Sus arándanos ya están maduros

Se abrió la puerta. Convulsionaron sus sentidos.

Él se levantó de su mecedora con un libro en su mano y un cuarto de arándanos en la otra, ella lo observó pero no avanzó hacia él.

Volvió a sentarse a leer el libro, ella tampoco es la dueña de sus arándanos.
Escrito por Lushai - Twitter

1 comentario :

  1. Muy bueno el simbolismo del relato.
    ¿Quién será la dueña de esos "arándanos"?
    Da para mucho juego de la imaginación.
    Saludos.

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