Obsesión
Cuando Apolo condimentaba sus viandas el laurel siempre le recordaba a su amada.
Su obstinación por Dafne creció aún más, a pesar de aquella desconcertante transformación. Vigilante celoso del árbol de su jardín, de delicadas ramas y perfumadas hojas, decidió que era la prisión ideal donde ella debería quedar confinada.
Su obstinación por Dafne creció aún más, a pesar de aquella desconcertante transformación. Vigilante celoso del árbol de su jardín, de delicadas ramas y perfumadas hojas, decidió que era la prisión ideal donde ella debería quedar confinada.
Un conocido tema mitológico que encuentra, sin embargo, paralelismos con el acoso y violencia hacia la mujer, tan actuales, por desgracia, en nuestros tiempos…
ResponderEliminarMuy original. Suerte y un saludo.
Una preciosa fusión de mitología, amor, poesía y realidad. Los dioses, como siempre, reflejo de nuestras pasiones y debilidades. Enhorabuena, María Jesús.
ResponderEliminarMuchas gracias, Enrique, por tu valoración, me alegra que te guste. Que los dioses te acompañen, o casi mejor que no. Jejeje.
EliminarUn saludo.
El amor y el desprecio, y la venganza llevada a extremos irreparables, en el mundo fantástico de dioses y de ninfas. Ciertamente en el mundo de los humanos también lo vemos a diario. Muy bello, María Jesús. Suerte.
ResponderEliminarJosé Luis
Gracias, José Luis, por tu acertado comentario.
EliminarUn saludo.
Exquisita forma para plasmar un tema tan delicado. Enhorabuena y suerte, María Jesús. Un saludo.
ResponderEliminarFina
Encantada de que te guste, Fina. Muchas gracias por tu opinión.
EliminarSaludos.
De la mitología siempre se aprende, además de ser un buen tema literario, como acabas de demostrar.
ResponderEliminarUn saludo, María Jesús
La verdad es que hay escenas mitológicas curiosísimas y su trascripción al arte (escultura y pintura) un derroche de belleza, v.g. Bernini.
EliminarMuchas gracias, Ángel. Te sigo con entusiasmo.
Un saludo.
De la mitología más clásica a la realidad más actual. ¿Cuántos Apolos hay desperdigados por nuestro mundo? ¿Tantos como Dafnes?
ResponderEliminarMaría Jesús, nos sorprendes gratamente cada vez que decides regalarnos uno de tus relatos. Y vas a más...
Por eso un 'Me gusta' y mis ánimos para que sigas deleitándonos con tus creaciones.
Un saludo.
Tú lo has dicho, José Antonio, un tema mitológico que trasciende al mundo real, el pasado y el actual. Me temo que son muchas más las Dafnes que sucumben; los Apolos, casi siempre, salen mejor parados.
EliminarGracias, José Antonio, por tus palabras tan amables y alentadoras.
Un saludo.
En nuestros tiempos hay mujeres tan acosadas que no pudiendo transformarse en materia de corona de ganadores, no tienen otro remedio que transformarse en seres humanos escondidas y halladas en casas anónimas para que no puedan encontrarlas sus enemigos, los apolíneos.
ResponderEliminarMe ha encantado tanta mitología con una gran mezcla de imaginación. Suerte María Jesús.
Abilio
Demasiadas mujeres transformadas en laurel para la eternidad a cuenta de individuos detestables que no se las merecen.
ResponderEliminarMe encanta que te encante. Gracias, Abilio, por tu comentario. Un saludo.
Bonito relato, María Jesús. Demuestras un buen conocimiento del arte y la literatura, los cuales enlazas muy bien con esta triste situación que por desgracia vemos en la vida diaria. Un bonito lugar para estar, el jardín de Apolo, pero sin duda disfrutando de plena libertad.
ResponderEliminarBuena suerte,
Belén
Ha sido fácil encontrar la complicidad entre la literatura y el arte, en este tema. Ciertas imágenes plásticas sirven de inspiración literaria, ¡y había que aprovecharlo!.
ResponderEliminarGracias por tu aportación, Belén. Un saludo.