Terapia natural
Aquella noche el silbato que el señor Virus había dejado en sus pulmones apenas se dejó escuchar.
Aquella noche no hubo temblores, ni aquel frío que la quemaba por dentro.
Aquella noche no tuvo sueños negros y ninguna arruga cuarteó su frentecita.
Aquella noche mami dejó que durmiera con ella.
Aquella noche no hubo temblores, ni aquel frío que la quemaba por dentro.
Aquella noche no tuvo sueños negros y ninguna arruga cuarteó su frentecita.
Aquella noche mami dejó que durmiera con ella.
Tierno final.
ResponderEliminarSaludos, Notincgas.
Mª Jesús Rodríguez
Como dice la canción, siempre hay tiempo para la ternura, María Jesús.
ResponderEliminarAprovecho la ocasión para felicitarte por tu nueva nominación.
Saludos cordiales.
Qué lindo y qué cierto. No hay mejor terapia que el calor y el amor de mamá. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias, Consuelo.
ResponderEliminarCon un nombre como el tuyo, seguro que sabes de lo que hablas.
Un abrazo también para ti.