Reducción de jornada

Estimada compañera: 

Lamento comunicarle que la petición que plantea no está contemplada en nuestros estatutos, por lo que me veo obligado a denegársela.

Mucho hablar de conciliación, pero yo tendré que conformarme con dedicarle los fines de semana o seguir quitándole horas al sueño.

Cualquier cosa menos dejar de escribir.
Escrito por Asun Paredes

44 comentarios :

  1. Asun, cuanta razón tienes, esctibir ya se ha vuelto como uno más de la familia y estas empresas son tan cerradas que no entienden que la creatividad no entiende de horarios.
    Como birn dices habrá que dejarlo para los fines de semana o dormir menos.
    Me ha gustado que hasta la palabra final, "escribir", me has hecho pensar en familia, hijos, trabajo... muy bien logrado.
    Buen relato, Asun, me ha gustado.
    Besos.

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    1. Muchas gracias, Javier. Me alegro de haber sabido sorprenderte con el final.
      Un beso.

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  2. Como en aquel cuento de Bucay en el que la vida de las personas se contabilizaba en función de las horas que habían sido felices, en la del escritor, las horas de vida son las horas escritas. No se puede renunciar a vivir.
    Un tema que nos toca de lleno. Me parece un hallazgo genial que la respuesta a la compañera sea por escrito. Pura coherencia argumental.
    Saludos, Asun.

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    1. Conozco ese cuento. Y en este caso, como indicas, se puede aplicar perfectamente al tiempo que dedicamos a la escritura los que disfrutamos con ella.
      Gracias por comentar, Manuel.

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  3. Míralo por el lado positivo. Sabemos que la mayoría de las veces, todo aquello que se hace por obligación, acaba por disgustarnos, mientras que lo que hacemos libremente, aunque sea duro, pesado, sacrificado... nos sigue encantando.
    Quizás para que tu protagonista no dejara de escribir, no le aceptaron la modificación de jornada. (jejeje, ¡Qué digo yo!)
    Muy bien, Asun. Un abrazo.

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    1. Qué razón tiene, Isidro. Lo que requiere esfuerzo pero se hace por propia voluntad se disfruta mucho más. Quizá si nos sobrara tiempo no lo añoraríamos tanto. De todas formas, mi personaje habría elegido que le concedieran esa reducción.
      Un beso.

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  4. ¡Yo también quiero! Seguimos como en tiempos de doña Virginia, reclamando una habitación propia y horarios de conciliación. Coge el megáfono, Asun, y salgamos a reivindicar el derecho de escribir en paz.
    Aplausos y reverencia sombreril.

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    1. Muchas gracias, Patricia. Quería trasmitir la frustración de no encontrar el suficiente tiempo para la afición que tanto amamos.
      Un beso.

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  5. Cuando hay vocación y gusto por algo, se superan todos los obstáculos.
    Es lo que le pasa a tu "prota", y a la pluma que le ha dado vida.
    Suerte y un besito virtual, Asun

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    1. El disfrute de aislarte del mundo y escribir no tiene precio. De vez en cuando hay que permitirse este placer, aunque tengamos que renunciar a otras cosas.
      Otro beso de vuelta para ti. Maria Jesus.

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  6. Encuentro fantástico tu micro, Asún, y me solidarizo plenamente con tu planteo, Me veo en una situación similar a la de tu protagonista: necesito más tiempo para escribir. Mi conflicto nunca lo manejé por escrito. Quizá deba hacerlo, tal vez así obtenga una reducción de trabajos y menos horas dedicadas a atender todo tipo de requerimientos…de mi mujer.
    Un abrazo.

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    1. Imagino que para las personas que no comparten nuestra afición sea difícil de entender el tiempo que le dedicamos.
      Habrá que hacerles comprender que para nosotros es casi una necesidad.
      Un beso, Georges.

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  7. No queda más remedio que ganarse la vida y esto de escribir sólo le da para ello a unos pocos. Resulta difícil que el resto entienda que en muchas ocasiones se trata de algo más que una afición, que requiere tiempo, soledad y tranquilidad. Como podrás imaginar, yo sí te entiendo perfectamente, tanto, que no me hubiera importado escribir yo este relato, pero es tuyo, y la última frase, magistral, también, aunque no siempre pueda cumplirse, pero resulta muy motivadora.
    Un abrazo fuerte, Asun

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    1. Yo sufro esta falta de tiempo, Angel. Imagino que a ti te pasará algo parecido. Y siento envidia sana por las personas que pueden disponer del tiempo que desean para dedicarlo a escribir. Pero quizá lo importante no sea la cantidad, sino el grado de satisfacción que nos aporta.
      Un beso.

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  8. Tu magnífico relato me trae a la mente a algunos de los escritores "profesionales" que compartieron su labor con la del funcionariado, como José María Merino o Luis Mateo Díaz. Estos, supongo que con sus horarios y ventajas laborales respecto del trabajor común, lo tendrían más fácil que Kafka o Pessoa, por ejemplo. Saquemos el tiempo de donde podamos y sigamos escribiendo y dando valor a nuestra vida. Enhorabuena, Asun. Saludos y suerte.

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    1. Imagino que hay trabajos que te permiten evadirte para inventar historias, incluso en horario laboral. El resto, tenemos que seguir sacando tiempo, incluso de donde no lo hay.
      Un beso y gracias, Jesús.

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  9. Yo soy de los de dormir menos, brrrr. Así que si encuentras la forma de conseguir esa reducción de jornada, avisa que me apunto!
    Conciliar con nuestra necesidad de dedicar tiempo - una buena reflexión hecha relato.
    Un beso.

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    1. Yo también soy de dormir poco, M. Carme. Pero a veces no es suficiente.
      Un beso.

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  10. Querida Asun: ¡cuántas veces desearíamos nosotros, amantes de la escritura, poder disponer de tiempo para nuestra pasión! Tenemos, como dice M. Carme Marí, que dormir menos...
    Gran micro. Besos.

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    1. Eso, dormir menos. O aprovechar las vacaciones, o los tiempos muertos. También es importante no dejar de anotar ninguna de las ideas para relatos que te vengan a la cabeza, estés donde estés. Ya vendrá el momento de utilizarlas.
      Gracias, Maria José.

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  11. Encuentro dos cuestiones en tu microcuento, empezaré por la más prosaica, y es la de los pretendidos derechos que tenemos y que, luego, cuando los reclamamos, se quedan en papel mojado.
    Conozco bien el tema de mi época de representante sindical, de cuando, con el Estatuto de los Trabajadores, la normativa de la empresa, la normativa de seguridad y otras tantas leyes en la mano, intentaba, con algunos de mis compañeros, conseguir mejoras para todos y acabar con grandes injusticias y veía cómo, una y otra vez, nos quedábamos empantanados en la burocracia, la dilación y otras tantas argucias que acababan desanimándonos y le daban el triunfo final a la empresa. Por no hablar de cuando recurríamos a la justicia y los jueces te quitaban la razón saliendo por peteneras.
    La segunda cuestión es cómo compaginar esta afición nuestra por la lectura y la escritura con la vida laboral y la vida familiar, lo cual suele crear muchos problemas, entre los que se encuentra el de ser considerado una persona rara que está en una habitación haciendo no sé sabe qué, puesto que eso parece que no se convierte en dinero contante y sonante, que sería lo que lo justificaría y bendeciría todo, mientras la gente ‘normal’ está tomando cañas, paseando, o en asuntos banales de la vida cotidiana.
    Pero, como dice la frase final de tu microcuento, la cual tomo como lema: cualquier cosa menos dejar de escribir. Pues escribir no tiene nada que ver ni con el lucro, ni con el reconocimiento, ni con la fama, escribir es una manera de estar en el mundo.
    Un abrazo reivindicativo, Asun.

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    1. Me identifico plenamente con tu impresión de que los que amamos escribir somos catalogados como "raros". La necesidad de encerrarnos en un cuarto durante horas para escribir un relato corto no es fácil de entender por los que no comparten esta afición.
      Un beso, Enrique.

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  12. Tres palabras "sorpresivo y bueno"
    ¿para que decir más?
    Un abrazo de lso dos.

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    1. Me alegra haberte sorprendido, Jose María.
      Un abrazo.

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  13. ¡Está genial!. Necesitamos esa conciliación. Que pena que nuestras aficiones no entren en el "Plan Concilia"
    Muy bueno. Muchos besos.

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  14. Asun, has descrito a la perfección lo importante que es escribir para el desarrollo personal de aquel que ama este arte, esencial. Escribir sale solo, no hace falta provocarlo; la persona que redacta el escrito de tu micro conoce bastante bien el significado y el valor de conocerse a sí misma mediante la escritura. Tu 50 es todo un homenaje y reconocimiento a las personas que se dedican a este noble arte. Gracias por hacernos participes de tu historia. Te felicito por haber plasmado ese sentir de un modo tan original. Besos. Enrique

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    1. Muchas gracias por tus palabras, Enrique.
      Un beso.

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  15. Pues con conciliación o sin ella habrá que seguir escribiendo, amiga Asun, aunque solo sea por llevar la contraria a quien corresponda llevársela por poner trabas a esto de la creación literaria. Y también porque a quien le gusta escribir es capaz de sacar el momento para ello, incluso cuando no lo tiene. Y creo que a ti te gusta. Y a mí me gusta que te guste porque así tengo (tenemos) la oportunidad de leerte. Es lo que tiene el gusanillo de escribir...
    Enhorabuena por tu cincuenta. Ahora toca que te diga eso de «nos seguimos leyendo», pero con la petición formal y personal de que tú sigas escribiendo así de bien, que yo te seguiré leyendo con fruición.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Gracias por tu cariñoso comentario. Jose Antonio. Siendo como eres un decano de las letras, tu opinión tiene mucho valor para mí.
      Espero no dejar de escribir nunca, a veces me imagino de vieja con un ordenador (con letras gigantes, eso sí, por aquello de la presbicia).
      Un beso.

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  16. Si la conciliación laboral y familiar son difíciles de llevar a cabo, añadir esta otra forma de estar en el mundo, que es la del amor a las letras, es un esfuerzo ímprobo. Lo curioso del asunto es se hace por placer personal. No hay mayor recompensa. Y lo cuentas tan bien, Asun, que habrá que pedirte ese esfuerzo para que no nos prives de tus letras.
    Muy buen relato. Besos.

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    1. Qué razón tienes, Carmen. Por suerte, este esfuerzo tiene su recompensa; y a veces encontramos espacios comunes para compartir nuestra afición, como este.
      Un beso.

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  17. Vaya... Que tiranos en tu trabajo Asun. También puedes cogerte una baja, aunque seguro que alegan "cuentitis". Luego si en horario laboral andas por las nubes... Tú ya avisaste, y la que avisa no es traidora.

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    1. Gracias por tus consejos, Raquel. Pero me temo que la baja por cuentitis no cuela.
      Un abrazo.

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  18. ¡Cualquier cosa menos dejar de escribir, Asun, eso nunca!
    Me gustaría poder estirar los días y las noches o, mejor, parar el tiempo cuando escribimos, los momentos de creación no deberían tener tiempo... ¡qué fácil es soñar!
    Yo creo que uno siempre encuentra tiempo para hacer lo que realmente quiere o le importa, así que nos conformaremos con escribir cuando se pueda, aunque sea en los semáforos en rojo.
    Un beso grande, Asun. Y por favor, escribe siempre, tus letras merecen ser leídas.
    Malu.

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    1. Me alegro de que compartas mi opinión, Malu. Yo no llego a escribir en los semáforos en rojo, pero poco me falta. A veces llega la inspiración en los lugares mas inesperados, y no se puede desperdiciar.
      Un beso y gracias por tus palabras de ánimo.

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  19. ¿Reducción de jornada para escribir? No se me había ocurrido.
    Tengo un amigo al que supuestamente le gusta escribir, pero que se queja de que no tiene tiempo. Como bien sabéis tú y la protagonista de tu cuento, al final siempre se encuentra tiempo.
    Saludos, Asun

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  20. Por supuesto, Plácido. Querer es poder, díselo a tu amigo.
    Un abrazo.

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  21. La escritura es como una hija; requiera atención y dedicación, aprendes de ella y te exige lo mejor de ti. Desde luego, conciliarla con la rutina laboral no es fácil, como tampoco crear esta idea tan bien planteada en esas 50 palabras.
    Un estupendo relato, Asun. Enhorabuena.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Gracias, Antonio. Llego muy tarde a contestarte, es que aún estoy esperando esa reducción, pero está la cosa difícil.
      Un abrazo.

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  22. Qué manera más ingeniosa de poner el dedo en la llaga, sorpresa final incluida. Aquí desde luego no vas a dejar indiferente a nadie con esta original propuesta. Supongo que cada uno de nosotros llevaremos la situación según su naturaleza y circunstancias, pero parece que todos nos quejamos de no tener tiempo. Precisamente esto de leernos y comentarnos mutuamente nos quita momentos que podíamos destinar a escribir, pero pienso que si dejáramos de hacerlo todo perdería gran parte de su sentido. Particularmente me conformo con escribir si puedo, y si no, pues nada, que tampoco vamos a crearnos ansiedad cuando el principal objetivo es el entretenimiento, y siempre sin más pretensión que la de mantener esta complicidad tan singular y estimulante que nos une y que le da sentido a la tarea, rara, de imaginar mundos.
    Enhorabuena, Asun. Un planteamiento muy gratificante para todo el que sienta la misma inquietud.
    Un abrazo.

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    1. Me alegro muchísimo de que te hayas sentido identificado, porque admiro tu forma de escribir desde hace tiempo y ahora veo que tienes los mismos problemas con la gestión del tiempo que yo. Lo importante es dedicarnos a ratos, cuando podamos, sin tensión y solo por el puro placer de escribir.
      Un abrazo.

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  23. Ahora mismo imprimo la carta y la mando a mis jefes a ver si logro una respuesta necesaria...
    ay, ay, así es vivir en los tiempos del Kali-Yuga, donde debemos elegir entre escribir o sobrevivir... Algo así dice una vieja profecía.
    Saludos Asun, un beso enorme y la mejor de las suertes.

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