La madre huérfana
Hacía cuatro años que la niña había muerto (tendría once ahora), y dos que Ana evitaba disciplinadamente fotos y recuerdos...
Pero a veces, en alguna tienda o en la calle, bastaba el olor a colonia infantil y goma de borrar para oprimirle la garganta e inundarle de lágrimas el pecho.
Pero a veces, en alguna tienda o en la calle, bastaba el olor a colonia infantil y goma de borrar para oprimirle la garganta e inundarle de lágrimas el pecho.
Un nudo en el pecho se pone al leer tu relato. ¿Cómo se cura el dolor de una madre huérfana? Ese título redondo lo expresa todo.
ResponderEliminarConmovedor,Aurora. Saludos.
Duro.
ResponderEliminarGracias por compartirlo, Aurora.
Salut.
No hay consuelo para algo así. Se sigue viviendo pero siempre con ello encima.
ResponderEliminarConmovedor leerte. Gracias por tus letras.
Aurora, un relato que es puro sentimiento de amor de madre. La ley de la vida dice que los hijos sobreviven a los padres y no al revés. La muerte de una hija debe ser algo muy difícil de superar.
ResponderEliminarTu título es genial.
Muy buen relato, Aurora.
Besos.
Creo que ese dolor de tu protagonista es el peor que puede sentir una madre.
ResponderEliminarUn abrazo, Aurora, lo describes de forma muy hermosa.
¡Qué bonito Aurora! Dicen que lo único que no puede superar una madre es la muerte de un hijo.
ResponderEliminarLo has contado de una forma delicada, con mucho sentimiento. Precioso, enhorabuena.
Malu.
Decir que no hay nada más antinatural que el hecho de que una madre o padre sobrevivan a una hija o hijo puede que sea una frase hecha, recurrente en tantas películas, pero no deja de ser menos cierta. A Proust el olor de una magdalena le traía buenos recuerdos; para esta madre, ciertos aromas agradables e inocentes son la peor tortura, un punzón que vuelve a abrir su herida.
ResponderEliminarUn saludo, Aurora
Un microrrelato lleno de sentimientos. Me ha gustado mucho, Aurora.
ResponderEliminarUn saludo.
El olfato tiene un gran poder evocador, tanto que a esta madre de nada le sirve dejar de mirar las fotos de su hija perdida. Me han gustado mucho los olores elegidos, la colonia infantil y la goma de borrar, con aroma a aula.
ResponderEliminarPrecioso relato, Aurora. Un beso.
Mucha delicadeza y sentimiento.
ResponderEliminarLa construcción literaria tiene una estructura real que la sostiene, aunque sea trágica la historia la belleza persiste. El recuerdo siempre será el condimento perfecto. Muy bien hecho.
ResponderEliminarEs muy difícil, Aurora, apartarse de los recuerdos cuando estos son tan fuertes. Tal sería el caso de la muerte de un hijo. O de una hija, como sucede en tu cincuenta. Y da lo mismo el tiempo que haya pasado, porque siempre habrá algo cuya presencia (a veces, seguro que buscada) rememorará esa ausencia tan dolorosa.
ResponderEliminarUna historia, en definitiva, llena de sentimiento que se ve, además, acompañada de un espléndido título, calificando de «huérfana» a esa madre que siente la pérdida de su hija en lo más hondo, como no podría ser de otra forma.
Magnífico relato. Enhorabuena y nos seguimos leyendo.
Saludos.
Me ha gustado mucho tu micro.
ResponderEliminarUn abrazo
Un relato con sentimiento, y con un gran título. Felicitaciones Aurora.
ResponderEliminarUn relato muy triste. La madre que ha perdido a su hija y a la que todo se lo recuerda. Un excelente micro.
ResponderEliminarSaludos, Aurora