El recreo
Cada día se sentaba en un escalón a comerse el bocadillo, mientras sus
compañeros del colegio corrían y jugaban alrededor suyo, intentando
sacar el máximo provecho a esa media hora de libertad que el colegio
regalaba cada día.
Cuando años más tarde tuvo que volver, el patio seguía totalmente vacío.
Cuando años más tarde tuvo que volver, el patio seguía totalmente vacío.
Tu protagonista vivía los recreos en soledad, encerrado en si mismo, nada más le importaba. Y pasado el tiempo nada ha cambiado, su compañera es la soledad.
ResponderEliminarBuen relato Crispin, me ha gustado.
Un abrazo.
Una compañera deseada o no.
EliminarGracias por tu comentario.
Crispín, me parece que el protagonista siempre ha estado solo, siendo sus compañeros imaginarios. Desconozco el motivo de su regreso al colegio, pero sigue estando solo.
ResponderEliminarMuy triste no tener amigos a cualquier edad, pero en la infancia mucho peor ya que marca para toda la vida.
Buen relato.
Besos.
Sí, es una historia de soledad.
ResponderEliminarLo que buscaba en el colegio, lo sabrá mi protagonista, pero se encontró o reencontró, con su pasado o su presente.
Hay quienes aún rodeados de gente se sienten solos, y parece que tu protagonista, vaya a donde vaya, se lo encontrará vacío. Buen micro, Crispín. Un saludo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
EliminarHe intentado describir a mi protagonista con un halo de tristeza, muy de acuerdo con tu interpretación.
Cuando alguien elige la soledad, al hacerlo se siente libre; pero si es la soledad la que lo elige a uno, entonces se siente solo. El protagonista de tu estupendo micro creo que es de los segundos. La verdad es que lo he tenido que leer dos veces, aunque la última frase es muy esclarecedora. Muy bueno, Crispín. Un saludo.
ResponderEliminarAsí es. Como bien dices, la última frase nos da una pista sobre sus sentimientos.
EliminarMuy triste este micro sobre la soledad. Y muy machadiano ("Soledad, yo te conozco. Yo era niño y tú mi compañera").
ResponderEliminarBello relato, Crispín. Un abrazo.
Gracias, Carmen, por tu comentario y referencia.
EliminarUn relato escrito en blanco y negro con la voz en sordina.
ResponderEliminarUn saludo, Crispín
Creo que sí, Margarita, que así lo escribí.
EliminarMe gustan mucho las imágenes de tu relato, Crispín. Sin duda, cada uno de nosotros pensaremos en un patio distinto, pero esa soledad, ya sea propia u observada, es la misma para todos. Supongo que tu protagonista vuelve al colegio como maestro y, de ser así, tendrá que renunciar forzosamente a una parte de esa soledad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí fuera como tú dices, aparte de renunciar a su soledad, tendrá que vigilar de cerca a sus alumnos, aparte de las notas, en el recreo.
EliminarPuede que una de las claves de este relato se encuentre en los motivos por los que el protagonista "tuvo que volver" al colegio, habida cuenta de que pudo hacerlo como padre de un alumno, profesor, director, o incluso u otro empleado, cada uno con sus condicionantes propios. Otro aspecto sugerente en el personaje es si su soledad mantenida en el tiempo ha sido buscada o no merecida. La duda sobre estas cuestiones es lo que deja el texto abierto, lleno de interesantes interrogantes.
ResponderEliminarUn saludo
La vuelta a los principios, buscada o no, con sus angustias y su felicidad, por necesidad o placer, siempre nos hace replantear el presente. Cada cual lo revive de acuerdo con sus vivencias.
EliminarGracias por tu comentario. Te dejo que te vayas planteando esos interrogantes.
Muy interesante Crispín, le doy varias lecturas, pero en todas llego a la misma conclusión, la soledad del protagonista. No sé las razones por las que ha llegado a estar tan solo y tampoco tengo claro que quiera dejar de estarlo, algo debió pasar en ese recreo que le dejó marcado para siempre.
ResponderEliminarUn beso.
Malu.
Gracias Malu. Todas las lecturas son válidas y justifican ese reencuentro con aquello que en algún momento nos pudo marcar.
EliminarCrispin, casi se me pasa comentar tu relato. En cincuenta palabras, describes con ese final la única compañera que acompañó a tu protagonista: la soledad.
ResponderEliminarBien contado, Crispín.
Un abrazo.
Pablo.
Gracias Pablo, tu comentario siempre es gratificante.
ResponderEliminar