Amanecer en El Puerto

Dijeron que en esa playa habían aventado a Rafael.

Escrutando las olas, escuchamos un clamor:

—¡Ayudadme! Quiero aspirar un perfume de alhelíes y, de nuevo, ver brillar mis dorados alamares. Al poeta que me salve, cien huríes lo acompañen. ¡Sacadme de estos fondos! ¡Llevadme hacia otras mares!

Apuramos las litronas.
Escrito por Jesús Garabato Rodríguez

19 comentarios :

  1. Querido Jesús, los que te conocemos bien sabemos lo mucho que admiras la poesía de Rafael Alberti pero, con este micro, lo has mostrado a todo el mundo. En tus palabras están sus versos, perfectamente hilados. Te felicito, no solo por traernos al gran poeta, sino porque no es tarea fácil que, ni su voz, ni la tuya, sobresalgan, una sobre otra. Son un todo armonioso. Besos.

    ResponderEliminar
  2. Marinero de las letras, capitán de marinerías te va a nombrar Rafael a golpe de ritmo de ola por rescatar sus versos y traerlos con tanto tino desde los fondos marineros de la bahía.
    El contrapunto de la última frase nos advierte del desconocimiento o de la indiferencia de las nuevas generaciones hacia la tradición poética. Pena de país, culturalmente hablando, que tanto descuida su patrimonio eterno. En la casa del herrero los cuchillos son de palo. Ya se sabe, veleros de cuatro palos, marineros de cartón.
    Saludos, Jesús

    ResponderEliminar
  3. Jesús, poético y bello relato, en el cual, como ha dicho Mª José, has hilado versos del gran Rafael Alaberti. Y también, como ha dicho Manuel, tu última frase demuestra el desconocimiento, e incluso la falta de respeto hacía lugares y personas.
    Jesús, Rafael Alberti merecía un bello relato como este.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Traer a colación al gran Alberti ya merece un aplauso. Si se combinan sus palabras hermosas y eternas con cariño y buen tino está servido el segundo acierto. En contraste a una arquitectura verbal llena de belleza y evocación, las tres palabras de la frase final rompen toda armonía y aportan un tono de alarma, un toque de atención mundano sobre el olvido al que las nuevas generaciones, sepultadas en su propia ignorancia, pueden condenar a un legado único.
    Un abrazo, Jesús

    ResponderEliminar
  5. Yo prefiero una interpretación más fantasmal. Un ángel vestido de marinero me contó en otro amanecer, en otra playa de una bahía del sur, que, cuando despunta el alba, sólo entonces, se escucha la voz de un poeta que pide ayuda para escapar del olvido. No todos están preparados para oírlo, sólo los niños, los locos y los borrachos pueden hacerlo. Y eso fue lo que pasó.
    Bravísimo, ángel superviviente.

    ResponderEliminar
  6. Tremendo homenaje a Rafael Alberti. Te felicito por lo bien que has hilado tu Cincuenta con algunos versos, el resultado final ha sido muy atractivo. Mantienes muy bien la atención del lector hasta el final para conocer el paradero de Rafael en el mar. ¡Has logrado un puzzle extraordinario! Enhorabuena. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Jesús, con tu micro has homenajeado los bellos versos de "Marinero en tierra, tan llenos de resonancias del Cancionero tradicional medieval. Es de agradecer que hayas hecho sonar la voz del poeta con certera prosa, para que sus versos no caigan en el olvido. Estamos obligados a pasar el testigo a las generaciones que nos siguen, ofreciéndoles su lectura o, como has hecho tú, escribiendo relatos como este.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  8. ¡Bravo! Jesús, por recordarnos la figura del gran gaditano. tan importante en España como en los lugares a los que lo llevó su largo exilio.
    No lo buscaré en el mar, caminaré hasta la que fue su casa, “La Gallarda”, miraré esos pinos que él seguramente miró cuando escribió: “Viento, estás loco. Hoy te has escapado del mar y te has metido, todas tus poderosas furias desesperadas, dentro del bosque…
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. ¡Me encanta tu relato!
    Jesús, qué bien has unido las palabras que usas con buena maestría.
    Encantada de leerte.
    Besicos

    ResponderEliminar
  10. He flipado con el giro final de tu relato, tocayo.
    Has hecho un cóctel, de tonos poéticos con la cruda litrona.
    Tu inspiración, ha sido de nota.
    Te mando mi mejores deseos de suerte y felicidad.

    ResponderEliminar
  11. Imagino a un grupo de estudiantes que están de excursión, o de vacaciones, en El Puerto de Santa María, a quienes alguno de sus profesores, o un guía, les va contando algo de la historia, del arte y, cómo no, de su hijo más ilustre: el poeta Rafael Alberti, y ellos, estando en la más absoluta de las inopias, como lo hemos estado la mayoría en esos años, siendo esto culpa, en gran parte, de los sistemas educativos que se han ido padeciendo en este país.
    Así que hasta me extraña que lleguen a escrutar las olas y escuchar –algo que requiere poner atención- el clamor con que brotan de ella los desahogos líricos del poeta, quizá haya alguno, el raro o los raros del grupo, el resto estarán ebrios de juventud y de locura y, además, necesitarán el aditivo de las litronas para exacerbar aún más ese frenesí sin objeto.
    No saben, y no sólo los jóvenes, sino la mayoría de los humanos, que la gran poesía habla de ellos, de lo que ellos no pueden explicarse, de lo que, verbalizado, puede salvarnos cuando los cielos de nuestra vida se han cubierto de negros nubarrones.
    Pero los enemigos de la cultura son infinitos aunque se vistan con pieles de cordero, y todos ellos están interesados en que la gente no se realice para poder manipularlos, para poder explotarlos, para que sirvan de carne de cañón cuando las circunstancias así lo exijan.
    Y es que, prácticamente, en toda época y lugar, lo más importante para vivir una vida lo más plena posible no se enseña, teniendo en cuenta además que son muy pocos los que están preparados para impartir tales lecciones.
    Un abrazo Jesús, y enhorabuena por traernos a ese marinero en tierra que ahora andará por los aires.

    ResponderEliminar
  12. Un bonito homenaje a Rafael Alberti. Aunque no sé si querría estar en otras aguas que no fueran de la Bahía.
    Saludos, Jesús

    ResponderEliminar
  13. ¡Ay, Jesús, pobres niñatos de botellón, no entendieron nada!
    Precioso homenaje a Rafael Alberti, enhorabuena.
    Un beso.
    Malu.

    ResponderEliminar
  14. Magnífico relato, de lírica mala leche, en el que contrasta la simpleza del divertimento ordinario basado en una borrachera con litronas, con la profundidad poética de una persona con una sensibilidad poco común.
    Muy bueno, Jesús. Enhorabuena.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  15. ¡Gran homenaje a Rafael Alberti, al poeta de El Puerto de Santa María, provincia de Cádiz, a ese marinero en tierra que terminó mezclado con el agua salada del Atlántico de su bahía!
    Y junto a ese homenaje, un aviso a navegantes: tenemos que tener presente la poesía, un arte que se ha ido apartando (o aparcando) cada vez más por las nuevas generaciones que parecen desconocer la importancia que tiene para vivir, para saber vivir. Incluso, ¿por qué no?, para acompañar a esas litronas...
    Enhorabuena, Jesús, por tu cincuenta. Nos seguimos leyendo y seguramente también leyendo poesía.
    Un abrazo desde el sur.

    ResponderEliminar
  16. Muchas gracias a todos por leerme y dejarme vuestros maravillosos comentarios. Sí, he pretendido hacer un pequeño homenaje a Alberti usando un par de palabras creo que reconocibles de alguno de sus poemas, además de las "exhortaciones" que me sonaban como de su estilo. Trataba de que el texto estuviera abierto a diversas interpretaciones (que no siempre son necesarias). Puede ser que los protagonistas crean oir una voz sobre el rumor de las olas; puede que sea un borracho un tanto poeta que pida realmente ayuda... Saludos.

    ResponderEliminar
  17. Hola Jesús, muy buen relato el tuyo. Personalmente desconocía la historia de Alberti, para mi al leerlo, no he podido evitar asociarlo con las ilustraciones de "La Fuga de Atalanta", en especial en donde un rey se ahoga en el mar y grita algo como "Al que me salve de las aguas, le daré un gran poder". El texto es una obra alquimista, ya saben símbolo tras símbolo.
    Un gran abrazo y estupenda relato.

    ResponderEliminar
  18. Yo veo en tu relato, aparte de ese bello tributo, en un tono poético envidiable, al gran maestro, un momento de comunión entre el "alma" inmortal del poeta y esas personas que están en la orilla bebiendo, entre otras cosas, y en las que el alcohol puede haber contribuido a propiciar ese clímax.
    Enhorabuena, Jesús.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  19. Muchas gracias, Jean y Enrique, por comentar y leer. Saludos.

    ResponderEliminar

Si no tienes cuenta, elige "Nombre/URL" en lugar de "Anónimo". ¡Gracias!