Condenado

Su reloj ya no funciona, los números se han detenido en una cifra absurda, las 6:66 horas.

Se levanta de su cuerpo muerto y avanza hacia la luz. No es blanca ni luminosa. Algunos haces de esa luz lo alcanzan. Abrasan. Quiere regresar a su recipiente mortal.

Es muy tarde.
Escrito por María Galerna
Anónimo hasta noviembre

3 comentarios :

  1. Tu protagonista va directo al infierno. Esa hora absurda del reloj señala algo más, no es tan errónea. Por desgracia creo que es un camino sin retorno y como muy bien has titulado está condenado.
    Buen relato, me ha gustado.
    Un abrazo, anónimo.

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  2. Mejor morirse otra vez que levantarse y ver esa hora en el reloj...
    Luego esa luz tenebrosa que abrasa. ¡Claro que quiere volver al cuerpo que acaba de abandonar! A saber qué habrá hecho para merecer el castigo (seguro que da para otro micro).
    Saludos!
    Carme.

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  3. 6:66, la hora del infierno. Terrorífico. El pobre hombre no tiene salvación. Un buen micro. Saludos

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