Sin decir adiós

Sumido en el sueño una dama lo invitó a pasear con Caronte. Se tocó el bolsillo, vio que tenía una moneda, la agarró de la mano y se fueron en busca del barquero. Fue tal el hechizo de esa mujer sobre mi padre que ni siquiera se despidió de nosotros.
Escrito por Virginia Funes

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