Aprendiz de mago
Practicaba durante largas horas sus nuevos trucos de magia. Un día, preocupada por su tardanza, entré en su cuarto, pero allí no estaba. En un rincón dormitaba un bonito conejo.
Tres años llevo buscando a mi marido diariamente. En el jardín, el conejo, a veces me observa con mirada lasciva.
Escrito por Isidro Moreno Carrascosa - Web
Tres años llevo buscando a mi marido diariamente. En el jardín, el conejo, a veces me observa con mirada lasciva.
Que buen relato, me encanta.
ResponderEliminarSi es que hay que saber hacer trucos de magia.
Me ha gustado mucho, enhorabuena.
Saludos.
Genial micro. Menudo truco más bueno.
ResponderEliminarUn saludo
Habrá que buscar otro mago para deshacer el truco.
ResponderEliminarMuy bueno. Saludos.
Pablo.
El relato es genial. El mago... necesitaría mejorar. La mujer... creo que se empieza a mosquear algo. La situación... que se lo pregunten a la esposa si realmente quiere encontrar al esposo.
ResponderEliminarBuen toque de humor. Saludos
Y tan buen toque de humor. Hecho por el mejor.
EliminarUn saludo y enhorabuena. Te quedaste en puertas de la final.
Pablo.
Podría haber sido peor y haberse encontrado en el rincón a una cucaracha o a un palo de escoba...
ResponderEliminarMe ha parecido un micro original y divertido, con un sentido del humor impecablemente embebido en una historia de aprendizaje y torpeza.
Un buen relato.
Saludos cordiales, desconocid@ 15.2.
Que buenooooooo.Genial Relato. Me ha encantado.Un besazo
ResponderEliminarMuy bueno, felicitaciones.
ResponderEliminarSaludos.
Pues sí, me ha echo sonreír. Me gusta esa inventiva de la transformación. Da para muchos micros. Abrazos.
EliminarEstos aficionados... Seguro que usó una caja de Magia Borrás.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Va mi me gusta y mi reconocimiento para el autor o autora.
Y los conejos gustan de reproducirse mucho.
ResponderEliminarMuy buen micro.
Se nos olvida que la misión de la magia, que no del ilusionismo, es precisamente esa: "producir resultados contrarios a las leyes naturales" (según la RAE). En este caso, la lascivia del conejo puede ser un objetivo bien alcanzado.
ResponderEliminarMágica historia, anónim@.
Saludos.
Una de dos, o el mago se convirtió en conejo o fue más allá y se fue de la casa a vivir su vida, dejando allí el conejito ... ¡Qué mal pensada soy!
ResponderEliminarMe gusta la historia.
Besos.
Malu.
En todos los oficios existe un margen de error durante el periodo de aprendizaje, pero este personaje, pese a sus largas horas de práctica, ha pagado un alto precio por el desliz. Si regresa a su estado normal será difícil justificar la ausencia del domicilio conyugal, eso si no acaba en la cazuela.
ResponderEliminarSaludos
Quien juega con fuego se quema, dicen. Aquí el aprendiz de mago se ha extralimitado, o ha seguido mal las instrucciones y ha hecho magia, pero no la que quería. Lo que parece que no ha perdido es la libido, al fin y al cabo, sigue siendo un mamífero. Por cierto, ¿adónde fue a parar el verdadero conejo con el que, imagino, estaba intentando hacer magia? Original y sugerente.
ResponderEliminarEl aprendizaje por ensayo y error puede convertirte en un genio o en un conejo, y ahí está la magia, o no.
ResponderEliminarOriginal y divertido.
Un saludo
Divertido micro. Al mago se le fué la mano con los polvos mágicos... Ahora veremos cómo lo arregla...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Besos
Quizá tenga razón Malu y todo quede reducido a un truco de escapismo. Pero por si acaso cuida al conejito, tal vez sea quien tú piensas y con el tiempo pase el efecto de los polvos mágicos.
ResponderEliminarSaludos, autor@ desconocid@.
Espero que la mujer del aprendiz de mago sea vegetariana, porque de lo contrario me imagino al conejo como ingrediente principal de un buen guiso.
ResponderEliminarUn saludo.
Si es que los hay muy torerines y se lanzan con trucos de nivel superior, y claro, luego pasa lo que pasa. Un micro original y divertido. Un saludo.
ResponderEliminarBuen micro, anónimo. Y la mujer, más paciente que una santa.
ResponderEliminarSaludos
Versión humorística de Ulises, que se marchó con el viejo truco del conejo. Micro estupendo. Un saludo.
ResponderEliminarA lo mejor el hechizo desaparece besando al conejo, pero cualquiera se atreve.
ResponderEliminarMuy ingenioso y divertido.
Enhorabuena y saludos.
Muy original. El Mago que se transforma en Conejo. Cuando somos aprendices de algo, suelen pasar estas cosas, jajaja. Muy bueno.
ResponderEliminarBesos
Un relato divertido y mágico. Una idea estupenda muy bien contada.
ResponderEliminarUn beso.
Divertidísimo relato, si la protagonista viviera en Valencia el conejo acabaría seguro en la paella, jajaja. Un abrazo.
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