El hotel infinito
El director sonríe a Jeanne, que deja su llave magnética en recepción y le hace una mueca a la niña que juega con su muñeca mientras tintinea una cucharilla de plata. Los rostros de los últimos clientes se borrarán del programa cuando abandonen la ciudad. La niebla esconde navegantes ingrávidos.
Escrito por Pepe Illarguia - Web
Me pregunto si ese hotel infinito es donde entregamos las llaves de la vida para pasar a la segunda fase que nos espera detrás de la muerte.
ResponderEliminarUn saludo.
Pablo.
Me gusta mucho tu reflexión Pablo. Y el relato crea una atmósfera de misterio que me ha encantado. Sólo me pregunto ¿quien será el recepcionista de ese hotel infinito? Estoy haciendo una quiniela en casa, ¡así ver cuantos autores adivino!
EliminarLa niebla esconde navegantes ingrávidos y banderas muertas en las cunetas.
ResponderEliminarExcelente.
Un lugar en ninguna parte, lejos de las vivencias tristes, una antesala de Paraiso. Dónde está ese lugar en el que reina el olvido? Curioso micro. Me ha gustado mucho. Abrazos.
ResponderEliminarUn lugar en ninguna parte, lejos de las vivencias tristes, una antesala de Paraiso. Dónde está ese lugar en el que reina el olvido? Curioso micro. Me ha gustado mucho. Abrazos.
ResponderEliminarEste hotel infinito parece la última parada antes de que sus inquilinos desaparezcan para siempre tras la niebla, pasando a ser seres ingrávidos, fantasmas...
ResponderEliminarEspero tardar mucho en visitarlo...
Saludos
Un hotel algo extraño, un hotel de paso ¿hacia dónde? Un lugar donde cuando no estás se olvidan de ti, se borran tus recuerdos.
ResponderEliminarBuen relato.
Saludos.
Un hotel que viene a ser una metáfora de la existencia terrena en la que navegamos todos, aves de paso marcadas por lo efímero. El edificio seguirá y otros ocuparán esas estancias en un juego sin fin. De sus antiguos clientes apenas quedará un aliento en la niebla.
ResponderEliminarCurioso y elocuente relato.
Saludos
Como he leído por ahí arriba, creo que es la antesala del Paraíso. Espero tardar mucho tiempo en visitarlo, aunque tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarUn beso, me ha gustado.
Malu.
Desde el título, este relato tiene mucho contenido (literalmente, je, je). Juega con una vieja conocida de las matemáticas, la paradoja bautizada con el nombre «El hotel infinito de Hilbert»:
ResponderEliminarhttps://es.m.wikipedia.org/wiki/El_hotel_infinito_de_Hilbert
Transmite una atmósfera tétrica donde el tiempo parece detenerse. Me gusta mucho, de verdad.
Saludos, anónim@.
Gracias por tu acertado comentario, sin embargo, el tiempo parece retroceder en ese Universo que se encoge. Saludos.
EliminarCabemos todos en ese Hotel Infinito?, el tiempo parece ir hacia atrás, salimos del Hotel y ya estamos en la Ciudad Infinita.
ResponderEliminarSaludos.
La atmósfera del relato está muy bien conseguida y la frase final es simplemente genial.
ResponderEliminarBien hecho.
Extraordinaria y sugerente esa última frase. Felicidades por este gran micro. Un saludo.
ResponderEliminarMe encanta la atmósfera del relato, me recuerda a los cuadros de George Grosz o las ilustraciones de Moebius, escenas llenas de fuerza y fantasía.
ResponderEliminarMuy bueno, autor desconocido. Saludos.
Coincido con los comentarios. Sugerente, misterioso, sólo falta una barca actualizada -qué modelo elegirían- para llevarnos a través de la niebla. Y la niña que acompaña, es una versión simpática de Caronte? Tiene fuerza y sugestión. Felicidades y saludos.
ResponderEliminarMe gusta mucho este relato. Pienso que sugiere más que cuenta, y que con eso es más que suficiente.
ResponderEliminarEnhorabuena y saludos.