, en cada lágrima no derramada.
    No es una navidad muy blue, aunque con tu manera de narrar has conseguido un azul intenso de felicitación.
    Un beso grande Manuel.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Te cuento un secreto? El relato surgió entre otras cosas de la canción de Elvis que empieza diciendo algo así como "tendré una triste Navidad sin ti" y se me ocurrió pensar en lo que pueden ser una navidades auténticamente tristes, donde el problema no sea que tu chica te dejó, o que no te ascendieron en el trabajo o que tu equipo haya perdido alguna competición. A veces nos falta perspectiva y sentido de la proporción...y ojalá siga siendo así y podamos seguir preocupándonos de los pequeños dramas diarios, no de loa auténticos que te marcan de por vida. Un millón de gracias Belén, un beso azul y música de Elvis de fondo, por supuesto!

      Eliminar

Si no tienes cuenta, elige "Nombre/URL" en lugar de "Anónimo". ¡Gracias!