Breve paseo glacial

Todas las mujeres del mundo tienen un tipo en algún lugar que las piensa al despertar.

El armagedón de tu pelo en otras manos me pilló mirando el gran iceberg, viejo como este anhelo de caricias. El frío clavaba agujas en mi corazón; mientras comenzaba el deshielo en mis ojos.
Escrito por Miguel Ibáñez

15 comentarios :

  1. La frialdad del querer y no poder. No sé si todas las mujeres del mundo tienen a alguien que las piensa al despertar, pero lo que si sé es que la frase es fantástica y seguro que, en muchos casos, cierta, pues hay mujeres que dejan huella y es para siempre, sin importar el tiempo y las circunstancias que pasen. Nada más frío que la soledad impuesta, nada más amargo que un anhelo de caricias que no se apaga y se queda en tentativa permanente.
    Si digo que me sorprendo con la variedad de temas y el lenguaje valiente que utilizas mentiría, pero si dijera que me he acostumbrado a ello, también, pues siempre es una feliz sorpresa leerte.
    Un abrazo grande, Miguel

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  2. Intimista y utópico tu relato, con altas dosis sensoriales.
    Te deseo mucha suerte, Miguel

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  3. Impresionante armazón glacial para el afloramiento del desamor. El amor se resquebraja en cada resquicio de este relato y destila dolor y pérdida y desconsuelo.
    Metafórico. Estratosférico. Saludos, Miguel.

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  4. Tiritando me he quedado, Miguel, tras leer tu soberbio relato. Sólo me queda arroparme con una buena manta y felicitarte por tu brillante alegoría.
    Abrazo.

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  5. El título nos adelanta ya que el relato va de frialdad, pero de una frialdad en los sentimientos amorosos, tan fría siempre como un Polo (ya sea Norte, ya sea Sur). Comienzas con una frase-párrafo increíblemente buena (lo que no quiere decir que tenga que ser verdad al cien por cien, o eso quiero pensar yo). Pero si bueno es el inicio, mucho mejor es el final, con ese torrente de lágrimas que escapan al saber que ella está con otro (me ha encantado ese símil con el deshielo).
    Fantástico cincuenta, Miguel, escrito con una exquisitez envidiable. Enhorabuena por esta propuesta tan sorprendente que nos has dejado en mayo, lo que me obliga a reconocer que es un verdadero placer leerte. Espero que nos sigamos leyendo. Yo voy a seguir en ello...
    Un abrazo fuerte.

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  6. Comienzas con una frase antología, para enmarcar. Y el frío nos invade mientras continuamos leyendo. Las imágenes finales del iceberg y el deshielo son de una gran belleza poética.
    Enhorabuena, Miguel. Un fuerte abrazo.

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  7. Hay que tener mucho dentro para ser capaz de escribir un relato lleno de magia, de palabras enormes, de frases sublimes, y que, encima, te deje enamorado de una historia de desamor que, a pesar de la frialdad con que la rodeas, te deja el corazón hirviendo.
    Tú a lo mejor aún no lo sabes, pero eres un pedazo de escritor al que le auguro un espléndido futuro, a poco que te atrevas a sacar todo ese ingenio que llevas dentro con más asiduidad.
    Nos has regalado un frasco del mejor perfume. Gracias, Mike.
    Un abrazo.
    Pablo.

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  8. La primera frase de tu relato es para enmarcar, Miguel. Qué dieciséis palabras...
    Dicen que toda persona tiene una frase por la que pasar a la posteridad. Ya sé cuál sería la tuya. Ya sé cuál me gustaría que fuera la mía. Muero de envidia.
    Enhorabuena, poeta.

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  9. Todo el relato confirma tu dominio de la prosa poética. La primera frase es redonda y llena de buenas intenciones. Pero yo me quedo con "El frío clavaba agujas en mi corazón; mientras comenzaba el deshielo en mis ojos". Sublime. ¡Enhorabuena, Miguel! Un abrazo.

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  10. Me encanta la primera frase, bueno, me encanta todo. Muy poético.

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  11. ¡Qué triste que nadie piense en nosotros los hombres al despertar! El protagonista de tu micro, Miguel, nunca conseguirá que su amada se refleje en sus ojos. Saludos

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  12. Miguel, nos presentas con palabras llenas de poesía el desamor, una sensación que no siempre es fácil de expresar, y tú lo has hecho de una forma extraordinaria, haciéndonos sentir lo mismo que siente tu protagonista.
    A mí la frase que me encanta de tu relato es:"El frío clavaba agujas en mi corazón" es puro sentimiento que causa hasta dolor.
    Me ha encantado, Miguel.
    Un abrazo.

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  13. Ya me vas a perdonar llegar unos días más tarde por aquí, Miguel, pero no encontraba, a día de hoy sigo sin encontrarlas, palabras apropiadas para poner debajo de esa obra de arte que te has marcado este mes. Todos los meses lo bordas, pero este te has salido.
    La primera frase ya en sí es un micro brillante y potente. Ya me gustaba ser mujer antes, pero después de leer esto, muero y mato a la vez por ser mujer en todas mis vidas. ¿Puede haber algo más romántico que tener un tipo que piensa en una cuando se despierta? Oy, oy, oy...
    Y el segundo párrafo, otra joya de la corona. Es inevitable no sentir frío después de leerlo. El azote de esa melena en otras manos, el iceberg que sigue ahí; incluso se hace más grande a medida que pasan los días, marcando esa distancia, las agujas en el corazón y el cierre final... deshielo en los ojos.
    OMG! ¡Eres un poeta de la cabeza a los pies!
    ¡Eres grande, pequeño gran poeta Mike!
    Te mando un beso enorme y me quedo con la mantita y la calefacción puesta después de disfrutar de este relatazo. Y, por supuesto, esperando que salga tu próximo relato el mes que viene.
    Malu.

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  14. El frío se instala en la espina dorsal cuando los sentimientos no tienen regreso y entonces nos convertimos en un océano a la deriva con más profundidad que extensión, como un iceberg. Dos pequeños relatos que funcionan de forma independiente y que al tiempo se complementan a la perfección para transmitir el más gélido de los abatimientos.
    Una gozada de majestuosa profundidad que transmite más que aparenta. Enhorabuena Miguel.
    Un abrazo.

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  15. Imágenes poéticas de enorme fuerza y profundo significado que encajan admirablemente en este formato de microprosa. No tiene desperdicio tu propuesta, Mike, pero quizá la frase, o el concepto, que más me ha llegado a mí sea la de ese anhelo de caricias tan viejo como un iceberg. Con ella describes tan rotundamente la carencia de ternura por parte del protagonista que logras que lo acompañemos con total empatía en esa parte final de dolor hiriente y llanto desconsolado.
    Es muy gratificante eso de pensar que alguien, seas hombre o mujer, nos pueda pensar al despertar, y me pregunto si sería bueno o malo saberlo.
    Grande, amigo. Nos tienes entregados con este derroche de sensibilidad y buen hacer.
    Un abrazo.

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