Gases
Si lo encendía, se delataba. Quedaba solo un cigarro. Andaban jabalíes por la zona. Miedo. Le entraron ganas. Sus exabruptos gases lo complicaban: el hedor atraería a más animales. Lo matarían, y no los contrabandistas de tabaco a los que había ido a robar. Fumar mata. Por fin, lo dejó.
El cigarrillo se ha convertido por arte y magia de tu relato en cuestión de vida o muerte. Juega esa espada de Damocles sobre el protagonista en un momento donde se cruzan deseo y necesidad. Dos ingredientes que pueden hacer explotar cualquier situación.
ResponderEliminarSaludos, Nus.
Nus, a tu protagonista el tabaco lo va a matar o por activa o por pasiva, pero además, como ha dicho Manuel, conviertes a ese cigarrillo en el verdadero protagonista de tu relato, lo que suceda con ese cigarro va desatar diversas consecuencias.
ResponderEliminarBuen relato, Nus.
Un abrazo.
Muy bueno, Nus. Fumar mata sí o sí.
ResponderEliminarClaro, es que fumar mata y si esta andanza le ha servido para dejar el vicio, mejor que mejor.
ResponderEliminarBuena historia Nus.
Malu.
Para dejar de fumar, no hace falta más publicidad que leer tu relato.
ResponderEliminarUna buena campaña contra el cigarrillo, ya sea en asfalto o campo, y un buen relato de "50".
Un abrazo, Nus.
Gracias a todos por vuestros comentarios. Y si, nos pueden matar muchas cosas, entre ellas el tabaco. Pero las situaciones en las que nos podemos encontrar a veces, inverosimiles o extremas, son las que nos pueden hacer reflexionar sobre lo que importa realmente, como seguir vivitos y coleando ;).
EliminarJabalíes, contrabandistas o una enfermedad pulmonar, fumar suele tener consecuencias, inmediatas o incubadas a fuego lento, y nunca son buenas, a pesar del encanto que pueda tener un cigarrillo en manos de Humprey Bogart o Audrey Hepburn. Tu protagonista tuvo que vivir una situación drástica para darse cuenta de ello y abandonar esa práctica.
ResponderEliminarUn saludo, Ana Isabel
El ser humano tiene que a llegar a situaciones extremas, para darse cuenta del daño que ciertos placeres en exceso son pernicios.
ResponderEliminarUn magnífico y gráfico microrelatos nos lo recuerda, gracias Nus Bayker
Te sigo. Escribe más
* perniciosos
ResponderEliminarEl protagonista de tu micro, Nus, no sólo debe dejar el tabaco sino también su oficio, que me parece que también es bastante nocivo y peligroso.
ResponderEliminarSaludos