Delirando

En la larga cola, Lisa esperaba impaciente su turno. Dos clientes se interponían entre ella y su ansiado cappuccino y delicioso cronut. Cafeína y azúcar, eso era lo que necesitaba para enfrentarse a la lagarta de su jefa. De pronto, repara en que olvidó el monedero. "¡Nooooo! Creo que moriré".
Escrito por Covadonga López Iglesias - Web

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