El tonto Simón

Simón empezó siendo el tonto del pueblo y terminó de alcalde tras demostrar su valía como pregonero, conserje y alguacil sucesivamente. Su progresión parecía no tener límites. Quizá por eso nadie se sorprendió cuando lo sacaron esposado del ayuntamiento. Solo era cuestión de tiempo que llegara a pasarse de listo.
Escrito por Enrique Mochón Romera

6 comentarios :

  1. Un calco perfecto, Enrique, de lo que nos rodea en cuanto a política local (extensible a otros ámbitos más elevados). Mejor con menos, imposible.
    Va un 'Me gusta' y mi aplauso.
    Un saludo cordial.

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  2. Un tonto, que a través de una curiosa evolución rural, termina pasándose de listo. Qué cercano y cotidiano nos suena todo esto.
    Buen relato, Enrique.
    Un saludo

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  3. ¡Cuántos tenemos a punto de culminar su carrera con las manos entrelazadas. Muy bueno.
    Suerte.

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  4. José Antonio, Ángel, Rafa, muchas gracias por vuestros comentarios. Desgraciadamente, la idea de que quien no se aprovecha es tonto lleva instalada demasiado tiempo entre nosotros, y así no vamos a ninguna parte. El ejemplo que nos da esta gente tampoco ayuda mucho, la verdad, pero a ver si entre la justicia y la educación se va arreglando algo la cosa. Justicia y educación... ¿He dicho algo? Me temo que habrá que llamar también al Capitán Trueno.
    Un abrazo.

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  5. Ay, ay, ay ... cuánto "tonto" de este tipo tenemos en este país ...
    Enrique, muy bueno y muy actual.
    Lo de la Justicia y Educación da para muchos "micros", ahí lo dejo ...
    Besos.
    Malu.

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    Respuestas
    1. Vaya, Malu, no había visto tu comentario.
      Sí que hay tema ahí para muchos relatos, y para unas cuantas tertulias con un café de por medio.
      Un beso y muchas gracias.
      Enrique.

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