Paranoia
No lo había advertido, un hombre escondido tras un gran periódico me seguía, seguramente desde que salí. No sé cuál sería su intención. Entré al primer bar que encontré, pero allí me esperaba otro, disimulando también su mirada con otro diario. Estoy cercado. Ahora es el mozo quien me mira.
Según que circunstancias nos toquen vivir, podemos llegar a sentir tal grado de inseguridad, incluso acabar con manía persecutoria, y ver al perseguidor reencarnado en cualquiera que se nos cruce. Muy bien contado. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Juana! Saludos
ResponderEliminarUn abrazo para vos y felicitaciones !!!
ResponderEliminarGracias, Roberto! Abrazo
ResponderEliminarMuy mal expresado.. no significa nada
ResponderEliminarGracias por tu crítica, Anónimo. Saludos
ResponderEliminarDesde que lo he leído siento una mirada a mi espalda... Me has dejado acongojada.
ResponderEliminarPero, esto nos pasa a todos. ¿O no?
No, Patricia, sólo a ti..., creo que alguien te sigue... ¡No, es broma! Gracias por tu comentario, creo que provocar algo en el lector es la principal tarea de un cuento. Saludos
ResponderEliminarEl sentirse perseguido, observado o el pensar que los demás murmuran de ti es algo que a todos nos ha pasado alguna vez, seguro que en psicología tiene algún nombre rimbombante.
ResponderEliminarSi "paranoia" pasó a ser un término común, tal vez los psicólogos ya hayan elegido otro de uso "interno". Saludos
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