Nada es absoluto, todo es relativo

Paul pilotaba apesadumbrado. La carga de su conciencia era mayor que la del aparato: una bomba atómica. ¿Podrían las medallas convertir en héroe a un villano?

Pero de pronto, algo le alivió: miró hacia abajo y vio... como hormiguitas. Y, después de todo, ¿quién no había matado nunca una hormiga?
Escrito por Lola Pacheco

4 comentarios :

  1. Me encanta. Redondo, culpa y autodiscupa en 50.

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  2. A eso es a lo que yo llamo instinto de supervivencia emocional.
    Muy bueno Lola.
    Tess

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  3. El relato es una metáfora que cada uno podrá aplicar a situaciones de su vida. El que más y el que menos habrá dicho alguna vez eso de "Tampoco era para tanto".
    Lo que agrava aún más la situación es que la terquedad, o la soberbia, no te dejen salir de tu doble error.
    La idea me surgió al enterarme de que el Enola Gay está restaurado y orgullosamente expuesto en un museo. Por lo visto, algunos no se enteran de que lo que mataron no eran hormigas.
    Ya no me enrollo más. Mil gracias a los tres por vuestros comentarios.
    Lola

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