Pastel de amor

La pastelera tamizó la harina de la pasión, batió los huevos de la sensualidad, los mezcló con el azúcar de la ternura, montó la nata de la complicidad y repartió las pepitas de chocolate del deseo. Pero le faltaba un ingrediente, la certeza... y el pastelero le puso la guinda.
Escrito por Mercedes González Sanz - Twitter

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