Cuestión de prioridades
Desde su despacho, arrepentido, entre papeles y responsabilidades, observó cómo se marchaba a su cuarto, llorando su decepción.
Se levantó; ¡él no sería como su padre!
Ese urgente informe tendría que esperar. Le aguardaba algo más importante; una cruenta batalla, de piratas, al borde de la cama de su hijo.
Se levantó; ¡él no sería como su padre!
Ese urgente informe tendría que esperar. Le aguardaba algo más importante; una cruenta batalla, de piratas, al borde de la cama de su hijo.
Todos los informes urgentes pueden esperar. Sin duda, lo mejor que pudo hacer fue pasar el tiempo con su hijo.
ResponderEliminarEnhorabuena por este estreno Antonio.
Besos.
Malu.
Gracias Malu por tu comentario.
ResponderEliminarA menudo no somos conscientes de lo que nos marcan las acciones que nuestros padres (y luego nosotros) no dieron importancia.
No somos perfectos por lo que a veces podemos llegar a olvidar nuestras prioridades. Lo importante es que seamos capaces de rápidamente volver a recordarlas. Excelente estreno.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Fina.
EliminarMuy cierto, lo has resumido a la perfección.
Una saludo
El niño (y el padre) necesitan jugar a piratas, indios o astronautas. Cuando ese progenitor ya no esté, el hijo no le recordará por los informes que hizo y podía haber retrasado, sino por esos ratos.
ResponderEliminarBienvenido, Antonio, es un gusto leerte en cualquier sitio.
Un abrazo
Gracias Àngel, te aseguro que el gusto es mio. Saber que escribías aquí me animó a participar en esta joya de web donde se disfrutan de pequeños-grandes relatos, como los tuyos.
ResponderEliminarSiempre estaré muy atento a lo que escribas.
Un abrazo.
Antonio,me ha encantado.
ResponderEliminarA veces nos olvidamos que nuestro proyecto más importante son nuestros hijos. Gran micro.!Enhoabuena y bienvenido¡
Pablo
Muchas gracias Pablo.
EliminarNo sé, Pablo, yo no tengo tan claro que deban ser un proyecto y aún menos nuestro. A veces parece que queramos moldearlos olvidando que tienen su propia personalidad y preferencias. Pocas cosas más complicadas que encargarse de la educación de otro.
Un Saludo
Llevas toda la razón, Antonio.
EliminarDebemos dejar libertad de acción a nuestros hijos sin querer moldearlos, ya que ellos tienen sus propias inquietudes y hay que respetarlas.
Con la palabra proyecto (mal empleada) quise decir que tenemos en casa personas que nos echan de menos y deben de ser lo más importante para nosotros.
Un saludo y muy buena tu apreciación
Pablo
Lástima que muchos jamás aprendan la lección.
ResponderEliminarEnhorabuena, Antonio; sensible y emotivo relato.
Saludos.
Lástima sí, porque quien lo sufre es el más vulnerable.
EliminarPero es que no es tan fácil. ¡Hay tantas lecciones por aprender...!
Gracias por tu apoyo. Saludos
Gran relato, no hay como despertar conciencias dormidas en este mundo que va tan deprisa, enhorabuena si has conseguido que alguien juegue a piratas, sino gracias por intentarlo.
ResponderEliminarUn saludo
Tienes razón. Va todo muy deprisa. A veces sólo se trata de parar un poco, levantar la cabeza y echar un vistazo a lo que nos estamos perdiendo.
EliminarGracias por tu comentario.