El consecuente

Por fin era feliz, con mi pequeño restaurante en Melbourne, así que decidí inaugurarlo con Alysson, mi querida socia. Para conocerla, me apunté a un curso de cocina en el que me la encontraría.

Sabiendo esto, sólo tuve que dejar mi empleo como analista y largarme a vivir a Australia.
Escrito por Álex Garaizar
Anónimo hasta noviembre

3 comentarios :

  1. Parece como si tu protagonista adivinara el futuro y fuera consecuente con él. Ojalá todos tuviésemos esa capacidad.
    Buen relato.
    Un abrazo, anónimo.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias, Javier. En efecto, la intención era mostrar cómo de fácil sería tomar decisiones si conociéramos su desenlace y preguntarnos hasta qué punto sería una vida feliz el no dejar margen al "fracaso".

      Un abrazo.

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  2. Un daydream, como dicen los ingleses. No sé yo si se va a hacer realidad.
    Buen micro. Saludos

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