Ana o cómo tener un trabajo para la eternidad

Ana Bolena se sujetó la cabeza. Una niña que jugaba en el lugar donde Ana había sido ejecutada rompió a llorar. Eran estas situaciones las que hacían que estuviera cansada de ser el espectro oficial de la Torre. ¿Algún día le llegaría el relevo? ¡Como si no hubiera fantasmas reinando!
Escrito por Susana Pons Rubio - Twitter

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