Madre infeliz
Eliselda tiene dos hijos campeones. El mayor es el más tonto de los niños listos; el pequeño, el más listo de los tontos. ¿Qué más podría desear para sentirse feliz?
Pero sus niños se envidian rabiosamente, confirmándose que uno es el más tonto y que el otro sólo parece listo.
Pero sus niños se envidian rabiosamente, confirmándose que uno es el más tonto y que el otro sólo parece listo.
Mis vecinos de abajo son tal como describes con ese juego de palbras tan ingenioso en tu relato, Carmelo. Andan siempre a la gresca, y su madre, tal como titulas.
ResponderEliminarReal como la vida misma. Saludos.
Ser madre es sinónimo de cariño incondicional hacia todos sus hijos, con independencia de sus características. Hay hermanos que parecen llevar la rivalidad impresa en el ADN, lo de menos son los detalles o los posibles motivos. La infelicidad materna, en ese caso, parece inevitable.
ResponderEliminarUn saludo
Pues con este trabalenguas de tontos y listos lo que podemos sacar en claro es que ambos son iguales, esto es como lo de cola de león o cabeza de ratón. Es inevitable los celos entre hermanos, pero esa madre seguro que lo logra.
ResponderEliminarBuen relato, Carmelo.
Un saludo.
Divertido relato Carmelo. Me lleva a recordar el amplio espectro de tontos y listos que existe. Desde los tontos muy tontos a los los listos muy listos pasando por listillos, listos tontos, listos muy tontos etc etc...
ResponderEliminarDesde luego no hay que perder de vista la compleja clasificación de la que hablamos pero la madre de tu relato bien podría estar satisfecha con la, a fin de cuentas, normalidad de sus hijos.
Un saludo.
Muchas gracias a los cuatro por vuestros atinados comentarios. En efecto:la rivalidad extrema no es buena (Angel S), aunque real como la vida misma (Manuel B.), pero siendo los niños esos iguales (Javier P.), ¿por qué han de envidiarse?. Hay mucho listo y mucho tonto, todos tenemos de lo uno y lo otro y eso nos hace ser normales (Danilovich)
ResponderEliminarDe verdad, ¡sois formidables!
En definitiva, que los dos son igual de tontos (o igual de listos). La siempre rivalidad entre hermanos. Divertido micro. Saludos, Carmelo
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