Otros tiempos

Quienes mandaban se hacían obedecer. Pago de impuestos y tributos por un lado y diezmos por el otro. Unos te llevaban a la guerra y otros al infierno. Al rebelde, tortura, mazmorra y grilletes; de ahí al cadalso. Al final se le encapuchaba, el populacho asistente hacía silencio, y... ¡zas!
Escrito por Carmelo Carrascal

4 comentarios :

  1. Enrique Caño23/8/17, 10:40

    Otros tiempos de la era medieval; por suerte, muchas cosas han cambiado y ya no se encapucha a los insurrectos. Las torturas, las decapitaciones y las persecuciones inquisitorias han pasado a la historia -al menos en nuestra sociedad-.

    Hemos avanzado actualmente en ciertos sectores pero aún necesitamos progresar en otros, tampoco nos engañemos. No se puede decir tampoco que hayamos logrado el equilibrio pleno pero en camino estamos -o quisiera pensar-.

    Buen micro, Carmelo.
    Un abrazo.

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  2. Carmelo, resumes maravillosamente la historia de los vencedores en cincuenta palabras. Cuando el pueblo carece de identidad y valores fuertes como comundidad, se convierte en populacho, en masa ahíta de consumo basura que deja las puertas de la casa (libertad) abiertas a los desmanes de los poderosos, casi siempre ciegos a lo que no sea su propio interés.
    Enhorabuena por el relato, un abrazo.

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  3. Hola, Carmelo. Tu micro me trae al pensamiento un libro que leí hace poco sobre la Revolución Francesa, que me puso el pelo de punta. La historia de un guardiamarina español que viaja (con los medios más rudimentarios) a París para esclarecer un asesinato. Se pasa media historia detallando toda la matanza que tuvo lugar, la lucha entre la burguesía, nobleza y el pueblo sublevado... Un tema muy duro, que daría para mucho.
    Verdaderamente, eran otros tiempos.

    Me ha gustado. Muy bueno. Un besito.

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    Respuestas
    1. Carmelo Carrascal25/8/17, 17:42

      ¿Otros tiempos? Son muchos los tiempos concatenados con el nuestro.Una cosntante de estupor los recorre, como con el fanatismo y el odio que rezuma el atentado, varios ¡zas! espeluznantes, en Barcelona. Y tantos otros lugares del mundo sufriente. Así que cuando aludo a otros tiempos, desgraciadamente eso tiene mucho también de formulación de un deseo.

      Muchas gracias, Enrique, Manuel y María José, por vuestros formidables y amables comentarios.

      Abrazos!

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