El vendedor de aventuras

—¿A qué te dedicas? —preguntó Andrea con voz ingenua.

—Escribo cuentos de cincuenta palabras, —respondí prendado de sus límpidos ojos de avellana y su piel de seda.

—¿Puedo leer uno?

—Sólo si me das un beso.

—Quieres comprarme un beso.

—No, preciosa, quiero venderte el cuento más viejo del mundo.
Escrito por Nicolás Puente

7 comentarios :

  1. Salvador Pérez Salas10/10/15, 14:36

    Percepciones. Me encanta.

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  2. ¡Jajaja, buen recurso!
    Saludos.

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  3. Me gustó mucho tu relato que bien hace uno imaginar como surgen las narraciones de cincuenta palabras: de un beso.

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  4. ¡Sensacional retrato de ese puente invisible entre la inocencia y la picardía!
    Saludos cordiales, Nicolás.

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  5. Pues sí, como argucia es bastante antigua, pero como micro me ha parecido fantástico. Un saludo, Nicolás.

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