Apenas evidente

La mujer respiró hondamente. Matías, contemplándola, escuchaba.

¿Sabías que me conquistó al cansancio? Y dices que la rutina mata, ¿no? Pues ahora fue él quien se cansó. Lo de la discusión fue un pretexto. ¡Engañarme con mi amiga, en mi propia casa! exclamó.

Ella notó que su amigo, disimuladamente, sonreía.
Escrito por Ruperto

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