Oruga
Cuando Aneta Fuchsová, modelo de Victoria’s Secret, portada de las revistas Vogue y Elle, ganadora del premio L'Oreal, novia del delantero centro del Bayern de Múnich, se ha despertado hoy después de un sueño intranquilo, se ha encontrado sobre su cama convertida en una monstruosa oruga. Como todos los días.
La metamorfosis diaria y necesaria de una famosa modelo (una "celebrity" dirían los modernos). Podríamos decir, parafraseando aquella popular canción de Julio Iglesias, que Aneta Fuchsová ha pasado, un día más, de oruga a mujer.
ResponderEliminarVa mi me gusta, Juan Pedro, y con mi clic va también mi enhorabuena por tu relato.
Un abrazo.
Siempre he pensado que estás modelos despampanantes que aparecen en portadas de revistas y son famosas habría que verlas recién levantadas por las mañanas. Por las noches son orugas y por las mañanas cuando se ponen todos los maquillajes y atuendos se convierten en mariposas.
ResponderEliminarBuen relato Juan Pedro.
Un abrazo.
Alguna vez se han publicado fotografías comparativas de una modelo sin maquillar, junto a otra de la misma persona con toda una estudiada parafernalia de pinturas faciales y peinado; la conclusión es que no parecen la misma, lo cual no es malo, pues eso la hace humana, equivalente al resto de los mortales. Un relato que pone las cosas en su sitio.
ResponderEliminarUn saludo
La gente se pregunta si estas venus acumuladoras de portadas tienen algo más que ofrecer al mundo que la exposición de sus cuerpos impecables. Sinceramente, creo que sí. Me parece que hoy en día para ser la fantasía de las masas (me incluyo, por qué no) se deben tener cualidades más allá de la imagen, hay que inspirar a las demás orugas a convertirse en mariposas.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este cruce entre la imaginación kafkiana y el Jet set.
Saludos.
Ejercer de modelo requiere toda una metamorfosis diaria. El culto a la imagen obliga a sofisticados tratamientos. Quizá el talento quede escondido tras el maquillaje. Pocas veces lo sabremos. No parece el caso de la protagonista.
ResponderEliminarMuy bien contado, Juan Pedro. Un abrazo.
Juan Pedro, aparte de la interpretación que han dado los compañeros, yo veo otra posible. Me ha sugerido al leerlo la visión distorsionada que tienen muchas modelos de su imagen. Nunca se ven lo suficientemente guapas, ni delgadas, si no todo lo contrario, llegando incluso a ser algo enfermizo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Besos
Muy buena tu interpretación Pilar.
EliminarUn saludo guapa,
Un abrazo para ti Raquel!
EliminarSupongo que hay famosas que, para mantener su imagen, antes de salir de casa han de pasar por el PhotoShop! ;-)
ResponderEliminarY es que al final todos tenemos legañas...
Un abrazo.
Me gusta tu apuesta, Juan Pedro. ¡Qué potente es esa oruga! Transformación, autoimagen, arrastrarse por el suelo, lasitud,...
ResponderEliminarUn saludo
Muy muy buena la similitud. De vuelta a la realidad que no quiere creer. El ego juega malas pasadas. Saludos.
ResponderEliminarJajaja Supongo que lo tuyo es una oda a los cosméticos, postizos, retoques plásticos y/o virtuales (by photoshop), con un encantador guiño a kafka.
ResponderEliminarPues me ha gustado mucho Juan Pedro.
Un saludo,
Impresionante micro, Juan Pedro, un digno discípulo de Kafka. Has maquillado al personaje para la ocasión. Abrazos.
ResponderEliminarEs un proceso inverso más llamativo en las damiselas que se ganan la pasta, mucha, con su apariencia; sin embargo, la transformación nos afecta a todos todos los días. Confesémoslo.
ResponderEliminarNo sé si una monstruosa oruga, pobrecita, pero una esclava de la mirada crítica de los demás seguro que sí. Algunas, verdaderamente, son más dignas de lástima que de envidia. Me ha parecido un micro muy bueno, Juan Pedro. Un saludo.
ResponderEliminarEs que debe ser incomodísimo ser siempre una mariposa suave, delicada e impoluta, todo el día metiendo tripa y sonriendo sin parar con dos kilos de maquillaje encima. Yo creo que por la noche debe estar a sus anchas siendo una oruga...
ResponderEliminarMuy bien contada esa metamorfosis Juan Pedro.
Besos.
Malu.
Y aunque sea una minificción, estoy seguro de que más de una celebridad de la belleza debe de sentirse como la protagonista del relato.
ResponderEliminarDesde este punto de vista, buen relato, compañero.
Saludos cordiales.
Esa imagen final se queda con fuerza en la mente, retorciéndose. Buen relato, Juan Pedro, con más de una interpretación.
ResponderEliminarSaludos.