No soy responsable de mis actos

La encontré en un semáforo. Me cautivó su olor, el baile de su pelo al andar y el rítmico movimiento de su culito respingón. La abordé como si no existiera un mañana...

Sentí una fuerte opresión en el cuello. Mi condición fiel y sumisa me alejó, entre aullidos, de ella.
Escrito por Fernando da Casa - Web

8 comentarios :

  1. Fernando, tu protagonista se deja llevar por su instinto animal, pero está claro que a su dueño no le hace ni pizca de gracia.
    Buen relato, Fernando.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Las hormonas mandan y en veranillo más, je je... Me ha encantado; los perros son mi debilidad. Genial, Fernando. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Qué vida tan perra! jejeje
    Muy bueno... Me ha gustado!

    ResponderEliminar
  4. Aparte de lo obvio de tu microrrelato, lo que más me interesa es la lección que puede sacarse acerca de la libertad, pues ese perro doméstico tiene un amo, y es este el que manda sobre sus instintos; un perro callejero podría seguirlos sin que le reprimiese nadie, es un decir, porque hay mucho salvaje por ahí suelto dispuesto para saciar su crueldad a hacer perrerías, nunca mejor dicho, sabemos por las noticias a que bajezas puede descender el ser humano.
    Pero esa reflexión acerca de la libertad tenemos que hacérnosla cada uno, preguntarnos cuánto sacrificamos de ella para asegurarnos lo necesario para llevar una vida lo más digna posible, pues la libertad absoluta es imposible. En definitiva, todos llevamos alguna correa al cuello que, a veces, nos impide dar un paso hacia muchos de nuestros íntimos y justificados deseos.
    También me gusta el tono ligero del microcuento, su humor, aunque no deja de ser una faena para el pobre animal ver frustrados son más fuertes instintos.
    Un abrazo, Fernando.

    ResponderEliminar
  5. La correa que todos llevamos al cuello es la cadena social que nos impone el vivir en colectividad. El instinto guía nuestro impulso animal, la educación y la norma lo someten. Puede ser más o menos aceptable y discutible, pero es lo que nos ha hecho evolucionar y llegar, con ciertas pautas de respeto hasta aquí. Distinto sea cómo se impone o se transmite la norma.
    Una situación bien elegida y mejor llevada para suscitar la reflexión. Saludos, Fernando.

    ResponderEliminar
  6. ¿Un perro o un marido? Sí, ya sé que hay quien cree que los maridos no llevan correa, pero eso es un error. En cualquier caso, si se tratara de un perro, no sé yo si podría aplicársele lo de amigo fiel.
    Un excelente micro, Fernando. Saludos

    ResponderEliminar
  7. Muy bueno y divertido, Fernando. Es que el instinto es así, aparece de pronto y no hay quien lo domine, salvo una buena correa.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  8. El instinto es el instinto, hasta para un perro, al que se le supone el mejor amigo del hombre, ha de ser constantemente educado y reprimido por éste si quiere formar parte de esto que llamamos sociedad. Todo tiene sus normas y sus límites, aunque nunca sabremos si las mascotas llegan a entenderlo.
    Un abrazo de verano, Fernando

    ResponderEliminar

Si no tienes cuenta, elige "Nombre/URL" en lugar de "Anónimo". ¡Gracias!