Cenicienta calza un 45
El maquillaje cubrió por completo la negra sombra de la barba y las prótesis crearon un escote perfecto. Brilló en el baile como si fuera una estrella, lástima que los tacones no fueran de su número, si corres con el pie encogido es normal acabar perdiendo un zapato de cristal.
Y Cenicienta era él, lo has contado de una forma genial y con un título muy bueno.
ResponderEliminarUna muy buena versión del cuento de Cenicienta.
Saludos.
Perraka, muy buena versión de Cenicienta, donde ella era él.
ResponderEliminarMuy bien contado.
Besos
Es lo que tiene intentar engañarnos a nosotros mismos. Con unos zapatos de su número hubiera sido la reina del baile, sin necesidad de príncipes, ni hadas madrinas, ni zapatos de cristal.
ResponderEliminarAmiga, descálzate y estrena un carnet de baile nuevo. Aquí no te van a faltar pretendientes, tal como eres.
La versión de Cenicienta está que ni bordada. Un punto trans para renovar la guardarropía de personajes de los cuentos clásicos.
ResponderEliminarSaludos, Perraka.
¡Me encantan las vueltas de tuerca a los clásicos!
ResponderEliminarY sí, los zapatos siempre del número que corresponda, que luego pasa lo que pasa.
Muy bueno. Un beso.
Malu.
La próxima vez tendrá que usar zapatos de su número, porque me temo que a esta Cenicienta le encanta ir de fiesta vestida de princesa.
ResponderEliminarUna propuesta original. Saludos.
Con ironía nos presentas a un Ceniciento/a, muy en su papel, y hasta pierde su zapatito, emulando a la chica, corriendo a la pata coja.
ResponderEliminarMe he divertido mucho.
Suerte y saludos virtuales, Perraka
Los clásicos se renuevan. ¡Me ha encantado! Enhorabuena, Perraka.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gustan los aires nuevos para los cuentos.
ResponderEliminarMuy divertido. Me encantan las versiones modernas de los cuentos clásicos. Enhorabuena por el micro. Saludos
ResponderEliminarCon ese número de calzado, esta Cenicienta (o mejor, Ceniciento), bien podría ser un rudo encofrador, por ejemplo, que tiene sus propias tendencias a la hora de disfrutar en una fiesta. Pero claro, es muy importante adaptar todos los complementos al tamaño correcto del cuerpo que los viste para evitar lo inevitable si no cumples con tal premisa de obligado cumplimiento.
ResponderEliminarSimpático giro, Perraka, a una historia tan conocida de la cuentística tradicional. Por cierto, ¿se sabe si el príncipe buscó al poseedor del zapato perdido? ¿Se sorprendió al conocerlo? Aquí hay continuidad...
Saludos y enhorabuena.
Jajaja genial revisión de la cenicienta. Ahora entiendo lo de las 00h y el hechizo pasajero.
ResponderEliminarUn abrazo