El final del verano

Con la nariz pegada a la ventanilla del coche mientras se alejaban, notó cómo empezaba a vaciársele el corazón. Atrás quedaban el espigón y la playa, la casa de los abuelos, y la de Lucas y Marina. Atrás quedaba el kiosko de Juan y atrás, el muelle de los cangrejos.
Escrito por Aurora Baeza

7 comentarios :

  1. Hermoso y cubierto de melancolía el texto que nos presentas. casi todos hemos vivido esas sensaciones. Pero para algo está la meente y los recuerdos y, puede que estos, presentes en nuestra memoria, nos ayuden a sobrellevar nuestra vida hasta el reencuentro del próximo verano. Me ha gustado, Aurora. Saludos y suerte.

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  2. Se yuxtaponen las sensaciones vividas en un cúmulo creciente para crear una maravillosa atmósfera de pérdida y melancolía. Saludos, Aurora. ¡ay, qué veranos!

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  3. Son momentos de una tristeza casi infinita. Nos damos cuenta de que hemos vivido un espejismo, algo efímero, que lo natural es partirse el pecho a diario para salir adelante, de ahí tanta nostalgia y el corazón vacío.
    Un relato de tu autoría, pero que nos llega a todos y hacemos un poco nuestro.
    Un saludo, Aurora

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    Respuestas
    1. ¡Ah qué bonito!

      De entrada nos metes en una atmósfera de maravillosa nostalgia.
      Ese "vaciársele el corazón" es liricamente hermoso.

      Y luego nos acribillas con destellos de alegría, de personas, de momentos, de eventos, de cosas que se han vivido con intensidad. Simplemente muy hermoso. Nos hace recordar uno o muchos instantes como esos que quedaron como pintados en un cuadro pretérito y meláncolico.

      Muchos aplausos por un micro que toca la memoria del corazón con tanta intensidad Aurora.

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  5. Me he ido, irremediablemente, al último capítulo de "Verano azul". Cuánta nostalgia... y qué vacío se siente por dentro...
    Un beso, Aurora.
    Malu.

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  6. Hhhmmm... Qué debió pasar con Lucas o Marina en ese muelle...
    Y qué tristeza abandonar esa casa de los abuelos donde tan bien ha pasado ese verano.
    Nos llegan todas esas sensaciones, Aurora.
    Saludos!

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