Aquel temor

Abrió los ojos y se sintió bien, una vez pasado el gran susto. La vida entera había vivido con ese miedo fuertemente arraigado y nunca fue capaz de superarlo, hasta que Ángel, con juegos, lo empujó. Lanzó gritos y aspavientos antes de ser engullido por el acogedor y calmado mar.
Escrito por María José Viz Blanco
Anónimo hasta noviembre

8 comentarios :

  1. Esto temes, esto tienes, reza un dicho popular que conozco. Ese Ángel, es fiera-mente humano, como diría Blas de Otero: "Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte/ al borde del abismo..."
    Una sombra pesa grávida sobre el relato y lo hace profundo. Saludos ¿?

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  2. El mar puede estar tranquilo pero, si no sabes nadar, el resultado será fatal. Peligroso método de enseñanza.
    Saludos

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  3. Como ha comentado Plácido, una manera algo arriesgada de aprender a nadar. A no ser que ese tal Ángel tuviera otras intenciones al empujarlo.
    Buen relato.
    Un abrazo, anónimo.

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  4. Un relato que explica aquello de "descanse en paz". Tememos a la muerte, cuando quizá no sea tan traumático, en tanto elimina todos los temores, que ya es algo y no es poco. No lo sabremos hasta que nos toque, pero podemos imaginarlo a través de tu relato.
    Un saludo

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  5. El relato me recordó mi infancia, junto al mar: acuántos enseñé a nadar!!!! Pero no soy un Ángel y nunca los empujé jajaja, saludos.

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  6. El miedo a perder la vida desaparece cuando ya no la tienes.
    Miedo pasajero pues, como la vida misma.
    Buen micro!

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  7. Ay, espero que ese ser engullido por el mar no sea una metáfora fúnebre y simplemente se refiera a un mero cubrimiento por las olas de un tipo que tenia miedo a bañarse en el mar.
    Pero si es lo que parece, es también una buena historia.
    Saludos cordiales.

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  8. Yo veo a alguien que vive obsesionado con el suicidio, pero es incapaz de hacerlo solo. El mar podría ser la muerte, y tras entregarse a ella se libera del miedo y "vive" en paz para siempre. No se puede vivir con miedo, es el peor freno de los sueños. Lo dice una miedosa, consejos vendo y para mí no tengo. Muy interesante este micro para la reflexión, Anónimo 2. Un abrazo.

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